FACULTAD
ADVENTISTA DE TEOLOGÍA
CAMPUS ADVENTISTA DE SAGUNTO
ADULTERIO
TRABAJO DE
INVESTIGACIÓN
Alumno: Diego
Calvo
Asignatura:
Eclesiología
Profesor: Dr. Antonio
López
Diciembre 2013
ÍNDICE
Páginas
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………..3
1. HISTORIA SOBRE EL DELITO SEXUAL Y SU
DIVERSIDAD……………..……….….7
1.1
Definiciones hebreas…..………..………………..…………………….………….7
1.2
Definiciones griegas……………………….…………..……………….……….…11
1.3
Evolución del concepto en la interpretación cristiana……………..19
1.4
Definiciones en la actualidad….……………………………………………….23
2. LA ACTUALIDAD DEL
ADULTERIO……..….………………………………………….….27
2.1
Mitos acerca del adulterio………………………………………………………30
2.2
Reflexionando los textos Bíblicos…………………………………………….34
2.3 Como prevenir el
adulterio……………………………………………………..41
2.4 Nuestra responsabilidad
eclesiástica y social…………………………..46
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………………….49
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………52
INTRODUCCIÓN
Resulta irónico que gran parte de nuestra
sociedad se “entretenga” con determinadas series, de gran audiencia, programas
de humor, chistes, novelas, etc… y que venda y en cierto sentido, a “todos”
guste o atraiga, el tema del adulterio, de las relaciones múltiples, siempre
que no se vea implicado uno mismo, o un familiar, en un asunto tan delicado
como controvertido, como es el delito sexual y moral, o la infidelidad, o la
fornicación, mientras que la mayoría de los implicados, no todos, ya que
algunos disfrutan con la infidelidad, pero pocos, entiendo, padezcan y sufran
de verdad, éstos sujetos, víctimas y culpables, una pesadilla a la cual no
saben, no pueden o no quieren hacer frente.
Entiendo también, que puede ocurrir que, un
sujeto, hombre o mujer, desea realmente escapar de éste tipo de relaciones y de
aventuras, que no siempre resulta tan fácil de conseguir, se precisa por tanto,
entender diferentes comportamientos que a la luz de los demás pueden parecer
ser de una manera pero que tras la apariencia se esconden otras
interpretaciones. Condenamos el adulterio, como no podía ser de otra manera, la
fornicación y la codicia, pero al mismo tiempo trataremos de entenderlo, y no
sólo eso, sino aprenderemos a superarlo. ¿Cuándo se deja de adulterar? ¿Cómo
actuar con los que viven ésta apostasía? ¿Quién es el cónyuge infiel realmente?
Intentaremos dar respuesta a un verdadero drama
e ir más allá de la mayoría de la literatura encontrada sobre el tema, donde
básicamente tratan de analizar el dolor que produce la violación de éste
mandamiento divino desde su condena legal más que desde su misericordia implícita
y además tratan de definirlo, apoyándose en la propia Biblia pero quizá
motivados por ese extraño deseo de ser la voz de Dios para la sociedad y en
aras de una manifiesta falta de misericordia, en general, se ha olvidado el
espíritu de la Biblia, hacemos del hecho en sí, una carga insoportable, más de
lo que ya es.
Pasiones desordenadas, confusiones y sobre
todo, la infracción de la ley: “No cometerás adulterio o No
codiciarás a la mujer de tu prójimo”, Sin embargo, ¿En qué se diferencian?,
¿Son mandatos iguales?, ¿Por qué insistiría nuestro Señor en proteger tanto a
la familia?, ¿Se comete adulterio en un sistema en el que está validada la
poligamia?, ¿Hay diferentes formas de adulterar?, ¿Puedo estar codiciando a la
mujer de mi prójimo y no cometer adulterio?... El mismo Rey David vivía con
varias esposas y concubinas, pero su adulterio se relaciona sólo con Betsabé,
¿Acaso no sería un adulterio o una fornicación su estado anterior? ¿No se casó
después y engendraron al gran Salomón? ¿Sara no quiso el adulterio para Abraham
con su esclava Agar?
