REFLEXION SOBRE MITOLOGÍA

REALIDAD O MITO: Mito 54: Jacob y Esaú lucharon en el seno materno

El Mito: Rogó Isaac al Señor por su mujer, que era estéril, y fue oído por el Señor, y concibió Rebeca, su mujer. Chocábanse en su seno los niños, y dijo: «Para esto ¿a qué concebir?» Y fue a consultar al Señor, que le dijo:
«Dos pueblos llevas en tu seno, dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra nación. Y el mayor servi­rá al menor».
Llegó el tiempo del parto, y salieron de su seno dos gemelos. Salió pri­mero uno rojo, todo él peludo, como un manto, y se le llamó Esaú. Después salió su hermano, agarrando con la mano el talón de Esaú, y se le llamó Jacob. Era Isaac de sesenta años cuando nacieron. Crecieron los niños, y fue Esaú diestro cazador y hombre agreste, mientras que era Jacob hombre apacible y amante de la tienda. Isaac, porque le gustaba la caza, prefería a Esaú, y Rebeca prefería a Jacob (Gn 25, 21-28).
La Realidad: Jacob y Esaú se corresponden con los dioses egipcios Horus y Set, quienes lucharon en el seno materno y se disputaron quien se convertiría en dirigente de la nación.
Jacob y Esaú son gemelos que luchan incluso dentro del seno materno. Esaú sale el primero, «rojo, todo él peludo, como un manto», pero Jacob intenta retenerle. Este relato presenta sólo uno de los muchos incidentes entre Jacob y Esaú que se inspiran en los mitos egipcios sobre el conflicto entre Horus y Set.
Tenemos varias evidencias acerca de la identidad original de Jacob y Esaú, pero están dispersas a través de varios relatos y es necesario reconstruirlas. Comentaremos aquí las características más destacadas y las demás serán tratadas con más detalle en otros mitos relacionados con este tema.
Tal vez la pista más importante en cuanto a su identidad venga dada por la descripción física de Esaú. Salió del seno materno siendo un bebé bastante peludo, cubierto de un vello rojo tan espeso que parecía un manto. Era tan hirsuto que años más tarde Jacob se disfrazó de él cubriendo sus propios brazos con una piel de cabra. Las características físicas de Esaú son las del dios egipcio Set, hermano y rival del dios rei­nante Horus. A menudo, los Egipcios retrataban a Set con la forma de un asno pelirrojo.
Según el relato de Plutarco acerca del nacimiento de Osiris, dios del más allá y hermano de Set, el segundo nació antes de tiempo y se abrió camino por el costado de su madre, de manera similar a Esaú, que se ade­lantó a Jacob en su salida de la matriz. En el mismo relato, Set nació inme­diatamente después de Horus el Grande, pero apareció mucho antes que Horus el Hijo de Isis. Debido a que los egipcios mezclaban las identidades de varios dioses Horus, Set y Horus eran gemelos que también compartí­an el parentesco de tío y sobrino.
Esaú y Set también comparten la característica de ser intrépidos caza­dores y guerreros, mucho más que cualquier otro de sus compañeros. Y ambos eran seres solitarios que no se relacionaban bien con los demás miembros de la familia.
Al ser el primer nacido, Esaú debía haber sido el heredero de la alianza, e Isaac lo prefería a él. Pero su madre quería más a Jacob y conspiró para engañar a Isaac y Esaú con el fin de transferir la primogenitura a su amado hijo. El relato egipcio tiene el mismo guión. Ra, la divinidad prin­cipal, prefería a Set como el sucesor de Osiris. Isis, sin embargo, prefería a su hijo Horus, que también era hermano de Set. Al final, Isis ayuda a Horus a conseguir el trono (véase el Mito 55).
Otro paralelismo interesante entre los relatos egipcio y bíblico refe­rentes a Set y Esaú tiene que ver con el nombre de Esaú. Cuando Set pla­nea atrapar a Osiris en un cofre y enviarlo al mar, una reina etíope lla­mada Aso lo ayuda. Aunque el aliado de Set sea una mujer, su nombre es filológicamente idéntico al de Esaú, al compartir las mismas conso­nantes (hebreo y egipcio no utilizaban vocales). Esto indica que cuando los hebreos adoptaron el relato, substituyeron el nombre de la divinidad que asistió al dios por el de la misma divinidad.
Por consiguiente, las correspondencias anteriormente descritas entre Set y Esaú también contribuyen a identificar la naturaleza del hermano de Esaú. Horus el Grande era el hermano gemelo de Set y ambos lucha­ron en el seno materno. Jacob y Esaú hicieron lo mismo. Tanto Horus el Hijo de Isis, como Jacob dependieron de su madre para que les ayudara a engañar a su hermano y así conseguir el liderazgo. Tanto Horus como Jacob recibieron la oposición del cabeza del clan. Por añadidura, Plutarco nos dice que mucho después del nacimiento de Set, Horus el Hijo de Isis nació cojo. Jacob también se volvió cojo mucho después del nacimiento de Esaú, pero justo antes de que cambiara su nombre por el de Israel. Contextualmente, el cambio de nombre debería considerarse como una forma de renacimiento, ya que supone una nueva etapa en la vida de Jacob




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