CASIODORO DE REINA


CASIODORO DE REINA


INTRODUCCIÓN


El idioma español es el más usado por habitantes nativos en el mundo. Una inmensa cantidad de personas crecen y se desarrollan en medio de la idiosincracia y la riqueza cultural que les provee la lengua de Cervantes. Y, de toda la prolífica producción literaria que ha surgido de este manantial, la joya más bella y apreciada por la humanidad ha sido la Biblia, particularmente la versión de Reina-Valera.

Pese a que esta versión es tan importante para el mundo cristiano hispano-hablante y con unas características tan particulares, se conoce poco sobre los autores y las circunstancias que los envolvieron a nivel de la feligresía.

Este trabajo es un esfuerzo por intentar dilucidar la cadena de sucesos que motivaron a los autores de la versión Reina-Valera para desarrollar su ambicioso proyecto, al igual que los obstáculos y el éxito final de sus esfuerzos. Estoy seguro que un estudio tal nos llevará a abrazar con mayor conciencia y amor una traducción que ha llenado el corazón de millones de seres humanos a lo largo de los años y que seguirá siendo una lámpara a los pies y una lumbrera para el camino.

CASIODORO DE REINA

  1. Breve Biografía
a.       Nacimiento
De acuerdo a las actas del auto de fe celebrado en la ciudad de Sevilla en 1562, Casiodoro de Reina (probablemente “Reyna”, como él mismo firmaba y como Valera le nombró) era oriundo de Montemollín, municipio de la provincia de Badajoz. No obstante, en una Biblia dedicada al ayuntamiento de Frankfort, el mismo Casiodoro se autodenomina "Cassiodorus Reinius Hispanus Hispalensis", lo cual quiere decir: español de Sevilla. Tal vez Casiodoro se identificó con esta ciudad debido a los años y experiencias que pasó allí, a las poderosas influencias que lo afectaron y a la firme desición que tomó en ese lugar.

Solo una mínima parte de los comentarios consultados sobre Reina no coinciden con la aceptación general acerca de las fechas de muerte y nacimiento del escritor español: Nació en 1520 y murió en 1594.

    1. Monasterio
Casiodoro había ingresado en el monasterio jerónimo de San Isidoro del Campo en Sevilla; este convento se había transformado en un foco de "luteranismo", hasta el punto de atraer sobre sí la atención de la Inquisición. El Nuevo Testamento de Juan Pérez de Pineda y otras obras protestantes, traídas de contrabando por el valeroso Julianillo Hernández, eran el alimento cotidiano de los frailes de aquel convento.
De hecho, Casiodoro se había transformado en el guía espiritual de aquel lugar e incluso del grupo seglar simpatizante de las doctrinas de la Reforma en la ciudad de Sevilla. Conoció el evangelio por medio de los doctores Egidio y Ponce de la Fuente.[1] “Era considerado en Sevilla como el maestro indiscutido de la naciente comunidad evangélica.”[2] Pero ante la represión desatada que culmina con el auto de fe de 1559, Casiodoro y otros compañeros, entre los que estará Cipriano de Valera y Antonio del Corro (autor de “La epístola al rey de España”), huyen a Ginebra.

Según el testimonio de los mismos inquisidores (auto de fe de 22 Abril de 1563) Casiodoro había propagado con mucho éxito la doctrina evangélica entre los seglares de Sevilla. “El historiador de la Inquisición Juan Antonio Llorente asertó ser debida a ‘un Fray Casiodoro’ la súbita conversión al luteranismo de todos monjes de San Isidro.”[3] En este sentido se habla de una absoluta conversión de todo el monasterio debido al grado de simpatía que alcanzaron los monjes con el mensaje de Reina. 

No es de extrañar que en el mismo auto de fe los inquisidores que juzgaron la causa de Casiodoro de Reina le llamen “heresiarca” o “maestro de herejes”. Fue el único autor español, aparte de un joyero anabaptista de Sevilla llamado Juan de Sosa, que recibió ese “honorable” título. Debido a esto, y en ese misma fecha, fue quemado simbólicamente en efigie y figuró en el Indice  de libros prohibidos de la Inquisición como autor de primera clase.

