INTERPRETAR A EG WHITE

II. TOMAR EN CONSIDERACIÓN TODO LO QUE EL PROFETA DICE ANTES DE SACAR UNA CONCLUSIÓN PERSONAL

I.      Introducción


La pregunta que a menudo surge es, ¿cómo puede Ellen G. White, que vivió la mayor parte de su vida y redactó la mayoría de sus escritos en el siglo XIX, estar vigente en el siglo XXI?
La respuesta a esa pregunta está en aplicar la siguiente regla: tomar en consideración todo lo que el profeta dice, sobre cualquier asunto que se esté investigando, antes de llegar a una conclusión. Esto ayudará a:
1.     Lograr el equilibrio y evitar la distorsión el propósito guía de la hermenéutica (Seventh Day Adventist Bible Commentary. Vol. 7, págs. 336-337).
2.     Evitar "salirse por la tangente": Una simple declaración tomada de forma aislada, puede llevar a una abstracción y, por lo tanto, tornarse falsa o engañosa por no explicar adecuadamente la posición del profeta y la intención del mensaje.


II.    Trasfondo histórico


El precedente bíblico básico de la hermenéutica es «precepto sobre precepto, línea sobre línea, un poquito aquí, otro poquito allá» (Isaías 28: 10).

A.    Cuestiones sobre las cuales Ellen G. White guardó total silencio:

1.     Películas de cine y vídeos: El primer largometraje producido en Hollywood fue dirigido por D. W. Griffith, El nacimiento de una nación, en 1915, el año en que Ellen G. White murió.
2.     Programas de radio: El primer programa de radio fue transmitido el 2 de noviembre de 1920.
3.     Programas de televisión: El primer programa en televisión comercial fue transmitido en 1939.
4.     Anticoncepción (control de la natalidad) química/mecánica: Aunque el primer estudio científico serio sobre contraconcepción fue realizado en 1882, no fueron introducidos productos comerciales disponibles sino hasta después de 1960.
5.     Aborto: En su tiempo no hubo ningún tipo de presión popular para que se legislara al respecto, en cambio hoy si existe. Solo hay una referencia al infanticidio en sus escritos.
6.     Cremación: No era un tema de controversia en su tiempo.
7.     Transplante de órganos: Esta técnica quirúrgica no estaba disponible en su tiempo, y ella no tenía nada que decir concerniente al procedimiento o a consideraciones bioéticas al respecto de este asunto.

B.    Cuestiones sobre las cuales Ellen G. White escribió relativamente poco:

1.     Seguros de vida: Solo hay una declaración de ella sobre este asunto, escrita en 1867 (E. G. White, Testimonies for the Church, t. 1, págs. 549-551). Las compañías aseguradoras en sus días eran corruptas y fraudulentas, sin regulación por parte de una agencia gubernamental. Hoy, probablemente, es una de las actividades más reguladas.
2.     Anillo de matrimonio: Solo hay una declaración, escrita en 1892, justamente después de su llegada a Australia (E. G. White, Testimonies to Ministers and Gospel Workers, págs. 180-181).

3.     Las dos resurrecciones especiales:

a.     En domingo de resurrección (Mateo 27: 51-53; Efesios 4: 8; E. G. White, El Deseado de todas las gentes, págs. 729-731, 772-774, Primeros escritos, págs. 183-185, 208; El conflicto de los siglos, págs. 20, 725; Mensajes selectos, t. 1, págs. 358-361).
(1)   Mateo y Pablo refieren ocho eventos o identificaciones concernientes a los que fueron resucitados.
(2)   Ellen G. White refiere diez eventos adicionales. Su contribución es información extrabíblica, en adición a lo que se encuentra en la Biblia. Por lo tanto no es contraria a lo que la Biblia revela.
b.    Inmediatamente antes de su segundo advenimiento: (Daniel 12: 1; Mateo 26: 64; Apocalipsis 1: 7; 14: 13; E. G. White, Primeros escritos, pág. 285; El conflicto de los siglos, pág. 694-695). Ellen G. White identifica tres categorías de individuos, dos de

las cuales serán devueltas de nuevo a la vida solo temporalmente. (Dos grupos son identificados en las Escrituras; uno es extrabíblico):
(1)   Los adventistas del séptimo día que han muerto desde 1844 bajo el mensaje de los tres ángeles, y que observan el sábado.
(2)   Los malvados que crucificaron a Jesús.
(3)   Los opositores de todas las épocas a Cristo y su reino.