Sin duda que el estudio bíblico que ofrecemos,
se encuentra abierto al debate, y vamos
a formular algunas cuestiones que queremos aclarar, sobre todo porque no encontramos
más respuestas en nuestros feligreses, que no sean el castigo y la condena
rápida y sin meditación obligada respecto a éstos mandamientos, incluso en
nuestra organización, con buena motivación y sin duda espíritu de ayuda, pero
insensible en ocasiones y que define magistralmente el ordenamiento conyugal, pero
que sin embargo no describe qué hacer ante la conducta y la comprensión en éstos
sujetos, que caen en éste grave pecado. ¿Cómo debemos comportarnos con ellos?,
y ¿cómo debe ser la convivencia eclesiástica?, ¿y cómo es en la realidad? Para
que ésta, no se vea amenazada en sus doctrinas y al mismo tiempo no pierda de
vista la misericordia, el perdón y el amor, siempre elementos básicos y
fundamentales, que no anulan la disciplina pero la superan.
“Si se encontraran transgresores del séptimo mandamiento
Únicamente entre los que no profesan ser
seguidores de
Cristo, el mal sólo sería grave en una décima
parte de lo
Que es hoy; pero el delito del adulterio es
cometido, en
Gran Medida, por los profesos cristianos. Tanto
pastores
Como Miembros de Iglesia cuyos nombres figuran
en los
Registros Como si estuvieran en regla, son
igualmente
Culpables.”[1]
En nuestras directrices, aparece con rotundidad
la condena a éste, en concreto, legado
levítico. Quizá, porque ya en la antigüedad, suponía la muerte para ambos[2], es por
eso tal vez, que le hemos dado una gravedad “heredada”, siendo que, además,
Jesús mismo, amplió esa culpa al simple hecho de “mirar a una mujer para
codiciarla”[3], con
lo que se suscita un problema de difícil solución. ¿Es lo mismo? ¿Cómo cumplir
la expectativa de Jesús?, ¿No es acaso más fácil obedecer el antiguo testamento
que lo que propone Jesús?
Propongo estudiar más a fondo éstos
mandamientos y la conexión entre ellos. No cometerás adulterio y no codiciarás
se colocan en diferente orden, tanto en el Éxodo como en Deuteronomio y
obedecen a naturalezas distintas. No se corresponden en la raíz morfológica, y
si fueran similares, es muy poco probable que en el idioma hebreo no tuvieran diferente
sintaxis.
Encuentro una problemática evidente en el trato
en concreto de éste tipo de delitos contra la Ley divina, muy estigmatizado y
gráfico, pero a los que Jesús señala en una dimensión, la cual, resulta enormemente
complicada cumplir como mandamiento pero no como desafío y estilo de vida. ¿Supone
la misma violación de la ley divina, el pensar un adulterio que el cometerlo?
Jesús es claro.
Antes de comenzar, debemos dejar claro que no
debemos ir sólo con la rotundidad de la Escritura dando puñetazos, a pesar de
decir verdades como puños, puesto que como veremos, las personas caídas bajo
ésta condena, se encuentran desamparadas, con el perdón de Dios, de difícil
aceptación, y con facturas que deben pagar en sus Iglesias, que éstas, a pesar
de enseñar lo mismo que la misma palabra del Señor, la propia gravedad que tiene
el mandato, y la que además, le hemos
añadido subjetiva y tradicionalmente, hacen que la persona caída, experimente
un vacío que le resulta muy difícil de superar. No encuentra alivio en los
comentaristas, teólogos, pastores, profesores, doctrinas que atacan el asunto
desde la misma perspectiva, pero a quienes les resulta incómodo empatizar con
el sujeto caído, al que comprenderían mejor, si les pasara a ellos mismos, y
Dios no lo quiera, porque no es necesario, hay recursos para prevenir y poder
ser fieles, y éste es mi objetivo, introducirme en uno de los principales
pecados de nuestra sociedad actual, que está dañando nuestra identidad y a
nuestras familias, poder entonces, desnudarlo y comprenderlo para acudir a la
fidelidad, bálsamo necesario hoy, como antaño.
