Capítulo 10
Sellos y
Trompetas:
Algunas
Discusiones Actuales
Jon Paulien
Sinopsis Editorial: En años
recientes los estudios Adventistas se han enfocado en la estructura literaria
del libro de Apocalipsis. Estos estudios han confirmado el conceso pionero
adventista de que los cumplimientos de las líneas paralelas de la profecía (a
saber, las siete iglesias, los siete sellos y las siete trompetas) se extienden
a través de la Era Cristiana, comenzando en el día de Juan y extendiéndose
hasta la Segunda Venida.
Hoy algunos están arguyendo por dos
cumplimientos distintos de los sellos y trompetas (y otras porciones del
Apocalipsis, incluyendo los periodos de tiempo). Ellos ven un segundo (principal
para ellos) cumplimiento del fin-tiempo tanto de los sellos y las trompetas,
comúnmente conectando el primero al juicio investigador de Daniel 7. Las
trompetas tampoco son ubicadas en el fin del tiempo justo antes de la Segunda
Venida, o inmediatamente después del cierre del tiempo de gracia.
En este capítulo el escritor resume la
evidencia arraigada en las introducciónes a estas series también como en los
ezquemas del santuario y los festivales reflejados en los libros. Los datos
completos, él afirma, apoyan claramente la corrección de la opinión pionera historicista
que extiende esta serie a través de la Era Crsitiana y nunca tuvieron la
intención (como serie entera) de hallar un segundo cumplimiento al final del
tiempo.
Resumen
del Capitulo
I.
Asuntos
en curso
II.
La
“Gran Estrategia” de Apocalipsis
III.
El
historicismo y los siete sellos
IV.
El
historicismo y las siete trompetas
V.
Conclusiones
I. Cuestiones Actuales
Consenso
Pionero
Hacia el final del último siglo los
principales estudiantes de la Biblia Adventistas del Séptimo día llegaron a un
concenso sobre cómo aplicar las diversas partes del libro de Apocalipsis a la
historia de la Era Cristiana.
Ellos entendieron que las cartas a las
siete iglesias (Apoc. 1-3) fueron enviadas inicialmente a siete iglesias del
primer siglo sobre las cuales Juan estaba interesado en supervisar. El
significado de estas cartas se extiende también (por representación simbólica)
a los siete periodos mayores de la historia Cristiana.
Los pioneros Adventistas del Séptimo día
entendieron que los sellos, las trompetas y el capítulo 12 (Apoc. 4-12) ofrecen
tres líneas paralelas, cubriendo toda la Era Cristiana. (1) Los siete sellos
son paralelos a las siete iglesias como un resumen de los mayores periodos de
la historia Cristiana. (2) Las siete trompetas contienen principalmente los juicios
de Dios sobre las porciones oriente y occidente del imperio Romano. (3) El
capítulo 12 describe el gran conflicto en los cielos y su papel en la
experiencia de la iglesia en la tierra.
Los pioneros
también acordaron que la mayor parte de los eventos descritos en los capítulos
13 al 19 son concernientes al fin del tiempo, dirigidos a la segunda venida de
Cristo. Apocalipsis 20-22, por otro lado, fue visto aconteciendo más allá de la
Segunda Venida.
El Adventismo histórico, por lo tanto,
viene a estar de acuerdo con que el libro de Apocalipsis está dividido
naturalmente en dos partes. La primera cubre los mayores eventos de la historia
profetica entre los dos advenimientos de Cristo, aunque cada serie llegó al
fin. Esta aproximación interpretativa a Apocalipsis 1-12, conocida como
historicismo, fue basada en el modo en que Daniel y Jesús mismo interpretan el
futuro en términos de unas series de eventos históricos que van desde el tiempo
del profeta hasta el establecimiento del reino eterno.[1]
La
segunda división de Apocalipsis fue entendida cubriendo principalmente los
eventos conectados con la Segunda Venida en sí misma. Aunque seguido por pocos
hoy en detalles exactos, Daniel y Apocalipsis, de Urías Smith, continúa
como una expresión de este consenso básico logrado hace alrededor de 100 años
por nuestros antepasados espirituales.[2]
Nuevas
Interpretaiones Avanzadas por Algunos
En años recientes muchos Adventistas del
Séptimo Día han explorado la posibilidad de que la perspectiva del fin del
tiempo de Apocalipsis pueda ser mucho más amplia de lo que los Adventistas han
pensado. En general, estos intérpretes están de acuerdo con el concenso
histórico respecto a las iglesias (Apoc. 1-3) y la última mitad del libro
(Apoc. 13-22).
Sin embargo, ellos normalmente argumentan
por un segundo cumplimiento futuro de ciertas porciones de Apocalipsis
incluyendo sus periodos de tiempo. Un punto de mayor desacuerdo es en cómo los
sellos y las trompetas (Apoc. 4-11) deben ser entendidas. Estos “intérpretes
del fin del tiempo”[3]
creen que los sellos y las trompetas (Apoc. 4-11) retratan eventos asociados
con el fin del tiempo más que con el conjunto de la extensión de la era
cristiana. Los sellos (Apoc. 4-6) son usualmente entendidos retratando aspectos
del juicio investigativo que comenzó en 1844, y las trompetas (Apoc. 8-11) son
entendidas siguiendo el cierre del tiempo de gracia justo antes del regreso de
Cristo. Para algunos, estos son vistos
como segundos cumplimientos.