    1. Ginebra y diferentes destinos
De todos los frailes de San Isidro del Campo que en 1557 huyeron de Sevilla y se dirigieron a Ginebra, fue Casiodoro de Reina el único que no tuvo que hacer estudios suplementarios de teología bajo Théodore de Bèze en Lausanne. Muchos de estos frailes tuvieron la fortuna de recibir a sus familias que venían de España para así ser protegidas de las crueldades de la Inquisición. Casiodoro fue uno de ellos.

Cuando Casiodoro llegó a Ginebra, forjó el plan de traducir la Biblia completa al español, la cual iba a estar basada en trabajos anteriores de compatriotas contemporáneos y anteriores a él. Más adelante comentaremos los trabajos que Reina  tuvo en cuenta para agilizar su labor. No obstante, Ginebra solamente fue el primer sitio que Casiodoro recorrió y en el que trabajo para el desarrollo de su obra. Hubo muchas fuerzas que estaban en contra de la traducción de la Biblia y que le obligaron a desplazarse: “Su deseo de ponerse a salvo de la Inquisición, diferencias con los calvinistas, las intrigas de Felipe II (que puso espías cerca de él y precio a su cabeza), necesidades económicas y la impresión de su traducción de la Biblia (la primera completa al castellano a partir del hebreo y el griego) le obligaron a cambios constantes de domicilio. Así lo vemos en Frankfort, Londres, Amberes, Bergerac, Castillo de Montargis, Basilea y Estrasburgo.”[4]

Se tienen registros de la estancia de Casiodoro en lugares como Frankfurt y Londres, en las cuales había tenido que hacer presencia en iglesias italianes e inglesas respectivamente, por no haber un sitio exclusivo para refugiados españoles. En Londres trabajó para poder reunir a todos los creyentes españoles en una sola congragación. A sus pedidos recibió una contestación positiva: en 1562 se les ofreció una casa grande del obispo de Londrés para sus cultos.[5] Posteriormente le otorgaron la iglesia de St. Mary Axe y la ayuda de un Andaluz llamado Don Francisco de Zapata que le ayudaría en su labor de traducción de la Biblia.[6]

Toda su peregrinación hacia distintos destinos estuvo motivada por variados obstáculos económicos y eclesiásticos. Casiodoro de Reina siempre anduvo en busca de un lugar más propicio para poder terminar devotamente su trabajo.

De manera que la presencia de Reina fue mas bien escasa en su país Natal. Sin embargo, Casiodoro nunca renunció a su condición de español y ni a su vocación inquebrantable de trabajar a favor de sus compatriotas; por ello, en ningún lugar del mundo ha sido más valorada su contribución que en el territorio que le vio nacer.

  1. Traducción de la Biblia
En los comienzos de la Iglesia crstiana, primeros siglos de nuestra era, estaban en uso hasta cuatro traducciones o versiones griegas del Antiguo Testamento y varias traducciones de la Biblia completa en latín, arameo, y en otros idiomas.
Sin embargo, durante la Edad Media las autoridades religiosas romanas no permitían hacer revisiones, de modo que la Vulgata (traducción latina hecha principalmente por Jerónimo, y cuyo nombre expresa su supuesto propósito de llegar al vulgo, es decir, al pueblo común) y la Peshita (traducción aramea cuyo nombre significa "sencilla") dejaron gradualmente de ser entendidas.

Con su uso famoso del texto: “La Palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. Isaías 40:8, Casiodoro de Reina da a entender que fue un convencido de la absoluta e imperiosa necesidad de que los hombres pudiesen leer y comprender la Eterna Palabra en su propia lengua y a un nivel que les pareciera comprensible. Por supuesto, decir que Casiodoro de Reina es un convencido de la necesidad de que la Biblia esté al alcance del pueblo, es decir una obviedad. Cuando sus enemigos aluden al abuso que se puede cometer por el mal uso de las Escrituras en lengua vernácula, Casiodoro replica que sería como si: "El rey o el príncipe, que porque hay muchos que usan mal del pan, del agua o del vino, del fuego, de la luz, y de las otras cosas necessarias a la vida humana, o las prohibiese del todo, o hiziese del estanco de ellas que no diessen si no muy caras, y con grande escasseza."