C.    Cuestiones sobre las cuales Ellen G. White escribió mucho:

1.     El Espíritu Santo: El Comprehensive Index to the Writings of Ellen G. White enumera 38 subcategorías en 59 columnas de referencias.
2.     Jesucristo: Hay 50 diferentes subcategorías en 174 columnas de referencias en el
Comprehensive Index to the Writings of Ellen G. White.


III.  Casos de estudio a considerar


A.    La ira de Dios (¿Mata Dios a los pecadores?)
1.     Algunos afirman que Dios no mata a los pecadores, mencionando las siguientes citas de Ellen G. White para apoyar sus puntos de vista:
a.     «Dios no destruye a ningún hombre. Todo hombre que sea destruido se habrá destruido a mismo» (E. G. White, La fe por la cual vivo, pág. 158).
b.    «Así como le sucedió antiguamente a Israel, los malvados se destruirán a mismos...» (E. G. White, El conflicto de los siglos, pág. 41).
2.     La doctrina que trata sobre este asunto es conocida entre los teólogos como "La ira de Dios”. La Biblia enseña claramente que Dios ha matado y matará a los pecadores.
a.     Isaías habla repetidamente de eso:
(1)   «He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad y raer de ella a sus pecadores» (Isaías 13: 9).
(2)   «Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él...» (Isaías 26: 21).
(3)   «Porque Jehová se levantará... se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación» (Isaías 28: 21).
b.    Otros escritores bíblicos hablaron franca y claramente de la destrucción que Dios hizo de los humanos, creados a su propia imagen, porque desafiaron al Dios del cielo:
(1)   El diluvio en los días de Noé.
(2)   La destrucción de Sodoma y Gomorra.
(3)   La caída de las murallas y destrucción de la ciudad de Jericó.
c.     La Biblia declara que en su segunda venida él destruirá a los malos que estén vivos, y a todos los impíos después de su tercer advenimiento (al final del milenio), en la fase ejecutiva de su juicio.

3.     Ellen G. White afirma el claro testimonio de las Escrituras:

a.     El diluvio: En 1876, la pregunta sobre si Dios fue responsable por la muerte de los malvados antediluvianos, surgió en varios círculos adventistas. Ellen G. White escribió un manuscrito de siete páginas: «The Days of Noah» [Los días de Noé] (Manuscript 5, 1876). Las últimas cinco páginas han sido compiladas en: «But God Drowned the Vast World» [Dios anegó el vasto mundo].
b.    Jericó: «Los juicios de Dios fueron  suscitados contra  Jericó... Pero el mismo Capitán de la hueste del Señor vino del cielo para conducir los ejércitos del cielo en un ataque contra la ciudad» (E. G. White, Eventos de los últimos días, pág. 247).

c.     Después del cierre de la gracia:

(1)   «El mismo poder destructor ejercido por santos ángeles cuando Dios se lo ordena, lo ejercitarán los ángeles malvados cuando él lo permita» (E. G. White, Conflicto de los siglos, pág. 672).
(2)   «Me fue mostrado que las siete últimas plagas serán derramadas después que Jesús salga del santuario. Dijo el ángel: 'La ira de Dios y del Cordero es lo que causa la destrucción o muerte de los impíos» (E. G. White, Primeros escritos, pág. 52).
4.     ¿Cómo podemos explicar entonces la aparente contradicción de las declaraciones del libro El conflicto de los siglos página 41?
a.     Una revisión del contexto interno de estas dos declaraciones, revela que Ellen G. White no estaba considerando la pregunta de que si Dios era o no el que hizo la matanza, sino si