Lo que ha salido de sus estudios y
discusiones seguidas es la comprensión de que los Adventistas del Séptimo Día
no han invertido la clase de energía creativa sobre los sellos y las trompetas
que permitiría la posición historicista, o cualquier otra posición, para ser
declarada firmemente establecida. Los Adventisas han tendido a asumir que los
sellos y las trompetas son dos series históricas, extendiendo desde el día de
la profecía hasta el fin, pero no han establecido ese punto de vista en las
bases de una cuidadosa exégesis del texto.[4]
Si las interpretaciones emergentes del fin del tiempo de los sellos y las
trompetas prueban ser correctas, los autores de estas interpretaciones han
simulado estudiar bajo cuidadosa mirada estas porciones más oscuras de
Apocalipsis.
Aunque un entendimiento de los sellos y las
trompetas puede no ser crítico para la salvación, las actuales realidades
requieren que les sean dadas una atención más cuidadosa de lo que ha sido el
caso en el pasado. Este capítulo, por lo tanto, intenta describir un número de
realidades en el libro de Apocalipsis que necesitan ser tomadas en cuenta
cuando se trata de cómo los sellos y las trompetas deben ser interpretadas.
II. La “Gran Estrategia”
de Apocalipsis
Función
del Arreglo literario
Una parte mayor de la evidencia citada en
defensa de un entendimiento historicista de los sellos y las trompetas está
basada en la observación de que el libro de Apocalipsis está estructurado como
un “quiasmo”.[5] Una
“estructura quiásmica” ocurre cuando las palabras e ideas son paralelas unas
con otras en orden inverso desde el principio hasta el final del libro.
En el caso de Apocalipsis, el material
anterior a Apocalipsis 15 es, en general, paralelo a la inversa con el material
que viene después del cap. 15. Keneth Strand considera la primera (y más larga)
mitad para ser considerada con toda la Era Cristiana. El contenido de
Apocalipsis continúa con el capítulo 15 concerniente casi exclusivamente al
tiempo después del cierre de gracia de la tierra, un evento que todavía se ecnuentra
en el futuro. El “quiasmo” y sus resultados son evidentes cuando uno compara
los primeros tres capítulos de Apocalipsis con los dos últimos.[6]
Los intérpretes del fin del tiempo, sin embargo, han resistido este
conocimiento del arreglo literario de Apocalipsis, desde que impactara
negativamente su interpretación de los sellos y las trompetas.
Yo he tratado de aclarar la aplicabilidad
de la idea general de Keneth Strand a los sellos y las trompetas comparando
cuidadosamente los capítulos 4-7 con el capítulo 19, como Strand sugiere.
Encontré, en el idioma original, cuatro grupos de ideas paralelas entre los
sellos y el capítulo 19, dos de los cuales tienen que ver directamente con el
asunto en cuestión.[7]
1. En los capítulos 4 y 5, las escenas de
culto describen alabanzas ofrecidas a Dios por la Creación y la cruz. No
obstante, escenas paralelas en el capítulo 7 y 19 decriben alabanzas a Dios por
redimir a su pueblo del fin del tiempo de Babilonia. Esta observación sugiere
que la mejor ubicación de los capítulos 4 y 5 es en el principio de la Era
Cristiana.
2. Apocalipsis 6:10 describe un tiempo
cuando Dios “todavía no está juzgando”. Apocalipsis 19:2 viene después de que
el jucicio es completado. El juicio no toma lugar en los capítulos 4 y 5 cuando
los sellos ya han sido abiertos. Es obvio que el juicio debe ocurrir en algún
momento entre la apertura del quinto sello (en el cual los mártires claman por
juicio) y la pronunciación de juicio completado en Apocalipsis 19:2.
Estas dos observaciones coinciden con lo
que uno podría esperar si la primera parte de Apocalipsis concierne a toda la
Era Cristiana y la última parte al fin del tiempo.
Función
del Santuario en Apocalipsis
Escenas introductorias al santuario.
La investigación ha revelado unas series de indicaciones de que Juan mismo
entendió que los sellos y las trompetas cubren el ancho trayecto de la historia
Cristiana más que solo el fin del tiempo. Por ejemplo, las escenas del
santuario que introducen varias partes de Apocalipsis[8]
demuestran una progesión significativa.
La primera escena del santuario
(1:12-20). Aquí la visión usa un símbolo del santuario para retratar la
presencia de Cristo entre las siete iglesias de la tierra; sin embargo, no es
una visión dentro del santuario celestial. La escena ocurre sobre la misma
Patmos, y los siete candelabros representan las siete iglesias. La invitación
explícita a “venir” a las esferas celestiales viene más tarde en Apocalipsis
4:1.
La segunda escena del santuario
(4:1-5:14). El enfoque cambia ahora al santuario en el cielo. La más
larga colección de símbolos en el libro se encuentran en esta introducción a
los sellos. La escena contiene una profunda mezcla de símbolos de casi cada
aspecto del culto Hebreo.