Doce años, según él mismo nos dice le llevó terminar esta obra, para la cual hasta un autor tan anti-protestante como Menéndez Pelayo tiene palabras de alabanza y honor.

Entre los obstáculos para la traducción que Casiodoro de Reina tuvo que soportar y que podemos subrayar están:
-          En Londrés fue acusado de sodomía y de predicar herejías. Su caso no se resolvió sino mucho después cuando él ya no estaba presente. Ésta fue la razón por la que su amigo Del Corro no hallaba respuesta a su correspondencia.
-          En Amberes, Felipe II había puesto precio a su cabeza y, por supuesto, la policia le buscaba por todas partes. Allí encontró refugio por mediación del riquísimo comerciante español Marco Pérez.
-          Casi en cada ocasión tenía que desarrollar trabajos manuales para pder sustentar a su familia, como en Frankfurt, en donde se dedicó al comercio de sedas.
-          Los constantes enfrentamientos doctrinales que mantuvo con los calvinistas.[7]

Por otra parte, Casiodoro de Reina tradujo en primer lugar el Antiguo Testamento y le encargó su edición al conocido Oporinus, en la ciudad de Basilea. Desgraciadamente, cuando éste murio en Julio de 1568, se fustró su deseo. No obstante, en ese otoño, el A.T. veía la luz y en septiembre del año siguiente la Biblia completa ya estaba impresa.

Para su ejercicio del Nuevo Testamento, Reina no pudo utilizar el N.T. de la versión de Juan Pérez y por esta razón tuvo que realizar su traducción sin ninguna versión completa anterior.[8] Reina hizo la primera traducción de toda la Biblia, basada en los idiomas originales. Utilizó las parciales que ya existían (del Nuevo Testamento, del Antiguo, o de parte de ellos), como las de Juan Pérez (español), de Ferrara (judeo-español), y de Santes Pagnino (en latín), mejorándolas y modificandolas en diferentes aspectos para que se acomodara más a los lectores de la época.[9]

De manera que la Biblia de Reina no fue la primera versión completa de las Sagradas Escrituras en español. Existía la versión de Alfonso el Sabio de 1260, pero ésta tenía ya entonces un valor meramente histórico ya que el vulgo no la conocía ni la manejaba. Los judíos de Ferrara habían editado todo el Antiguo Testamento en castellano en 1553, pero era esa una versión de difícil lenguaje, por ser demasiado literal, muy lejos de la comprensión del ciudadano común. El Nuevo Testamento ya había sido vertido al español por Enzinas y por Pérez de Pineda con anterioridad a que lo hiciera Reina.
Aparte del texto original y las versiones latinas, al hacer su traducción tuvo Casiodoro de Reina a la vista los trabajos anteriores de Valdés (por ejemplo, sus Salmos en español), de Enzinas, y de Pérez de Pineda, así como la Biblia Ferrariense.[10]

De modo que vale la pena destacar que la versión de Casiodoro no fue la primera de su clase. Pero entonces ¿cuál fue el motivo del impacto de su obra? Durante todos estos siglos, su Biblia ha sido la única en ser usada en mucho tiempo y, actualmente, la principal obra de referencia en todos lo púlpitos de habla castellana. Y ha tenido tan amplia aceptación porque Reina tradujo la Biblia directamente del original y, aunque tuvo como base obras antreriores, su principal objetivo era que la Palabra de Dios estuviera disponible para el ciudadano corriente. Haciendo entendible y manejable la Biblia, Casiodoro se aseguró un lugar en la historia.

En la traducción de 1569 Reina utilizó los últimos adelantos de las ciencias bíblicas. Por ejemplo, usó la división del Nuevo Testamento en versículos, que había sido introducida en forma impresa sólo unos pocos años antes (1550). Es sorprendente ver cuantas ayudas Reina incluyó en su Biblia de 1569. Reconociendo que los manuscritos que le servían de base no siempre eran absolutamente iguales, puso referencias en el márgen, y a veces, incluyó otras traducciones posibles. También fue él quien les puso subtítulos a los capítulos.[11]