podría ser considerado culpable de asesinato por hacer ese acto que la Biblia y Ellen G. White declaran que él lo había hecho antes y que lo hará otra vez.
b.    El énfasis de su argumento es: Dios no es culpable de asesinato, porque en el caso de asesinato la victima no tiene opción; no tiene libertad de escoger, sino que sufre el intento del asesino. Pero Dios libremente ofreció vida o muerte a cada ser humano bajo condiciones claramente establecidas. El pecador tiene la alternativa de escoger, una manera de evitar la muerte.
c.     Si los hombres deliberadamente se embarcan sobre un curso de acción en el que Dios ya ha decretado que va a traer sobre ellos destrucción personal, su castigo viene simplemente como una consecuencia de causa/efecto. En ese sentido, los pecadores son ellos mismos culpables de su destrucción, porque al final cosecharon lo que sembraron.
«Según las leyes de Dios que rigen en la naturaleza, el efecto sigue a la causa con invariable seguridad. La siega es un testimonio de la siembra» (E. G. White, «La abundante cosecha de un pequeño acto», 27 de noviembre, en: Dios nos cuida, pág. 340).

B.    ¿Deben los huevos ser excluidos de la dieta de todos los adventistas del séptimo día?

1.     En un sermón en el Tabernáculo de Battle Creek, el 6 de marzo de 1869, Ellen G. White suscitó el asunto de la inconsistencia en la práctica de la reforma pro salud en el diario vivir del cristiano:
«Colocáis sobre vuestras mesas mantequilla, huevos y carne, y vuestros hijos participan de esto. Se los alimenta precisamente con lo que excitará las pasiones animales, y entonces venís a la reunión y pedís a Dios que bendiga y salve a vuestros hijos. ¿Hasta qué altura llegan vuestras oraciones?" (E. G. White, Consejos sobre el régimen alimenticio, págs. 288-289).
2.     El mismo año ella escribió una carta a: «Hermano y hermana E», en la cual enfocaba un problema particularmente grave en ese hogar, que involucraba a los dos hijos adolescentes. (E. G. White, «La sensualidad en los jóvenes», en: Testimonios para la iglesia, t. 2, págs. 348-367). En la carta declara: «No debierais colocar huevos sobre vuestras mesas». ¿Por qué? «Son perjudiciales para vuestros hijos» (E. G. White, Testimonios para la iglesia, t. 2, pág. 357).
3.     Esto hace surgir la siguiente pregunta: ¿Es "vuestra mesa" una frase para ser entendida en singular, refiriéndose específicamente a la mesa del hermano y la hermana E, o es "vuestra mesa" una frase que se refiere colectivamente a las mesas de todos los adventistas del séptimo día?
4.     Un análisis de lo que ella ha dicho en otras situaciones, muestra que al menos en su tiempo el uso de huevos no era prohibido en términos generales por Ellen G. White, porque en otra parte ella escribió acerca del "beneficio" del uso de los huevos.
(1)   «En algunos casos el uso de huevos es beneficioso» (E. G. White, Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 418).
(2)   «Por lo contrario, no deben suprimir completamente la leche ni los huevos las personas cuyos órganos  productores  de sangre son débiles» (E. G. White, Ministerio de curación, pág. 247).
(3)   «Si bien se han dado advertencias... no debe considerarse como violación de nuestros principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente alimentadas. Los huevos contienen ciertos principios que obran eficazmente contra determinados venenos» (E. G. White, Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 244).
5.     ¿Qué fue, entonces lo que desencadenó esta advertencia en 1869 al hermano y hermana E?
(1)   Un examen del contexto interno revela que ambos hijos adolescentes de la familia "E", fueron incapaces de mantener sus pasiones sexuales bajo control y estaban practicando la masturbación.
(2)   Dios había revelado a Ellen G. White, como hoy los sexólogos y fisiólogos han descubierto, que los huevos ocupan una de las primeras posiciones en  el ranking de afrodisíacos (sustancias que aumentan el deseo sexual humano).
(3)   Lo que Ellen G. White estaba diciendo era que si una persona tenía problemas de controlar el apetito sexual no debería innecesariamente agravar la situación usando sustancias que contribuyen a hacer eso.

6.     Procurando encontrar el equilibrio, Ellen G. White, mientras continuaba recomendando el cesar el consumo de carne, y café, no obstante, el tiempo para la abstinencia de los productos lácteos (leche, crema y mantequilla) y los productos de las aves de corral (huevos) aún no había llegado. De modo que «vendrá el tiempo» cuando necesitaremos excluir de la dieta todo producto animal; pero «cuando llegue el tiempo... Dios lo revelará. No han de defenderse los extremos en la reforma pro salud» (E. G. White, Carta, 1901, Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 428).




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