En el santuario Israelita en la tierra solo
dos ocasiones tocaban la base de casi cada aspecto de su culto: la inauguración
de los servicios en la ocasión en la que el santuario fue dedicado (cf. Ex. 40)
y el Día de la Expiación.
La escena del santuario en los capítulos
4-5 es la primera visión del santuario celestial en el libro. Es mejor
identificado con la inauguración o dedicación del servicio del antiguo
santuario. El enfoque central es sobre las consecuencias de la cruz, una de las
cuales fue el establecimiento del reinado de Cristo en el santuario celestial.
La representación es definitivamente no una
escena de juicio como una que pueda esperarse si el Día de Expiación estuviera
en vista. De hecho, el lenguaje explícito de juicio está totalmente ausente de
la escena.[9]
La única vez que una palabra Griega para juicio aparece en la primera mitad del
libro es en Apocalipsis 6:10, y allí la aseveración es que ¡Dios no ha empezado
todavía el juicio! De la escena del santuario en Apocalipsis 5 precede (sigue)
la apertura de los sellos, la evidencia de que el quinto sello ocurre en un
tiempo de “no juicio” es desiciva en la localización de los sellos en la Era
Cristiana en general.
La tercera y cuarta escena del
santuario (8:2-6 y 11:19). Éstos continúan en el santuario celestial.
El primero (8:2-6) presenta una vista explícita del primer apartamento con sus
servicios de intercesión. El último (11:19) retrata una vista explícita del
Segundo Apartamento en el contexto del juicio (cf. 11:18).
La quinta escena del santuario
(15:5-8). Esta visión toma el lenguaje de inauguración otra vez (la
gloria llenando el templo), pero en realidad presenta el cierre del santuario,
su de-inauguración o cese de su ministerio.
La sexta escena del santuario
(19:1-10). El lenguaje de trono, culto y cordero
es característico de la segunda escena, pero todas las imágenes explícitas del
santuario están ausentes. El santuario celestial se ha desdibujado de la
visión.
La séptima escena del santuario
(21:1-22:5). El enfoque de la visión regresa a la tierra, la
contraparte del capítulo 1. Dios el Señor y el Cordero son el templo de la
Ciudad Santa (21:22). Dios está ahora con su pueblo sobre la tierra (21:3).
Estas escenas introductorias al santuario
muestran dos líneas definidas de progresión. La primera, la atención del lector
es llevado del cielo a la tierra, y vuelto otra vez a la tierra. En segundo
lugar, el es dirigido de la inauguración del santuario celestial hasta la
intercesión, el juicio, cese del santuario y finalmente a su ausencia. Esta
progresión es ilustrada abajo.
1.
Apoc. 1:12-20
TIERRA
...................................................................................................................
2. Apoc. 4 y 5 (Inauguración)
3. Apoc. 8:2-6
(Intercesión)
4. Apoc. 11:19
(Juicio)
CIELO
5. Apoc. 15:5-8 (Cese)
6. Apoc. 19:1-10 (Ausencia)
...................................................................................................................
7.
Apoc. 21:1-22:5
TIERRA
En esta progresión la escena del primer día
explícito de juicio-expiación toma lugar solo en 11:18, 19. la pirmera mitad
del libro se enfoca en la inauguración e intercesión.; la última mitad se mueve
al juicio y al rechazo. Esto apoya el concenso de los pioneros y la idea básica
de Keneth Strand de que el libro de Apocalipsis está dividido en mitades
histórica y escatológica.
El modelo diario/anual. Cuando el
libro de Apocalipsis es examinado como un todo a la luz del santuario, son
hechos descubrimientos de una naturaleza más implícita. Desde los orígenes
históricos nos hemos vuelto más familiares con la manera diaria y anual de los
servicios del santuario que fueron sostenidos en el siglo cuando el Apocalipsis
fue escrito. Una comparación de Apocalipsis 1-8 con estos orígenes (sources)
sugiere que esta sección de Apocalipsis reflejan los servicios diarios del
santuario que anunciaban la cruz.[10]
El primer acto mayor en el servicio del
sacrificio diario (tamid) era para un sacerdote seleccionado para entrar
en el lugar santo y cuidar los candelabros, asegurándose de que cada una de las
lámparas estuviera ardiendo intensamente y tuviera un suministro fresco de
aceite (cf. Apoc. 1:12-20). Siguiendo este minsterio la gran puerta del templo
era dejada abierta (cf. Apoc. 4:1). Entonces un cordero era sacrificado (slain)
(cf. Apoc. 5:6) y su sangre vertida en la base del altar de los sacrificios
ofrecido en el patio exterior del Templo (cf. Apoc. 6:9). Después de verter la
sangre, el incienso era ofrecido en el altar de oro en el lugar santo (cf.
Apoc. 8:3-4; Lucas 1:8-10). Entonces durante un intermedio en el canto (cf.
Apoc. 8:1) las trompetas eran tocadas para indicar que el sacrificio estaba
completado (cf. Apoc. 8:2,6).
No solo la pirmera parte de Apocalipsis
refleja todos los mayores detalles en el sacrifico diario del Templo, sino que
también les alude esencialmente en el mismo orden. Por lo tanto, el material
elaborado de las iglesias, sellos y trompetas aparece hábilmente asociado con
las actividades en el Templo relacionadas con el servicio diario (tamid).
