ANTROPOLOGÍA Y TEOLOGÍA

ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA FUNDAMENTAL: EL HOMBRE COMO CRIATURA DE DIOS

La afirmación primera de la antropología bíblica en los dos documentos creacionales (Gn 1: sacerdotal y Gn 2: yavista) es que el hombre es criatura de Dios.

En el Antiguo Testamento

La terminología antropológica hebrea se refleja en tres términos claves: basar, nefes y ruah.
·      El vocablo basar significa originariamente la carne de cualquier ser vivo, hombre o animal. De ahí pasa a designar al mismo ser viviente en su totalidad, en cuanto visiblemente emplazado en el campo de percepción sensible de los demás seres. La carne es la manifestación exterior de la vitalidad orgánica. La atribución (como basar) al hombre subraya el sustrato biológico común a este y a los demás seres vivientes. Así, basar connota un principio de solidaridad o socialidad. La designación del hombre como carne sugiere a menudo los matices de debilidad, fragilidad y caducidad inherentes a la condición humana, no sólo física, sino también moral. De ahí que el término no se predique jamás de Yahvé.
·      Nefes es la noción central de la antropología israelita. Primeramente significó la garganta, el órgano de la respiración y por metonimia la respiración misma, el aliento. De ahí toma el sentido de principio vital o vida, común a hombres y animales. Designa al propio ser viviente en general y, más particularmente, al hombre. La nefes es el centro vital inmanente al ser humano, la persona concreta animada por su propio dinamismos y dotada de sus rasgos distintivos (lo que hoy llamaríamos personalidad); pero la nefes hebrea no es una entidad puramente espiritual, al estilo de la psyché platónica. No es de extrañar, pues, que basar y nefes se utilicen indistintamente para denotar al hombre entero, funcionando como sinónimos. Así llegamos a una conclusión importante: la pareja basar-nefes remite al hombre como unidad psicosomática (cuerpo animado y/o alma encarnada). Consecuencia importante: De esta concepción integracionista, ni el pecado se adscribe a la carne o al cuerpo ni la santidad concierne a un estado espiritual o anímico.
·      Ruah significa primeramente brisa, viento, consiguientemente significará la respiración o incluso la vitalidad. En la mayoría de los casos se usa para denotar el espíritu de Yahvé; en algunos casos menos, la comunicación que de ese espíritu hace Yahvé al hombre. Estamos, pues, ante un “concepto teoantropológico” con el que se expresa una nueva dimensión del hombre: la de su apertura a Dios, lo que hoy llamaríamos el carisma sobrenatural.
Resumiendo. El hombre:
-Es basar en cuanto ser mundano, solidario de los demás seres, y particularmente de sus semejantes.
-Es nefes en cuanto ser equipado con un dinamismo vital inmanente.
-Participa del ruah en cuanto receptor del influjo carismático de Dios, que lo pone a su servicio y lo llama a un destino salvífico.
De estas tres dimensiones significativas, la más importante cualitativamente es la tercera, en la que se plasma la decisiva relación Dios-hombre. La existencia humana es esencialmente existencia dialógica: en el juego de escuchar y responder a Dios late el secreto del logro o el malogro de la existencia humana.

En el Nuevo Testamento

La terminología antropológica básica y la categoría fundamental es el hombre “imagen de Dios”.

Terminología sinóptica

·      Psyché equivale al término hebreo nefes, y no responde al concepto “alma” de una antropología “alma-cuerpo”. Traducido por “alma” daría lugar a malentendidos; la traducción idónea es “vida”, entendiendo ésta como “vida ligada a un cuerpo” (así Jn 12, 25: “Quien quiera salvar su “psyché” la perderá; pero quien pierda su “psyché” por mí y por el Evangelio, la salvará”).
·      Psyché y sôma (alma y cuerpo) son dos aspectos de persona biológica, uno de los cuales (el alma) es la dimensión interior, y el otro (el cuerpo) es la dimensión exterior.
En los LXXsôma denota al hombre en su aspecto global, en cuanto totalidad” (Schweizer).
Resumiendo: En sinópticos no descubrimos ningún texto donde aparezca inequívocamente el esquema sôma-psyché en su acepción griega (componentes distintos del hombre entero). En los pocos lugares que utilizan a la vez los dos términos, estos revisten un significado diverso del que le otorga el esquema dicotómico helenista. Cuando se emplean en solitario:
-Psyché = nefes
-Sôma = basar

Terminología paulina

·      Sarx (carne)=basar: la naturaleza humana, el hombre en su condición nativa, lo débil y caducable.
·      Pneûma (espíritu)=psyché=nefes: la fuerza vital propia de cada ser, el mismo ser, el hombre.
·      Alternancia sôma-sarx
-Sôma: designa al hombre entero, solidario de los demás hombres; pero sin el carácter peyorativo propio de sarx.
-Sarx: designa la condición natural del hombre (religiosamente neutra), o como denotación de su condición pecadora (conexión carne-pecado).
Carne: lo que procede del hombre y le es connatural.

La Biblia considera al hombre como unidad psicosomática. Lo que se plantea de inmediato es como trasvasar esta intuición bíblica del hombre-unidad a un lenguaje procedente de otra visión, para la que el hombre es dos cosas (alma-cuerpo) y no una.


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