El adulterio es un problema serio. Existe una
diferencia notable entre lo que creemos es éste pecado y en cómo se produce y
la realidad de muchos, que viven un verdadero drama en sus vidas. No todos,
obviamente, pero, es un mandamiento manipulado, seguramente por intereses
malignos, que buscan la destrucción del ser humano. Se origina en la mente, no
en el cuerpo, y requiere de nosotros un tipo de ayuda que está reñida con otros
principios que incomodan, tales como la confidencialidad, la intimidad, y sobre
todo, la posibilidad de redención.
¿Cómo escapar del adulterio? ¿Cómo solucionarlo
y cuándo? Hay ocasiones, en los que el adulterio esconde una verdadera adicción
a las relaciones sociales, que no sexuales, y que no debe juzgarse de igual
manera que un acto voluntario de adulterar.
¿Qué debemos hacer con éste tipo de idolatría?
¿Cómo debemos guardar silencio? ¿Es el cónyuge infiel, el que comete al acto de
adulterio, a pesar de intervenir muchos factores externos? ¿Qué hacer con las
consecuencias de un adulterio? ¿Qué hace la Iglesia con los que han caído en
éste pecado?
Dios quiera en su misericordia bendecir éste
trabajo y sobre todo hacernos más sensibles y más humanos, Dios quiera podamos
vivir una pureza tal, que impida el dolor ajeno, que facilite la convivencia
con uno mismo y con los demás, Dios quiera que seamos conscientes de lo que hay
en juego y del significado de un decreto ante la vida.
1. HISTORIA
SOBRE EL DELITO SEXUAL Y SU DIVERSIDAD DE FORMAS
1.1 DEFINICIONES
HEBREAS
Nos parece relevante acercarnos al texto
original en su lengua semítica, ya que una cultura oriental y un espacio en el
tiempo tan extenso, el existente entre el entonces de ellos y el ahora de
nosotros, puede ser la comprensión del mismo, de suma importancia para entender
la evolución que ha seguido el término, especialmente a la hora de aplicar el
castigo, y la manera de vivirlo en la sociedad.
Aprovecho también para tratar de esclarecer que no provienen de la misma
raíz los conceptos que por el contrario, hoy, definimos de forma sinónima pero
que se diferencian sustancialmente. Fornicación, adulterio, codicia,
concupiscencia, lascivia, pornografía, obedecen a términos distintos en su
raíz. Por ejemplo codiciar es equivalente a amar, a desear, incluso de forma
legítima, algo que al traducir tanto en la LXX como en nuestras versiones no
apreciamos diferencia.[4] Empecemos
con la raíz hebrea para “adulterar”
נְאָף – זנה
El hebreo emplea dos
raíces diferentes para el vocablo “Adulterio, adulterar y fornicación” נאף en forma QAL: Cometer
adulterio, prostituirse, como verbo. Puede aparecer en Piel y en formas
pasivas, como Pual y otras, que en su contexto serán importantes sus
interpretaciones. נַאֲפוּפִים “Sus fornicaciones”
es clara la asociación con el término “fornicación” pero con raíces diferentes.[5] זָנָה “cometer adulterio” “cometer idolatría (siendo que al pueblo
judío se le consideraba esposa de Jehová):—adulterar, apartar, cesar, cometer
fornicación, dejar, fornicación, fornicar, fornicario, infiel, ir, prostituir,
ramera. Cómo verbo en forma
HIFIL: 1) Prostituir, enseñar a fornicar (Ose. 4:10; la RVA traduce como Qal:
“fornicarán”). 2) Hacer que alguien se prostituya. En Lev. 19:29 puede haber
una alusión a la prostitución ritual. 3) Hacer prostituir la pureza de la fe
mediante el culto a los ídolos.[6]
Sin restar
importancia al elemento morfológico y léxico en la significación de las
palabras, y recordando que el hebreo no acostumbra a traducir sino a
interpretar, ¿podríamos inducir del idioma que puede existir pecado de
adulterio sin realización de acto sexual? o por el contrario, ¿Es requisito
obligado que exista consentimiento carnal y sexual para éste pecado?[7]
Debemos definir los términos desde otras perspectivas:
El adulterio en el A.T. era la relación sexual
entre un hombre de cualquier estado y la mujer de otro hombre (Lev 18:20;
20:10; Dt 22:22), aunque el matrimonio todavía estuviera en el “noviazgo” (Dt
22:23–27). El hogar en el antiguo Israel era considerado de gran valor para el
desarrollo de los que vivían en él, especialmente los niños.[8]
¿Cuál es la
diferencia entre fornicación y adulterio? Por ejemplo, cuando Cristo señala la
fornicación como una de las causas para el divorcio (Mt 5.32; 19.9). En sentido
figurado, la fornicación se refiere a toda forma de apostasía y a la relación
inmoral de un creyente con otros dioses, ídolos, etc. Pero esto es algo que
aparece en el Antiguo Testamento y el galileo lo confirma. [9]
En la Escritura
“adulterio” denota cualquier cohabitación voluntaria que una persona casada
efectúa con cualquier otra persona que no sea su esposa o esposo legítimos. Sin
embargo, otras veces la Biblia señala a este pecado con el término,
“fornicación” (1 Co. 5:1), aunque propiamente hablando esta palabra designa la
ofensa de la cohabitación voluntaria entre una persona que no está casada y
otra del sexo opuesto. Cuando se quiere hacer una distinción entre estos dos
tipos de perversidad, la Escritura los denomina con términos diferentes:
«fornicarios» y «adúlteros» (1 Co. 6:9).[10]
En el Antiguo
Testamento la adoración a los ídolos se considera adulterio espiritual
(Jeremías 3:1–5). En este sentido, los hebreos quebrantaron varias veces el
pacto que el Señor hiciera con los patriarcas. Sin embargo, el llamamiento de
Jehová sigue siendo tierno y siempre conmovedor: “Tú, pues, has fornicado con
muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí!” (Jeremías 3:1).[11]Me resulta
importante diferenciar el aspecto sexual de los tiempos bíblicos y la
actualidad. La evolución que la sociedad ha experimentado al respecto, y como a
pesar de las divinidades sexuales y promiscuas, el mandamiento ha permanecido
en el tiempo.[12] Aún en las sociedades más inmorales, más
permisivas, incluso en los incestos permitidos en el Egipto antiguo, es
curiosos que en cambio se legislara en contra del Adulterio y se castigara.[13]
Se legislaba para el
caso de “mancillar” con la propia nuera, suegra o animales.[14] Hoy, que
nos consideramos más avanzados cultural y tecnológicamente, miramos de reojo al
A.T con aires de superioridad occidental, sin embargo, seguimos burlando el
mandamiento, porque el adulterio ha formado parte de nuestra cultura de ocio,
de éxito incluso, donde ya no está tan mal visto como entonces, por lo menos la
pena que se imponía, la cual nos parece una violación de los derechos humanos y
que atenta universalmente. Continuemos con nuestra gramática.
El término “Adulterio” aparece 30 veces frente a las 58
ocasiones en las que se traduce como “fornicación”.[15] נָאַף naáf; raíz Prim.; Cometer
adulterio; fig. Apostatar:
adúltera, adulterar, adulterio, adúltero, cometer adulterio, fornicar. נִאֻף niúf; de adulterio.נַאֲפוּף naafúf;
adulterio. נָאַץ naáts; raíz Prim.; Escarnecer; o abominar, (dar ocasión de) blasfemar, desechar,
despreciar, enojar, escarnecer, florecer, irritar, menospreciar, menosprecio,
provocar a ira, tener en poco.[16]
Las diferencias en el campo semántico cobran importancia
a la hora de comprender al abanico de posibilidades al interpretar en nuestro
lenguaje el significado de ambos términos. Mientras que hoy, el concepto
adulterio y fornicación tiene componentes sexuales y se asocia limitado al
campo sexual de pareja o falta de ella, vemos en cambio que para la mentalidad
hebrea, hay una clara implicación religiosa, donde la idolatría adquiere una importancia
capital en su comprensión, es decir, que sin el aspecto sexual implícito, puede
el sujeto cometer adulterio.