Los Adventistas del Séptimo día entienden que estos servicios diarios son tipos
de la etapa intercesora del ministerio de Cristo comenzado en el santuario
celestial en el momento de su asecención en 31 D.C. El hecho de que las escenas
introductorias a los sellos y las trompetas estén asociadas con la inauguración
e intercesión del santuario es ciertamente compatible con este hallazgo.
Es interesante, por lo tanto, econcotrar
que en el capítulo 11 el libro se mueve al lenguaje explícito de los servivios
diarios del Día de la Expiación. Keneth Strand ha sñalado que Apocalipsis
11:1-2 contiene una fuerte alusión al Día de la Expiación, lo cual viene
inmediatamente después, una referencia de la terminación del tiempo de las
profecías de Daniel (Apoc 10:5,6).[11]
En Levítico 16 –el mayor capítulo del Día de la Expiación- la expiación es
hecha por el Sumo Sacerdote, el santuario, el altar y el pueblo. El único otro
lugar en la Escritura en la que los términos santuario, altar y pueblo
son combiandos es en Apocalipsis 11:1-2. Desde que el Sumo Sacerdote del NT,
Jesucristo, no necesita expiación, la referencia común al santuario, al altar
y al pueblo being measured appears to be a deliberate recollection of
the Day of Atonement como el día cuando estos fueron evaluados o “medidos”
(cf. 2 Sam. 8:2; Mat. 7:2). Esta alusión sutil al Día de la Expiación viene
justo antes a la más explicita de Apocalipsis 11:18-19.
En conclusión, debemos inferir que el
modelo diario/anual arraigado en los símbolos del santuario de Apocalipsis
indica que la primera porción del libro (Apoc. 1-10) fue escrito con el
ministerio intercesor de Cristo en mente. En el capítulo 11, los símbolos
relativos a los servicios diarios son reemplazados por alusiones al juicio
orientado al Día de la Expiación. Esto es lo que esperaríamos si la primera
mitad del libro se enfoca principalmente sobre los largos eventos de la Era
Cristiana y la última mitad sobre los eventos finales de esa era cuando el
juicio llevará al pecado y a los pecadores a su final.
Fiestas anuales en Apocalipsis. Igualmente
sorprendente es la evidencia de que el libro de Apocalipsis después también
aparece relacionado con las fiestas anuales del año judío.[12]
Pascua. Las cartas a las siete
iglesias son reminiscencias de la Pascua, la primera fiesta de la primavera.
Por ejemplo, en ningún otro lugar en Apocalipsis hay tantas concentraciones
fuertes de referencias a la muerte y resurrección de Cristo (cf. Apoc. 1:5,
17-18).[13]
El escrutinio intenso de Cristo a las iglesias nos recuerda a la búsqueda por
levadura de cada hogar judío justo antes de la Pascua (Ex. 12:19; 13:7). Puesto
que la pascua es el único festival cumplido por el Cristo terrenal (1 Cor 5:7),
es adecuado que fuera asociado con la porción del libro en donde él es
retratado en su ministerio a las iglesias de la tierra.
Pentecostés. Como la
inauguración del santuario celestial, la escena del trono de Apocalipsis 4-5 es
apropiadamente asociada con el pentecostés. El primer pentecostés tomó lugar
durante el tiempo cuando la ley fue entregada a Moisés en el Monte Sianí (Ex.
19-20). Como el nuevo Moisés, Cristo recibe, de igual manera, la nueva Torah de
Dios (Apoc. 5). Éxodo 19 también envuelve la inauguración de Israel como pueblo
de Dios (Ex. 19:5,6; cf. Apoc. 5:9-10). La liturgia judía para la fiesta de
Pentecostés incluía la lectura de no solo Éxodo 19 sino que también de Ezequiel
1, un mayor antecedente de Apocalipsis 4-5.
Fiesta de las Trompetas, Día de la
Expiación. El soplo de las siete trompetas –cerca del centro del libro
(8-9,11)- recuerda la lectura de las siete fiestas mensuales de la luna nueva
(seven monthly new moon feasts) que llegaba al climax en la Fiesta de las
Trompetas, marcando la trancisión entre las fiestas de primavera y otoño. La
Fiesta de las Trompetas en sí misma, cae en el primer día del séptimo mes
(correspondiendo con la séptima trompeta) en el tiempo del juicio que llevaba
al Día de la Expiación (af. 11:18-19). Hay un enfoque creciente sobre el concepto
de juicio desde ese punto en adelante en el libro.[14]
Fiesta de los Tabernáculos. La
última de las cinco fiestas básicas del sistem Levítico (cf. Lev. 23) era la
fiesta de las tabernáculos que seguía al día de la expiación. La siega estaba
terminada (cf. Apoc. 14-20). Dios estaba ahora “tabernaculando” con su pueblo
(Apoc. 21:3). Las celebraciones de Apocalipsis están llenas de imágenes de
festivales, ramas de palma, música y regocijo ante el Señor.[15]
Las primeras imágenes de la fiesta –agua y luces- encuentran su último
cumplimiento en Apocalipsis 22:1,5.
