Con la confirmación de la llegada del ébola a Europa a través de España estamos convencidos de que sois muchos los que tenéis dudas e incluso miedo pero, ¿está justificado? A continuación intentaremos resolver algunas de las preguntas más frecuentes:
1) Qué es el ébola: se trata de un virus, que se da con mayor frecuencia en África tropical, con una tasas de letalidad muy altas y que puede transmitirse de especies animales a personas y de estas a otras.
2) Cómo se transmite entre personas: pese a lo que mucha gente cree, este virus no se contagia por el agua, ni por el aire y casi nunca lo hace a través de los alimentos. Se transmite a través del contacto directo con la sangre o las secreciones de un enfermo como, por ejemplo, la saliva, la orina, el semen e incluso las heces o los vómitos, pero también por contacto con objetos contaminados por dichos líquidos. Sin embargo, es muy importante saber que sólo se contagia a partir de que el paciente presenta síntomas y hasta que el virus es eliminado por completo de dichas secreciones.
3) Cuánto dura el periodo de incubación: según datos de la Organización Mundial de la Salud, el intervalo que se da entre la infección hasta la aparición de los primeros síntomas suele durar entre dos y veintiún días.
4) Cuáles son sus síntomas: el ébola es una enfermedad vírica aguda grave que suele estar caracterizada por provocar la aparición súbita de fiebre, debilidad y dolores musculares, de cabeza y de garganta. A todo ello le acompañan vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas así como externas.
5) Cómo se diagnostica: las infecciones sólo pueden diagnosticarse de forma definitiva mediante pruebas de laboratorio y tras descartar otras como el paludismo, la fiebre tifoidea, el cólera, la meningitis o la hepatitis. Por supuesto, estas pruebas deberán realizarse en condiciones de máxima contención biológica ya que suponen un enorme peligro.
6) Tratamiento: no existe hasta la fecha ninguna vacuna capaz de curar el ébola, ni en humanos ni en animales, aunque se están probando varias que no están disponibles para uso clínico.
Fuente: OMS
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