1.2 DEFINICIONES
GRIEGAS:
Veamos
ahora la definición desde el punto de visto griego y en donde el campo
semántico evoluciona y se producen variantes que aparecen en la LXX y en la
Vulgata especialmente, distanciadas del hebreo. Μοιχεύω [cometer adulterio],
μοιχάω [cometer adulterio], μοιχεία [adulterio], μοῖχος [adúltero (sust.)],
μοιχαλίς [adúltera (sust.), adúltera (adj.)]El uso de este grupo. μοιχεύω, en
voz activa, significa «cometer adulterio» o «seducir», y en voz pasiva o media
«ser seducido» o (en el caso de una mujer) «cometer adulterio» (cf. Mt.
5:27–28, 32). Μοιχάω significa «cometer adulterio» o «adulterar». Μοιχεία es
«adulterio», «relación sexual ilícita», mientras que μοῖχος significa
«adúltero» (sust.) o «amante», y μοιχαλίς «adúltera» (adj.) y, como sustantivo,
«adúltera», «amante», «prostituta».[17]Los
sinónimos entre las definiciones son más utilizados que el AT.
La ley
griega prohíbe estrictamente el adulterio[18] por
parte de la mujer, y le otorga al esposo o a la familia el derecho a la
venganza (si bien esta queda limitada por la ley pública, y se puede renunciar
a ella en favor de una queja pública). A la esposa culpable hay que repudiarla.
Pareciera existir un Ideal, en donde, los
moralistas instan también a los maridos a la fidelidad; pero en la práctica se
aceptan las relaciones sexuales con una ἑταίρα[19]El
derecho romano permite que el esposo castigue a la esposa adúltera (incluso con
la muerte), y el padre tiene derechos parecidos de castigo o venganza.
Posteriormente el adulterio llega a ser una infracción penal cuyo castigo es el
destierro, pero en la degeneración moral del período imperial se hace común la
infidelidad tanto de los maridos como de las mujeres. Literalmente podemos
encontrar que el NT coloca tanto al esposo como a la esposa bajo la
obligación de la fidelidad. El matrimonio es un consorcio de por vida; el
divorcio es contrario al designio original de Dios (Mt. 19:6ss), y el volverse
a casar después de divorciarse es cometer adulterio (Mt. 5:32; 19:9; Mr.
10:11–12; Lc. 16:18). El adulterio está presente inclusive en el deseo (Mt.
5:28), tan absoluta es la exigencia divina. Pero Jesús rechaza la auto
justificación hipócrita y proclama el perdón inclusive para quien adultera (cf.
Jn. 8:1ss), aunque sobre la clara presuposición del arrepentimiento, y por lo
tanto sin ablandar la validez del mandato divino (Jn. 8:11).[20]
Pablo reafirma la enseñanza de Jesús en el laxo
mundo helenístico (1 Co. 5:1ss; 6:9). El adulterio no es simplemente un asunto
de derecho civil, sino que entra en conflicto con la voluntad santa de Dios (1
Ts. 4:3). Las mujeres son coherederas de la vida y por eso gozan de igual honor
que los varones (1 P. 3:7). El adulterio es causa de exclusión del reino (1 Co.
