BONHOEFFER ¿TENÍA RAZÓN?


BONHOEFFER Y LA GRACIA


La gracia barata es el enemigo mortal de nuestra Iglesia. Hoy combatimos en favor de la gracia cara.

La gracia barata es la gracia considerada como una mercancía que hay que liquidar, es el perdón barato, el consuelo barato, el sacramento barato, es la gracia como almacén ina­gotable de la Iglesia, de donde la toman unas manos inconsideradas para distribuirla sin vacilación ni límites; es la gracia sin precio, que no cuesta nada. Porque se dice que, según la naturaleza misma de la gracia, la factura ha sido pagada de antemano para todos los tiempos. 

Gracias a que esta factura ya ha sido pagada podemos te­nerlo todo gratis. Los gastos cubiertos son infinitamente  grandes y, por consiguiente, las posibilidades de utilización y de dilapidación son también infinitamente grandes. Por otra parte, ¿qué sería una gracia que no fuese gracia barata?

La gracia barata es la gracia como doctrina, como principio, co­mo sistema, es el perdón de los pecados considerado como una ver­dad universal, es el amor de Dios interpretado como idea cristiana de Dios. Quien la afirma posee ya el perdón de sus pecados. La Igle­ ia de esta doctrina de la gracia participa ya de esta gracia por si misma doctrina. 

En esta Iglesia, el mundo encuentra un velo barato para cubrir sus pecados, de los que no se arrepiente y de los que no desea liberarse. 

Por esto, la gracia barata es la negación de la palabra viva de Dios, es la negación de la encarnación  del Verbo de Dios.

La gracia barata es la justificación del pecado y no del pecador.


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