Reina, en la introducción de su Biblia, reconoce con humildad que otros después de él podrán mejorar el fruto de su labor. Y siempre es así. Con los cambios en la manera de hablar de los pueblos, aparecen nuevas palabras y nuevos significados para las palabras existentes, pasando otras al desuso.
Las revisiones posteriores a la de 1602 a las que ha sido sometida su traducción de la Biblia (1858, 1862, 1865, 1874, 1883, 1890, 1909, 1960, 1977, 1989, 1996) representan el humilde deseo de Casiodoro de que su versión fuera mejorada en el futuro para que pudiera adaptarse a los cambio en la manera de hablar de los pueblos y al enriquecimiento que el idioma tenía con el pasar de los años. Todas estas revisiones han contribuido a que la Palabra milenaria sea siempre la Palabra oportuna en español para cada generación.

Posteriormente, después de pasar por Frankfurt nuevamente, Casiodoro fue invitado a la ciudad Belga de Amberes para ser el predicador de la iglesia francesa luterana. En esa ciudad se levantaron muchas disputas teológicas que hicieron debilitar al anciano Reina. Aunque nunca abandonó su trabajo en esa ciudad, después de ser tomada por el duque de Parma y sus ejércitos, Casiodoro regresó a Frankfort en el que trabajo como predicador francés hasta el día de su muerte.[12]

Me parece importante subrayar que todo el peso y la responsabilidad de la traducción de la Biblia recayó en gran parte sobre el mismo Casodoro. En el prefacio de su Biblia dice: “Esta obra, nos ha ocupado cerca de doce años enteros, a excepción del tiempo que hemos perdido en enfermedades, viajes y otros trabajos indispensables durante el destierro. Podemos afirmar que, por espacio de nueve años, no hemos dejado la pluma y hemos puesto en nuestro trabajo tanto celo como podía darnos la fuerza de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu.”[13]

  1. Obras
Aunque su traducción de la Biblia fue lo que más renombre dio a Casiodoro de Reina, entre sus escritos figuran importantes aportes al pensamiento crsitiano de la época, como son el Evangelio de San Mateo y comentarios a porciones al evangelio de Juan (1573), la Apología de la Concordia de Wittemberg (1580), sus Cartas y un Catecismo (1580) publicado en latín, francés y holandés.

Además de estas publicaciones menores, cabe mencionar un sorprendente escrito contra la Inquisición que firmó bajó el psudónimo de Reginaldus Gonsalvius Montanus publicado por primera vez en Heidelberg en 1567. Fue el autor del primer gran libro contra la Inquisición publicado por primera vez en Heidelberg en 1567 bajo el pseudónimo de Reginaldus Gonsalvius Montanus. No sabemos con certeza si fue por prudencia o por humildad por lo que Casiodoro no firmó con su verdadero nombre, pero éste se convirtió en el primer gran libro contra la Inquisición.[14]

Por otra pare, en el año 1601 apareció impresa una obra que Casiodoro de Reina había escritó en Londres durante 1559, y que lleva la extensión del título característica de aquellos tiempos: la "Confessión de Fe christiana, hecha por ciertos fieles españoles, los quales, huyendo los abusos de la Iglesia Romana y la crueldad de la Inquisición d'España, dexaron su patria, para ser recibidos de la Iglesia de los fieles, por hermanos en Christo" (Cassel, 1601). Se trata de un compendio de creencias cristianas de los exiliados españoles y de su forma de ver la Iglesia Católica y la Inqusición.

Casiodoro de Reina era un admirador de Sebastián Castellion y, siendo fiel al pensamiento de éste con respecto a sus ideas, especialmente en contra de la quema de herejes (que lo colocaba en una posición contraria a Calvino), dedicó una carta al reformador francés titulada ‘docto et pio viro Sebastiano Castalioni’. Esta carta fue un golpe para los teólogos calvinistas como Juan Pérez, Cipriano de Valera y otros. por último, Casiodoro de Reina tradujo del francés la “Historia Confessionis Augustanae” (Amberes, 1582).