6:9), y la fidelidad marital debe mantenerse intacta (Heb. 13:4). Hasta la
mirada de lujuria es pecado (2 P. 2:14). El amor de los cónyuges es la relación
positiva que queda protegida por la prohibición del adulterio (Ro. 13:9). Uso
figurado. Alegóricamente, pero de igual importancia, también el NT usa
este grupo de palabras en sentido figurado para referirse a la infidelidad
respecto a Dios. Los que se oponen a Jesús son la generación adúltera (Mt.
12:39). El amor al mundo es adulterio contra Dios (Stg. 4:4). El adulterio es
una figura para designar la aceptación de la falsa enseñanza de la profetisa en
Apocalipsis 2:20; los hijos son sus seguidores. Veamos la cantidad de veces que
aparece el término griego para traducirlo como adulterio y las que aparece como
fornicación[21]sin
olvidar que, sin ser sinónimos, se traducen como tales.
Πορνεία-
μοῖχος
Todo término evoluciona con el tiempo, y en el
lenguaje igualmente. Encontramos sinónimos como “Corromper”. Se usa en 2 Co
4.2, «adulterando (la Palabra de Dios)», en el sentido de «manejar
engañosamente, o con “engaño” como vemos, no aparece el elemento sexual. Μοῖχος,
denota a uno que tiene relación ilegítima con la esposa de otro (Lc 18.11; 1 Co
6.9; Heb 13.4).[22]
No nos olvidamos del término para codicia,
merecedor de un estudio aparte, pero que se precisa considerar, ya que Jesús
mismo estableció una estrecha unión entre ambos conceptos.[23]Son
mandamientos diferentes pero que se encuentran estrechamente vinculados.[24]
Es evidente que la Torá, como práctica
hermenéutica concreta, es enormemente dinámica y flexible en Israel, poseyendo
la capacidad de incidir en todos los aspectos de su imaginativa vida. Los
cristianos que tratan de comprender lo que se pretendía en la Torá tendrán que
trascender las caricaturas convencionales y las polémicas de legalismo a fin de
meditar sobre una práctica hermenéutica que es intransigentemente normativa y
no obstante abierta a la adaptación, y que alberga en su núcleo a un Soberano
que no hace concesiones, pero que es capaz de atender con delicadeza los
detalles de la vida cotidiana. Además, esta elasticidad invita a y exige una
labor interpretativa permanente e incesante, que nunca llega a su fin, sino que
siempre responde impidiendo cualquier resolución definitiva.[25]
Esta elasticidad, en la tradición judía, se
formula en la afirmación de que al lado de la Torá escrita se encuentra la Torá
oral, una práctica hermenéutica viva y aún en desarrollo. Moisés recibió la
Torá oral en el Sinaí, pero no fue conocida o no estuvo a su disposición hasta
que posteriormente fue formulada por un heraldo autorizado de la Torá,
eventualmente en la tradición rabínica. Para comprender el Antiguo Testamento,
un intérprete cristiano no necesita ahondar enormemente en la Torá oral, pero
como mínimo debe reconocer que la interpretación judía en su evolución no es
prisionera de la letra. Las oportunidades y los recursos hermenéuticos permiten
que la Torá escrita sea releída de una manera incesantemente creativa.
Para los cristianos helenizados o griegos, que
han sido educados en las usuales acusaciones de legalismo hacia el judaísmo,
esta noción resulta ciertamente extraña. Puede ser útil reconocer los distintos
dispositivos presentes en la tradición cristiana que ofrecen esas mismas
posibilidades hermenéuticas. En la discusión del concilio de Trento se concluyó
que la Escritura y la tradición son «dos fuentes» de la revelación. En esa
polémica situación del siglo XVI, los cristianos reformados sintieron la
profunda necesidad de oponerse a esta «enmienda» de la sola escritura. Sin
embargo, cualquier reflexión práctica juiciosa muestra que toda comunidad
interpretativa seria, incluyendo las Iglesias reformadas, disponen de una
tradición hermenéutica que permite e impide determinadas lecturas; es decir,
una tradición de comprensiones y presupuestos encubiertos y explícitos que no
están a disposición de los de fuera.