Dentro del Adventismo, las fiestas de
primavera han sido asociadas con la cruz de Cristo y su inauguración y
ministerio en el santario celestial. Las fiestas de otoño hallan su
cumplimiento en el tiempo del fin y el juicio previo al advenimiento y los
eventos relacionados con la segunda venida de Cristo. Lo que se ha pasado por
alto es que la fiesta de las trompetas viene como el clímaz de las siete
fiestas de la luna nueva (Num. 10:10) y forma el puente entre las fiestas de
primavera y otoño. Es, por lo tanto, en las siete trompetas de Apocalipsis en
las que uno halla el puente cronológico entre las fiestas de primavera y otoño,
entre un enfoque sobre la cruz y el inicio de la Era cristiana, y un enfoque
sbre el fin del tiempo en Apocalipsis.
De este modo, la primera mitad de
Apocalipsis, basada en los sacrificios diarios y en las fiestas de primavera,
ofrece un énfasis en la cruz y sus efectos; mientras que la última mitad del
libro, basada en los sacrificos anuales y en las fiestas de otoño, se enfoca en
el fin. La fiesta de las trompetas (el primer día del séptimo mes) introdujo el
momento del año en el que el juicio toma lugar y el santuario era purificado
(Apoc. 11:18-19).
Resumen
El
anterior material sobre los antecedentes del santuario de Apocalipsis indica
que el quiasmo de Keneth Strand está bien fundamentado por largas tendencias
que abarcan el libro de Apocalipsis como un todo. Estas tendencias sugieren que
Juan entendía que los sellos y las trompetas cubrían toda la entera historia
cristiana desde sus días hasta la segunda Venida (sin embargo Juan entendió que
iba a ser largo). El punto principal de diferencia con Strand concierne en si
el punto principal del libro es Apocalipsis 11-12 o 14-15.
Esta cuestión no es, sin embargo, una
diferencia sustantiva. El material en Apocalipsis 12-14 es trancisional. Su
objetivo y enfoque es sobre la ira final de las naciones contra el remanente
(12:17;13). Pero gasta mucho tiempo recapitulando la historia que llevaría a
ese clímax, ajustando ese escenario para las operaciones finales de los
personajes que han estado funcionando por mucho en el tiempo. Comenzando con el
capítulo 15 el enfoque casi exclusivo es sobre el verdadero fin del tiempo de
gracia.
III. El Historicismo y
los Siete Sellos
El
espacio no permite una respuesta punto por punto a los argumentos de aquéllos
que sienten que la profecía de los sellos (Apoc. 4-8) son un intento de
retratar los eventos del fin del tiempo.[16]
El argumento bíblico más crucial para esta posición, no obstante, crece sobre
dos observaciones: (1) Está claro que Apocalipsis 4 y 5 contiene paralelos con
Daniel 7, Ezequiel 1-10 y Apocalipsis 19. Ya que el jucio es el tema principal
de estos pasajes paralelos, es deducido que de la escena en Apocalipsis 4-5
debe sacarse de que el juicio investigador comienza en 1884. (2) También está
claro que algunos de los símbolos de Apocalipsis 4-5 recuerdan aspectos de los
servicios en el día de la expiación.[17]
De este modo, puede ser asumido que la escena entera es una descripción del día
de la expiación. Estos argumentos ciertamente merecen investigación, pero ellos
no anulan la imagen más larga resumida brevemente arriba.
En primer lugar, los paralelos de Ezequiel
y Daniel son formativos pero no dicen toda la historia. El revelador alude a
otros pasajes mayores en el AT también.[18]
El común denominador entre todos los cinco pasajes del AT no es el juicio sino
una descripción del trono de Dios. De hecho, Juan elige los símbolos de la
habitación del trono de Daniel 7 y Ezequiel 1-10 pero evita emplear sus
aspectos de juicio.[19]
Especialmente llamativo son las fuertes
diferencias entre Apocalipsis 4-5 y Daniel 7. En Daniel los tronos son
colocados (Dan 7:9); en Apocalipsis los tronos ya están allí (Apoc. 4:2-4). En
Daniel muchoslibros son abiertos (7:10); en Apocalipsis un libro está sellado
(5:1) en Daniel la figura central es “el hijo del hombre” (7:13; un término que
es ciertamente familiar con el Revelador- 1:13); en Apocalipsis es el Cordero
(5:6, un término más apropiado para el servicio diario que para el Día de la
Expiación en cualquier caso).
Como se señaló con anterioridad, el
lenguaje de juicio en la escena de Apocalipsis 4-5 está totalmente ausente[20]
hasta 6:10 en donde está claro que el juicio no ha empezado aún. Parece
inconcebible que Apocalipsis 4-5 pueda ser la escena del fin del tiempo cuando
ese juicio no ha empezado aún ni siquiera en el momento en que el quinto sello
es abierto!
Mientras que hay unas pocas alusiones al
santuario en Apocalipsis 4-5 que pueden relacionarse con el Día de Expiación,
hay mucha más relación con otros aspectos del santuario y sus servicios. La
impresión general dada por este pasaje no conciernea ningún departamento o
servicio pero sugiere un listado exhaustivo de casi cada aspecto del antiguo
ministerio.