CIPRIANO DE VALERA

  1. Breve Biografía
Cipriano de Valera nació en Valera la Vieja (Herróbriga), entonces perteneciente al Reino de Sevilla, en 1531 o 1532,[15] y falleció después de 1602, al parecer en Londres. Fué condiscípulo de Arias Montano[16], mientras estudiaba en Sevilla dialéctica y filosofía durante seis años. Al terminar, y con el grado de Bachiller, ingresó en el Monasterio Jerónimo de San Isidoro del campo, próximo a Sevilla. Probablemente allí recibió la reforma protestante bajo la influencia de maestros como Casiodoro de Reina y, a causa de las persecusiones, huyó con otros en 1557 a Ginebra. Sus intentos por librarse del Tribunal de la Inquisición tuvieron éxito aunque fue quemado en efigie en 1562 por “luterano”, y puesto en el famoso "Indice de Libros Prohibidos", como autor de primera clase.[17] Debido a su intensa actividad como escritor, a Cipriano de Valera se le conoce como “El hereje Español”.[18]

Al igual que Casiodoro de Reina, Ginebra fue la primera ciudad en acoger en su ceno a Cipriano de Valera; aunque éste último no viajara tanto como el primero. “De Ginebra pasó a Londres, al subir al trono Isabel I, y allí residió el resto de sus días, menos el tiempo que le llevó en Amsterdam la impresión de la segunda edición, notablemente revisada por él, de la traducción castellana de la Biblia, que había publicado su compatriota y compañero de monasterio Casiodoro de Reina, en Basilea (1569).”[19] En Inglaterra fundó una familia, enseñó artes en las universidades de Cambridge y Oxford, en las que él mismo había estudiado, y publicó varios escritos.

  1. Obras
Aunque la obra que más le aportó nombre a Cipriano de Valera fue su contribución a la traducción de la Biblia, en su estela como escritor encontramos otras obras muy importantes dentro del ámbito del protestantismo y que en su época fueron muy apreciadas debido al carácter apologético de su lenguaje. Fue el más diligente y prolífico de todos los escritores adheridos a la causa reformada. En Ginebra, en Holanda, en Inglaterra, dondequiera que residió el fugitivo, pero especialmente en este último punto, hizo crujir las prensas con los escritos de su pluma.”[20]

La primera de sus obras que vió la luz fue Dos Tratados. En el primero se refiere al papa y a su autoridad, y a lo que, concerniente a este punto, enseña la Sagrada Escritura y los doctores y concilios antiguos. El segundo trata de la misa, recopilado de los doctores, concilios y de la Sagrada Escritura (1588 y, la segunda edición, 1599).
En el prólogo de su obra, Valra escribe que su objetivo primordial es salvar a sus compatriotas de la ceguedad con los esclaviza y presentar en su verdadero carácter al papa y a su doctrina. Su lenguaje es tan directo y honesto que afirma que el papa es sucesor de satanás y lugarteniente del anticristo.[21] En su proceso dedesenmascaramiento histórico de principal romano, recorre los reinados de los primeros obispos hasta el reinado de Clemente VIII, mostrando una degradación progresiva de los principios cristianos. Para ello recurre a los textos genuinos de la historia y a la tradición oral, casi fabulesca, que sobre los papas anteriores existen entre el pueblo que relatan los desmanes de los pontifices y sus actos diabólicos con el fin de mantener en la servidumbre a los pueblos. La idea principal del tratado es presentar a Cristo como el único mediador entre Dios y los hombres. Idénticos propósito y método se encuentran en el tratado sobre la misa.”[22] En efecto, presentando las bases doctrinales de la misa, Valera ridiculiza la visión de la hostia como el cuerpo de Cristo y la necesidad de recordar la enseñanza bíblica de que él se sacrificó una vez y para todos. Posteriormente se conoció la misa como una “maldita idolatría”. Paso a paso, Valera refuta con la Biblia cada una de las razones que los católicos daban a favor de la misa y luego enumera, con la misma base bíblica, los extravíos más significativos de la Biblia.[23]

