La doctora volkow destaca que la adicción es una enfermedad del cerebro y no una debilidad
La directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), la doctora Nora Volkow, afirmó este sábado que la adicción es una enfermedad del cerebro, durante su intervención en el IV Congreso internacional de Patología Dual, que se celebra en Barcelona.
Los expertos reunidos en el congreso expresaron su interés en que se destierre la visión “conservadora” que asume la adicción como un problema de debilidad de carácter o vicio, y no como una enfermedad mental y cerebral; además, aseguraron que si se desconoce el trastorno mental que hay detrás del adicto, el fracaso de la terapia está “casi asegurado”.
“En las personas adictas existe un desajuste cerebral que afecta al funcionamiento de las áreas que permiten ejercer el control de los deseos, es decir, interfiere en la capacidad de dominar los impulsos. Sabemos que hay diferencias genéticas que determinan que una persona sea mucho más vulnerable que otra”, defendió el catedrático de Psiquiatría de la Universitat Autónoma de Barcelona, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y presidente del congreso, el profesor Miguel Casas.
A este respecto, la doctora Volkow añadió que “la drogadicción es una enfermedad del cerebro, un problema médico que puede ser tratado y rehabilitado, como se hace con otro tipo de enfermedades que tienen que ver con el cerebro, como la epilepsia”, y alertó de que si los cambios cerebrales que explican las conductas adictivas del paciente no se atienden, éstas permanecerán.
Por otro lado, el profesor Casas apuntó que en la población adolescente la causa más prevalente de consulta son los trastornos por uso de cannabis, cuyo consumo en España es uno de los más altos de Europa. La Sociedad Española de Patología Dual alertó de que el consumo de cannabis, cocaína y drogas de diseño entre la población adolescente tiene un peso decisivo en el fracaso escolar y explica que entre el 25% y el 30% de ellos no terminen sus estudios, además de favorecer la aparición de enfermedades psiquiátricas en edades cada vez más tempranas.
“Respecto a la patología psiquiátrica, los trastornos que con más frecuencia se asocian en población adolescente son los denominados trastornos por conducta disruptiva, comportamientos inapropiados que no se ajustan a las normas socialmente aceptadas, seguidos por los cuadros depresivos”, alegó el director del congreso.
No obstante, los expertos recordaron que pese a que el consumo de sustancias suele asociarse a personas jóvenes, es un problema que no tiene límites de edad. “El trastorno más frecuente es el abuso o dependencia de fármaco hipnosedantes o ansiolíticos, así como los llamados ‘painkillers’ (analgésicos), muchas veces recomendados por el entorno del paciente y obtenidos de forma sencilla mediante prescripción médica”, comentó el profesor Casas, quien insistió en la importancia de la prevención y los programas específicos tanto en adolescentes como ancianos.
Los expertos reunidos en el congreso expresaron su interés en que se destierre la visión “conservadora” que asume la adicción como un problema de debilidad de carácter o vicio, y no como una enfermedad mental y cerebral; además, aseguraron que si se desconoce el trastorno mental que hay detrás del adicto, el fracaso de la terapia está “casi asegurado”.
“En las personas adictas existe un desajuste cerebral que afecta al funcionamiento de las áreas que permiten ejercer el control de los deseos, es decir, interfiere en la capacidad de dominar los impulsos. Sabemos que hay diferencias genéticas que determinan que una persona sea mucho más vulnerable que otra”, defendió el catedrático de Psiquiatría de la Universitat Autónoma de Barcelona, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y presidente del congreso, el profesor Miguel Casas.
A este respecto, la doctora Volkow añadió que “la drogadicción es una enfermedad del cerebro, un problema médico que puede ser tratado y rehabilitado, como se hace con otro tipo de enfermedades que tienen que ver con el cerebro, como la epilepsia”, y alertó de que si los cambios cerebrales que explican las conductas adictivas del paciente no se atienden, éstas permanecerán.
Por otro lado, el profesor Casas apuntó que en la población adolescente la causa más prevalente de consulta son los trastornos por uso de cannabis, cuyo consumo en España es uno de los más altos de Europa. La Sociedad Española de Patología Dual alertó de que el consumo de cannabis, cocaína y drogas de diseño entre la población adolescente tiene un peso decisivo en el fracaso escolar y explica que entre el 25% y el 30% de ellos no terminen sus estudios, además de favorecer la aparición de enfermedades psiquiátricas en edades cada vez más tempranas.
“Respecto a la patología psiquiátrica, los trastornos que con más frecuencia se asocian en población adolescente son los denominados trastornos por conducta disruptiva, comportamientos inapropiados que no se ajustan a las normas socialmente aceptadas, seguidos por los cuadros depresivos”, alegó el director del congreso.
No obstante, los expertos recordaron que pese a que el consumo de sustancias suele asociarse a personas jóvenes, es un problema que no tiene límites de edad. “El trastorno más frecuente es el abuso o dependencia de fármaco hipnosedantes o ansiolíticos, así como los llamados ‘painkillers’ (analgésicos), muchas veces recomendados por el entorno del paciente y obtenidos de forma sencilla mediante prescripción médica”, comentó el profesor Casas, quien insistió en la importancia de la prevención y los programas específicos tanto en adolescentes como ancianos.
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