Las series de observaciones indicadas
respecto al santuario en la estructura literaria de Apocalipsis indican
fuertemente que Apocalipsis 4-5 es una descripción simbólica del servicio de
inauguración en el santuario celestial que tomó lugar en 31 d.C. Lo que sigue a
la escena de inauguración tiene que hacerlo con toda la Era Cristiana, no solo
su fin.
Los recientes intentos por localizar
Apocalipsis 4 en el primer apartamento del santuario celestial y Apocalipsis 5
en el segundo apartamento se hunden ante la falta total de pruebas en el texto
para cualquier movimiento del trono entre los dos capítulos. Los dos capítulos
describen un solo lugar de visión.
IV. El Historicismo y las
Siete Trompetas
Los
argumentos para una interpretación del fin del tiempo de la serie de las
trompetas (8-11) son algomás impresionantes que aquéllos ofrecidos por la serie
de las sellos. Es sostenido que el lanzamiento (throwing down) del incensario
(Apoc. 8:5) describe el cierre del tiempo de prueba. De este modo, la serie de
las trompetas que sigue (8:7ff.) debe hallar cumplimiento después del cierre
del tiempo de prueba. Pruebas adicionales para un cumplimiento post-tiempo de
prueba está basado en el hecho de que los objetos destruídos por las primeras
dos trompetas –la tierra, el mar y los árboles- no son dañados hasta después de
que el sellamiento del capítulo 7 esté completado (Apoc. 7:1-3). La tercera
pieza de la evidencia para una interpretación post-tiempo de prueba de las
trompetas es el hecho de que la plaga de langostas/escorpiones de la quinta
trompeta no le es permitido afectar a los sellados, así que propone una
ubicación después del cierre del tiempo de gracia (Apoc. 9:4).
Estos argumentos, desde luego, vuelan
directamente a la cara de la anterior evidencia, de que Juan tuvo un interés
para la Era Cristiana como un todo en la primera mitad del libro y solo se
enfocó específicamente sobre el fin del tiempo en la última mitad del libro.
Bajo una examinación más cercana, no obstante, se vuelve evidente que los
argumentos para una ubicación post-tiempo de prueba para las trompetas están
basados más en supocisiones que sobre la actual evidencia del texto bíblico.
Escena
Introductoria al Santuario: Apocalipsis 8:2-6
La mayor supocisión que miente detrás del
primer argumento es que la escena introductoria al santuario que describe
simbólicamente el ministerio sacerdotal de intercesión de Cristo es concluído
antes de que las trompetas comiencen. De este modo, el lanzamiento del incienso
(el cierre del tiempo de prueba para la humanidad) precede a los eventos que
siguen en el capítulo. Por consiguiente, todas las siete trompetas son
entendidas viniendo después del cierre del tiempo de prueba.
La supocisión de que la escena
introductoria está concluída antes de que las trompetas comiencen puede ser
probada de dos maneras. Primera,
¿concluyen las otras escenas introductorias (precediendo las siete iglesias,
los siete sellos y las siete compas) antes de que cada serie de siete
comience?, ¿o continúan ellas para quedarse en los antecedentes de toda la
secuencia de la visión? Segundo, si las trompetas en gran parte toman lugar
durante el tiempo de prueba (tiempo de gracia?), ¿qué evidencia hay en las
series que indique el tiempo prueba está aún abierto a la humanidad?
Cuando examinamos las escenas
introductorias a la serie de visiones de siete de Apocalipsis, descubrimos que
ellas no solo preceden a las subsiguientes escenas sino que permanecen durante
toda la visión. Por ejemplo, en las siete iglesias la visión introductoria
precede las cartas en el arreglo literario del libro, pero cada letra se
refiere de vuelta a las características de Cristo registradas en esa
introducción. Puesto que las cartas son escritas en prosa corriente, ellas
proporcionan una clara indicación de la estrategia literaria del autor.
Los siete sellos son abiertos cada uno
durante la actividad continua del Cordero en el lugar celestial del trono
(Apoc. 5-6). Esa escena, comenzando con la inauguración del santuario
celestial, continúa a través del rompimiento de los sellos hasta la segunda
venida y hasta cuando toda la creación alaba a Dios (Apoc. 5:13).
La escena introductoria a las siete copas
(Apoc. 15:5-8) retrata un tabernáculo vacío en el cielo, lo cual es ciertamente
adecuado para todo el periodo después del cierre del tiempo de gracia.
De este modo, cada viión introductoria
provee la ubicación para la subsecuente actividad y permanece activa en el
contexto inmediato hasta la conclusión de la visión. Puesto que esto está tan
claro para tres de las cuatro series de visiones de siete, la carga de la
prueba está sobre alquien que desee argumentar que Apocalipsis 8:2-6 es una
excepción. Es más probable que Juan intente que el lector vea la intercesión en
el altar de oro como estando disponible justo en el instante del toque de las
siete trompetas, llevándole al final del “misterio de Dios” (Apoc. 10:7), esto
es, el cierre (la terminación) del evangelio (Rom 16:25-27; Efe3:2-7; 6:19).