El siguiente escrito que publicó fue el conocido como Tratado para confirmar a los pobres cautivos de Berveria en la catolica antigua fé i religion cristiana, i para los consolar con la palabra de Dios en las afficiones que padezen por el Evangelio de Jesucristo (1594), que incluye en un apéndice: “Enxambre de los falso milagros y ilusiones del demonio con que María de la Visitación... engañó a muy muchos”. Se cree que Cipriano de Valera escribe en realidad a todos los habitantes de España y no solo a los protestantes. Es muy improbable que el escritor pudiera alcanzar con sus escritos a los cristianos de África y que halla usado una clave en el título para que sus publicaciones entraran más facilemente en España. De manera que, según esto, deberíamos leer Berveria como España y Turcos (los que esclavizaron a los españoles en Berveria) como Inquisición. Sea como sea, su escrito tiene un lenguaje de profunda consolación y empatía hacia los sufrientes. Plantea la situación miserable de los esclavos y exalta la misericordia con que “la Majestad” les ha tratado al decidir revelarles a Jesucrito y su salvación. Valera adapta el lenguaje de la Biblia, especialmente la primera epístola de Pedro, a la situación de los cautivos dándoles ánimo y diciéndoles que la aceptación del Evangelio siempre traerá persecusión.[24]

En el apéndice sobre los falsos milagros e ilusiones de Maria difiere grandemente de otros escritos que tratan sobre le mismo tema en el que la mordacidad se ceba a placer sobre la superstición tan en boga en tiempos de Valera. Aunque se reconoce que su lenguaje emplea la ironía y la burla, también es cierto que están envueltas en una pasión verdaderamente cristiana; una profunda compasión que Valera siente por quienes carecen de la verdad, por haberles sido mixtificada (falsificada). “Por ello, concluye este tratado con la seria y fervorosa amonestación de acudir a Cristo, el único que obra verdaderos milagros, para recibir de él, el mayor de todos los milagros, la paz del alma.”[25]

En otra de sus importantes obras, Cipriano de Valera atestiguó el respeto y la estima que sentía por el reformador de Ginebra Juan Calvino traduciendo sus “Instituciones Cristianas” al castellano, con la declarada intención de ofrecer a todo verdadero creyente de Jesús un manual de la “sana doctrina” y un texto en el que se pueda basar para dar explición y mayor luz a las creencias cristianas. Todo estos esfuerzos contribuían a librar a su país del yugo de la Inquisición. Ése era el objeto de todos los esfuerzos literarios de Valera, aún cuando éstos se hicieran fuera de su propio país.
De hecho, sus folletos eran escritos pensando en las masas, y en el lenguaje que éstas comprendían y asimilaban para dirigir su atención (la de los líderes religiosos y la del pueblo en genereal) sobre puntos de capital importancia, no sólo para los individuos como seres humanos aislados, sino también para la convivencia social; porque para él, todo el sufrimiento de la persecución era producto de una extendida ignorancia que cohibía para discernir la verdadera doctrina.[26]

  1. Traducción de la Biblia
La obra de Valera que más fama le ha aportado ha sido su versión de la Biblia. Fue impresa en Amsterdam en 1602, en casa de un hombre llamado Lorenzo Jacobi, pero se dice que invirtió 20 años en la labor de “traducción y correlación” de la obra. Su trabajo sobre la Biblia sigue fielmente la traducción que anteriormente hiciera su compatriota Casiodoro de Reina, mejorando el estilo y proveyendo algunos anexos. “En cuanto a la traducción, Cipriano mismo reconoce que siguió la de Casiodoro de Reina palabra por palabra, la comparó con otras traducciones en diferentes lenguas, omitiendo lo que había sido añadido por la Septuaginta y la Vulgata que no se encontraba en el texto hebreo; esto último ocurrió especialmente en los Proverbios de Salomón; a esto y a alguna otra nota añadida que se puede conocer por las diferencias de las letras (tipos) y alguna corrección en el texto, se circunscribe todo el trabajo de Valera, el cual no obstante todo esto, coloca su propio nombre en la hoja titular y se calla el de Casiodoro.”[27] De manera que es la traducción íntegra de Reina con breves enmiendas y correcciones hechas por Valera.

