Hay
grados de conocimiento y grados de importancia de lo conocido por la membresía
y se debe a situaciones específicas que transcurren, desde el secreto ético del
individuo que no debe ser violado por la posición de poder de su pastor, hasta
la interpretación no religiosa de los términos bíblicos. Ante estas
situaciones, no debemos actuar bajo la
inmediatez o el ansia por aplicar una disciplina que ocasione más daño del que
pretende evitar. ¿Cuál puede ser el origen del problema? ¿Puede ser que exista
una manera equivocada de interpretar ese mensaje? ¿Puede existir el riesgo
de ministrar bajo una hermenéutica pastoral deformada? El desafío
es crear una generación de pastores y administradores adventistas,
sensibilizados con la ES, que estén preparados, que tengan la habilidad de
ayudar a la gente a usar sus talentos en la obra de alcanzar al mundo. Los
pastores necesitan llegar a ser capacitadores. No “mamás gallinas cubriendo
a sus polluelos.” Una congregación saludable no es un grupo de
individuos independientes, sino una unidad de creyentes alcanzando a la
comunidad que está a su alrededor. ¿Qué puede hacerse para generar salud en
nuestras congregaciones locales? Cada vez más adventistas se están dando cuenta
de que hay otras maneras de estructurar la iglesia en el mundo posmoderno. La
iglesia necesita pensar en sus creencias en términos de qué es primario y qué
es secundario, o de qué es central y qué está en el borde.[1]
¿Qué pasos se pueden tomar para permitirle al Espíritu el lugar que le
corresponde dentro del adventismo? ¿O esperamos completar nuestra obra sin su
problemática presencia? Cualquier tema antiguo serviría: estilos de adoración,
teología, normas del vestir. ¿Qué puede hacerse? No podemos pensar de forma
tribal, nacionalista y racial. La iglesia no es una gran lucha de poder. Hay
injusticias que necesitan ser rectificadas y situaciones complejas que nunca
podrán ser completamente enderezadas. En las situaciones más difíciles e
injustas necesitamos comportarnos como hermanos nacidos de nuevo, capaces de
discutir estas cosas sin perder de vista la misión de la iglesia, lo que hace
que cada asunto sea significativo en primer lugar, que valore a la ES. ¿Cuándo
se regocijan los adventistas? ¿El viernes al atardecer o el sábado al
atardecer? Muchos de nosotros actuamos como si el sábado fuese el castigo por
ser adventista, en vez de una señal de nuestra salvación y la bendición más
grande de la semana. Esta actitud desafortunada sucede en muchas de nuestras
iglesias.
Comunidad
cristiana significa comunión en Jesucristo y por Jesucristo. Ninguna comunidad
cristiana podrá ser más ni menos que eso. Y esto es válido para todas las formas
de comunidad que puedan formar los creyentes, desde la que nace de un breve
encuentro hasta la que resulta de una larga convivencia diaria. Si podemos ser
hermanos es únicamente por Jesucristo y en Jesucristo.
El
adventismo necesita desarrollar mecanismos para enriquecer e iluminar su
multiculturalismo y su internacionalismo. Se necesita más que una doctrina
correcta para llenar una iglesia. No solo necesitamos verdades doctrinales,
sino la verdad tal y como está en Jesús. Los desafíos deben ser tratados de una
manera abierta, honesta y cristiana. El éxito no vendrá por accidente. Será el
producto del pensamiento, la planificación y la acción deliberada.[2]
No podemos vivir el ministerio detrás de escritorios,
de papeles, e inundados de comisiones, sin contacto con la gente. Tenemos el
mandato de llevar la carga del otro (Gal 6.2), el hermano es una carga. Esta es
una de las grandes diferencias con el mundo secular en dónde cada uno busca lo
mejor para los suyos, casi en exclusividad. La seriedad de la espiritualidad
cristiana muestra su rechazo a esa ligereza, somos carga los unos con los otros
y asumir esa carga lleva a la hermandad y a la comunión y no a la camarería.
Cristo no es solo mediador entre Dios y los hombres sino también entre un
hombre y otro.[3]
[1]
“Algunos adventistas sostienen que todas sus creencias son de igual
importancia. Por el contrario, la realidad es que el tener una relación
salvadora con Jesús está en el centro mismo del cristianismo. Esa relación no
está al mismo nivel que el comer unas chuletas de cerdo. La imagen bíblica es
clara en cuanto a que todo el cristianismo genuino fluye de una relación
salvadora con Jesucristo.” Es muy fácil ser adventista sin ser cristiano.
Cf. KNIGHT, R. George. Nuestra Iglesia. Florida: Apia, 2005.
[2]
George R. Knight presentó este discurso en la sesión de la Conferencia General
del año 2000
en Toronto. Disponible en: http://www.adventistreview.org/2000-1544/devil.html
[Consulta: 4 febrero 2015].
[3]
BONHOEFFER, Dietrich. Vida en comunidad. Salamanca: Sígueme, 2005, p.85.
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