Otras
Evidencias del Tiempo de Gracia (prueba)
Lo anterior es apoyado por abundantes
pruebas de que el tiempo de prueba queda abierto durante la sexta trompeta. La
sexta trompeta es identificada con el segundo castigo y como tan evidentemente
corre de Apocalipsis 9:12 a 11:14. en Apocalipsis 9:13 hay una voz “de los
cuatro cuernos del altar de oro ante Dios”, una clara referencia al altar de
oro de Apocalipsis 8:3,4. Esta sugiere que la intercesión está aún en proceso
en el momento en que la sexta trompeta es tocada.
En Apocalipsis 9:20,21 aquéllos que
experimentan la plaga de la sexta trompeta dejan de arrepentirse, lo cual puede
indicar que el arrepentimiento es todavía una opción.
En Apocalipsis 10:11 el profeta aprende él
debe profetizar otra vez, algo que tendría poco sentido después del cierre del
tiempo de gracia.
Pero más importante, un grupode gente
descrita en Apocalipsis 11:13 como el “resto” o el “remanente” (hoi loipoi
–la misma palabra aplicada para el remanente de Apocalipsis 12:17)[21]
“fue aterrorizado y dio gloria al Dios de los cielos”. Cual sea el punto en la
historia nosotros podamos suponer, es claramente una respuesta apropiada al
evangelio proclamado por el primer ángel de Apocalipsis 14:6,7 –“Temed a Dios y
dadle gloria”.[22]
De este modo es evidente que el periodo de
prueba queda abierto y la intercesión de Apocalipsis 8:3,4 continúa hasta el
fin de la sexta trompeta. Las siete trompetas como un todo no son para nada
entendidas después del cierre del tiempo de gracia.
¿Son
las Trompetas Paralelas al Sellamiento (Apoc. 7)?
Un argumento posterior para un
interpretación del fin del tiempo de las siete trompetas nota el lnguaje
similar entre Apocalipsis 7:1-3 y Apocalipsis 8:7-9. De acuerdo con Apocalipsis
7 la tierra, el mar y los árboles no son dañados hasta que el trabajo de
sellado está completado. Ya que éstos son los objetos verdaderamente dañados
por la primera y segunda trompeta, sugiere que éstas trompetas deben seguir el
sellamiento cronológicamente y ocurrir en un momento post-tiempo de prueba.
No obstante, debe notarse que Apocalipsis
8:2 introduce una nueva serie; consecuentemente, es necesario demostrar que la
serie de las trompetas sigue cronológicamente a la sección literaria que
la precede. Los capítulos 4 y 12 ciertamente vuelven a un momento de la
historia más temprano. ¿Porqué no el capítulo 8 también?
Aunque es cierto que los objetos para
destruir en las primeras dos trompetas están protegidas en Apocalipsis 7:1-3,
ellos también están protegidos en la quinta trompeta (Apoc. 9:4). Este hecho
levanta serias cuestiones de si la serie de las trompetas son (is to be)
relatadas como una continuación inmediata a la visión del capítulo 7.
Todavía más decisivo, sin embargo, es el
hecho de que el paralelo ás fuerte entre la primera parte de Apocalipsis 7 y
las siete trompetas es en Apocalipsis 9:14,16. En ambas secciones binding
and loosing son relatados a cuatro ángeles. En ambas secciones un pueblo
está siendo contado: en Apocalipsis 7 el pueblo de Dios; en Apocalipsis 9 sus
homólogos demoníacos. Y estas son los dos únicos lugares en Apocalipsis que
contienen las palabras crípticas (enigmáticas) palabras, “Yo oí el número (ekousa
ton arithmon)”. Si el periodo de prueba queda abierto durante la sexta
trompeta y luego se cierra con el sonido de la séptima, la sexta trompeta es la
exacta contraparte histórica de Apocalipsis 7:1-8. Es la última oportunidad de
salvación justo antes del fin.
Las siete trompetas, por lo tanto, no
siguen a los eventos de Apocalipsis 7 en orden cronológico. Las trompetas toman
su entrada y comienzo, por el contrario, desde la visión introductoria de
Apocalipsis 8:2-6. El tema principal de esa visión es la intercesión en el
altar del incienso. Este es una apropiada continuación de la inauguración del
santuario celestial como está descrita en Apocalipsis 5.
El libro de Apocalipsis fluye
naturalmente, como es mostrado arriba, desde una visión de la cruz[23]
hasta una visión de la inauguración del ministerio de Cristo a la luz de la
cruz (Apoc. 5), hasta una imagen del ministerio intercesor que da esos
resultados (Apoc. 8:3,4), y finalmente al juicio que precede el fin (Apoc.
11:18,19). Este orden de eventos es característico en todo el NT.
El
Sello de Dios (Apoc. 9:4)
El mayor argumento final para una
interpretación del fin del tiempo de las trompetas descansa sobre la
observación de que la quinta trompeta no afecta a aquéllos que han sido
sellados (Apoc. 9:4). Es argumentado que si el sellamiento es el último evento
antes del cierre del tiempo de gracia, entonces los eventos de la quinta
trompeta deben ocurrir después del cierre del tiempo de gracia. Este argumento,
sin embargo, asume un número de puntos que necesitan ser demostrados. Asume que
“el sellamiento” quiere decir exactamente lo mismo en ambos contextos. Asume
que “el sellamiento” está limitado al fin del tiempo. Asume que las visiones de
Elena White sobre el sellamiento en Apocalipsis 7:1-3 se aplican también a
Apocalipsis 9:4.