De manera que en los millares de Biblias difundidas por la Sociedad Bíblica Británica, el nombre de Casiodoro de Reina es completamente desconocido,[28] lo cual es obviamente injusto dado el titánico esfuerzo que implica la traducción de la Biblia desde los originales. Viendo este panorama retrospectivamente es obvio concluir que se trata de un procedimiento injusto. No obstante, sabemos que el esfuerzo que implica la corrección e implementación de material en un trabajo es bastante grande, pero no tan significativo como para anular completamente el nombre del autor original. No sabemos exactamente cuáles fueron las intenciones de Valera al acallar el nombre de su compatriota (durante 300 años su obra y las revisiones subsecuentes llevaban sólo el nombre de Valera), pero si podemos decir que se ha hecho justicia al incluir los nombres de estos grandes personajes en los títulos actuales de la Biblia más solicitada de habla hispana, por lo que ahora la llamamos Versión Reina-Valera de la Biblia.

Muchos de los comentaristas consultados creen que “este silencio (del nombre de Casiodoro de Reina en la portada del trabajo de Cipriano de Valera) se explica por la enemistad de más de treinta años que el superortodoxo calvinista Cipriano de Valera sintió con su antiguo maestro en el convento jerónimo de San Isidro del Campo extramuros de Sevilla, por haberse negado Casiodoro a someter su traducción de la Biblia a la censura de los eclesiásticos de Ginebra.”[29] Sería un tema delicado tratar de distguir las complejas intenciones pasadas de dos buenos hombres que viveron por una buena causa.


VERSIÓN REINA-VALERA DE LA BIBLIA

Las contribuciones al cristianismo que hicieran Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera constituyeron la versión más usada actualmente por los cristianos de habla española. “Ha sido durante siglos la única traducción en español asequible, y es reconocida aún por los de Roma, como superior a las dos versiones suyas, la versión de Scío (1793), y la editada por Torres Amat (1825, traducción de José Miguel Petisco), ambas más tardías y únicas hasta tiempos muy recientes.”[30] Pero, literariamente hablando, la versión Reina-Valera de la Biblia no sólo es un éxito por ser la más popular de las traducciones existentes en español, sino porque, en comparación con otras traducciones, se somete rigurosamente a los originales y no a traducciones populares de otras lenguas.

El mayor argumento de su impacto sobre la cultura de los hispanos han sido las repetidas revisiones que ha sufrido aquella primera Biblia de 1569 y que han llenado los hogares de millares de seres humanos. Ésa es la mayor recompensa de un extenunante trabajo por parte de dos hombres dedicados. Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba.” Deteronomio 32:2

CONCLUSIÓN

La traducción más famosa de la Biblia en lengua española, aunque no fue la primera, vió la luz en los momentos en que más se necesitaba. Fue traducida y revisada por dos monjes españoles entregados al sufrimiento del destierro, pero con el mayor interés de trabajar a favor de sus compatriotas para que pudieran ver el resplandor de la verdad.

Tanto para Casiodoro de Reina como para Cipriano de Valera, su obra se desarrollo en medio de los obstáculos. Las persecusiones, los altercados dotrinales, las enemistades con las autoridades del mundo y el tropiezo de sus mismos hermanos en la fe, convirtió el camino en sendero difícil y demasiado largo. Sin embargo, el recuerdo de todas esas barreras le proporciona al legado de estos dos hombres buenos un matiz mucho más heróico y un efecto mucho más duradero en la mente de aquéllos que tengan en su manos un ejemplar de la preciosa Biblia versión Reina-Valera.

BIBLIOGRAFIA
ALCOCK, Débora. Los Hermanos Españoles. Madrid: Sociedad de Publicaciones Religiosas. 1929, Págs. 416.

PELAYO, Menéndez. Historia de los Heterodoxos Españoles. Madrid: Aldus.1963, Págs. 431.

GUTIERREZ, C. Marin. Historia de La Reforma en España. México, D.F: Casa Unida de Publicaciones. 1942, Págs. 445.

VAN LENNEP, Maximiliaan. La Historia de la Reforma en España en el Siglo XVI. Michigan, EE. UU: Subcomisión Literatura Cristiana. 1984, Págs.299.

PEREZ VILLANUEVA, Joaquín. La Inquisición Española: Nueva Visión, Nuevos Horizontes. Madrid: Siglo XXI de España Editores, S. A. 1980, Págs.1027.




www.protestantes.net/Enciclo/Valera.htm






[1] GUTIERREZ, C.- MARIN. Historia de La Reforma en España. México, D.F: Casa Unida de Publicaciones. 1942, Págs. 129.
[4] http://www.villanuevadesigena.com/es/tematicos/t6-casiodoro-reina.htm
[5] VAN LENNEP, Maximiliaan. La Historia de la Reforma en España en el Siglo XVI. Michigan, EE. UU: Subcomisión Literatura Cristiana. 1984, Págs. 221.
[6] Ibidem.
[7] “La excelente versión en latín clásico de Castellion que fascinó, además de Enzinas, también al primer adalid español de la difusión de la Biblia en idioma vulgar, el valenciano Fadrique Furió Ceriol, debió gustar tanto a Casiodoro, que éste se decidió, a despecho de Juan Pérez, Valera y otros españoles sumisos a Calvino, a escribir una carta al ‘docto et pio viro Sebastiano Castalioni’. Sospechoso se hizo Casiodoro a los ultraortodoxos calvinistas de Ginebra por sostener que también a los anabaptistas se les debía considerar como hermanos, por propagar entre los refugiados españoles el libro de Castellion sobre ‘que no se debían quemar los 'herejes' y por decir que Miguel Servet había sido quemado injustamente en Ginebra. Sus enemigos reprocharon a Casiodoro que ‘cada vez que él paseaba delante del lugar de la hoguera de Servet se le saltaban las lágrimas’ y cuando se enteraron de que Casiodoro se marchaba a Inglaterra, para fundar una nueva iglesia española no tardaron en ponerle el sobriquete de ‘Moisés de los españoles’, pues logró llevarse consigo a no pocos de sus compatriotas.” http://amen.net/lb/articulos/defensareina.htm
[8] VAN LENNEP, Maximiliaan. La Historia de la Reforma en España en el Siglo XVI. Michigan, EE. UU: Subcomisión Literatura Cristiana. 1984, Págs. 224.
[9] http://www.villanuevadesigena.com/es/tematicos/t6-casiodoro-reina.htm
[10] VILA Samuel. Historia de la inquisición y la reforma en España. Terrasa: CLIE. 1977, pág. 281.
[11] Tomado de la Introducción de la Santa Biblia Versión Reina-Valera Actualizada de 1989, publicada en Texas por la Editorial Mundo Hispano.
[12] VAN LENNEP, Maximiliaan. La Historia de la Reforma en España en el Siglo XVI. Michigan, EE. UU: Subcomisión Literatura Cristiana. 1984, Págs. 224.
[13] GUTIERREZ, C.- MARIN. Historia de La Reforma en España. México, D.F: Casa Unida de Publicaciones. 1942, Págs. 445.
[14] http://www.villanuevadesigena.com/es/tematicos/t6-casiodoro-reina.htm
[15] Algunos documentos apuntan hacia la fecha de 1531 mientras que otros señalan 1532 como su fecha de nacimiento; por ejemplo, su prefcio a la edición de la Biblia dice: “En este año 1602, cumplo los setenta años”.
[16] Este personaje es conocidocomo el editor de la Biblia Políglota de Amberes.
[17] www.protestantes.net/Enciclo/Valera.htm
[18] VAN LENNEP, M.K. Op. Cit. Pág. 230.
[19] Ibidem.
[20] VILA, Samuel. Historia de la inquisición y la reforma en España. Terrasa: CLIE. 1977, pág. 145.
[21] VAN LENNEP. Op. Cit. Pág. 231.
[22] VILA, Samuel. Op. Cit. Pág. 146.
[23] VAN LENNEP. Op. Cit. Pág. 233.

[24] Ibidem.
[25] http://www.protestantes.net/Enciclo/Valera.htm. “Su propósito es confirmar en su fe a los cautivos, para que no renieguen de ella. Su verbo se inspira y eleva cuando pasa a describir los consuelos de la fe cristiana, y muestra la Sagrada Escritura como un refugio de la pesadumbre y desesperación, como un arma eficaz contra los enemigos del alma y del cuerpo, y como fuente de toda doctrina cristiana.”
[26] VILA, Samuel. Op. Cit.
[27] MENÉNDEZ Y PELAYO, citado por LENNEP. Op. Cit. Pág. 239.
[28] http://www.villanuevadesigena.com/es/tematicos/t6-casiodoro-reina.htm
[30] ibidem.



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