Si uno se aproxima Apocalipsis 9:4 sin el
mayor contexto del NT, estas supocisiones son difíciles de sostener. Las
palabras griegas para sellamiento (sphragis, sphragizo) tienen múltiples
significados. Por ejemplo, cuando un sello es puesto sobre un documento,
mensaje o tumba su propósito puede ser ocultar o limitar.[24]
Un significado alternativo es el de certificar que algo o alguien es confiable.[25]
Pero cuando se relaciona con el pueblo de Dios, el significado predominante de
sellamiento es el de propiedad y aprobación de Dios (“el Señor sabe que éstos
son suyos”).[26] En este
sentido ya era una realidad presente en tiempos de Abrahán (Rom 4:11).
Si en un dado pasaje el contexto indica que
estamos antes del cierre del tiempo de gracia, el concepto del pueblo sellado
debe ser entendido en el sentido general de aquellos que pertenecen a Dios en
toda época. De este modo, no debe ser asumido que el sellamiento en Apocalipsis
7:1-3 es necesariamente idéntico con ese de Apocalipsis 9:4.
Tradducción
de Héctor Peláez para la asignatura de Apocalipsis.
[1] Daniel 2 es un buen ejemplo.
[2] Urías Smith, Daniel y el Apocalipsis (Battle
Creek, MI, 1897).
[3] Ellos son a menudo etiquetados como “futuristas” pero
mientras esta designación es descriptiva respecto a un punto, ellos usualmente
niegan cualquier aceptación del sistema de interpretación futurista
dispensacional.
[4] En soporte a esta afirmacion, véase el comentario de
Urías Smith sobre Apoc. 8:7-9:21. 62% de los comentarios de Smith son citados
directamente de comentadores no Adentistas. La mayoría del resto son
parafraseados. Hay difcilmente un ejemplo en el cual la referencia esté hecha
al texto. La posición historicista is asumida como un regalo (given), nunca es
argumentado del texto de las trompetas.
[5] Keneth A. Strand, Interpreting the Book of Revelation,
2nd ed. (Naples, FL, 1979), 43-59.
[6] Note los siguientes paralelos:
1:1 lo que debe acontecer pronto 22:6
1:3 benditos son estos...quienes mantienen 22:7
1.3 el tiempo está cerca 22:10
1:4 las
siete iglesias 22:16
1:17 el primero y el último 21:6
2:7 árbol de la vida 22:2
2:11 segunda muerte 21:8
3:12 la nueva Jerusalen 21:10
[7] para una discusión más completa de estos grupos
paralelos, ver capítulo 11, “Los Siete Sellos”, en este libro.
[8] Apoc. 1:12-20; 4:1-5:14; 8:2-6; 11:19; 15:5-8; 19:1-8;
21:1-22:5.
[9] Las palabras Griegas para “juicio”, krisis, krima y
krinô, son bastantes comunes en la segunda parte del libro.
[10] El origen para la descripción del sacrificio diario es
el tratado Tamid en la Mishnah, una colección del segundo siglo
A.D. (antes de Cristo) de más tempranas tradiciones pertenecientes a la ley,
tradiciones y prácticas del Judaísmo temprano.
[11] Keneth A. Strand, “An Overlooked Old-Testament
Background to Revelation 11:1”, AUSS 22 (1984): 317-325.
[12] Estoy endeudado con Richard Davidson, SDA del seminario
Teológico, por muchos de los paralelos descritos aquí.
[13] Aunque el cordero sacrificado es mencionado en la
siguiente parte de Apocalipsi (5:6), ha sido muerto previo a la escena en Apoc.
5 (5:5,6; cf. 3:21).
[14] Apoc. 14:7; 16:5,7; 17:1; 18:8,10,20; 19:2; etc.
[15] Cf. Apoc. 7:9 ff. y Apoc. 19:1-10 también como Apoc.
21-22.
[16] Para una discusión de la profecía de los sellos, ver
cap. 11 en este libro.
[17] La “puerta” de 4:1 puede referirse a la puerta entre los
apartamentos del tabernáculo de la tierra del AT (puede ser usado para otras
inauguraciones dentro del santuario también). El trono puede recordar el
propiciatorio (mercy seat) sobre el arca del pacto. Las tres piedras en la
primera parte de Apocalipsis 4 pueden ser encontradas sobre el peto del Sumo
Sacerdote, quien ministraba en el día de la expiación. Las cuatro criaturas
vivientes nos recuerdan a los cuatro querubines en el templo de Salomón.
[18] Isa 6; 1 Rey 22:19-22; Ex 19.
[19] Los escritores bíblicos posteriores usualmente usan
escritos inspirados anteriormente con un diferente propósito del que tenía el
escritor original.
[20] En Griego, las palabras son krina, krisis
y krino.
[21] También en deliberado contrsaste con el impenitente hoi
lopoi de Apoc. 9:20.
[23] Apoc 1:5,17,18; cf. 5:6,9,12.
[24] Mat 27:66; Apoc 5:1,2,5,9; 6:1,3,5,7,9,12; 8:1; 10:4;
20:3; 22:10.
[25] Juan 3:33; 6:27; Rom 15:28; 1 Cor 9:2.
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