De forma diferente, la tradición católica
afirmó más allá de una «lectura evidente» un «sentido más pleno» (sensus
plenior) del texto, de modo que éste poseía sentidos más allá de los
pretendidos por el «autor» humano, sentidos más plenos que seguían siendo
autorizados y eran reveladores bajo la guía del Espíritu. Más recientemente,
sin las categorías escolásticas del sensus plenior, lo que terminó por
conocerse como «la nueva hermenéutica» comprendió y justificó muchas relecturas
imaginativas del texto de un modo enormemente teórico.[26] La
noción de clásico de Tracy ha sido duramente criticada porque es fundacional.
Resulta claro, en cualquier caso, que la relectura de los clásicos en cualquier
comunidad hermenéutica tiende a seguir las «reglas gramaticales» operativas en
dicha comunidad. Si estas distintas nociones de «las dos fuentes», el sensus
plenior y la «nueva hermenéutica» son excesivamente desconcertantes, podemos
indicar la praxis fundamental del protestantismo, en la que los textos
adquieren una nueva vitalidad en el momento del sermón, que es un acto
hermenéutico que posee significado teológico.[27] De hecho, la noción de la predicación no está
muy alejada del paso libre y liberador del Deuteronomio para trasladar la Torá
desde el Sinaí a «las llanuras de Moab» y posteriormente la reubicación de la
Torá en Sión. Todas estas posibilidades en el proceso hermenéutico sirven para
transformar el «allí» en «aquí» y el «entonces» en «ahora». El Antiguo
Testamento mismo comprendió la Torá de esta forma procesual.
Resumamos entonces en ésta parte de nuestro
trabajo la parte gramatical de los conceptos que estamos analizando para que
nos permita comprender mejor cómo poder acercarnos al mandato divino y sobre
todo como aplicar su inmensa sabiduría y enseñanza para la actualidad del
hombre de hoy. Por razones de espacio no haremos coincidir los términos codicia
y adulterio, pero sería interesante para comprobar que no tienen en todos los
textos connotaciones negativas el vocablo codiciar mientras que siempre es
negativo el término adulterar.[28]
En su sentido más restringido, la fornicación
denota una comunión sexual voluntaria entre una persona no casada y otra del
sexo opuesto. En este sentido, los fornicarios (pornoi) se distinguen de los
adúlteros (moichoi) como en 1 Co. 6:9. En un sentido más amplio, porneia
significa la cohabitación ilícita de una persona de cualquier sexo con una
persona casada. En este sentido se usa en forma intercambiable con moicheia,
como en Mt. 5:32, donde Cristo dice que cualquiera que se divorcia de su esposa
a no ser por causa de porneia hace que ella sea objeto de adulterio
(moicheuzēnai) puesto que quien se case con ella comete adulterio (moichatai).
El uso mismo de porneia en el sentido de adulterio (moichatai) se encuentra en
Mt. 19:9. En su sentido más amplio, porneia denota la inmoralidad en general, o
todo tipo de transgresión sexual. Algunos ejemplos como 1 Co. 5:1, porneia se
traduce correctamente como «fornicación» (RV60), «indecencia», «lujuria», «deshonestidades».[29]
Puesto que la estrecha relación de Dios con su
pueblo se considera similar al vínculo matrimonial (Ef. 5:23–27), en las
Escrituras todas las formas de idolatría se designan como adulterio, y esto en
forma muy adecuada puesto que los cultos paganos normalmente estaban conectados
con la inmoralidad (Os. 6:10; Jer. 3:2, 9; Ap. 2:21; 19:2). El uso del verbo
porneuein y del sustantivo pornos (y pornē) es similar al del abstracto
porneia. Demuestra la grandeza de la gracia divina en Cristo Jesús que nuestro
Señor permitiera que Rahab (Heb. 11:31; Mt. 1:5) y otros fornicarios fuesen
contados en su genealogía.
En el Nuevo Testamento el Señor señala que al
adulterio no se comete únicamente por el acto en sí, sino también por mirar a
una mujer para codiciarla, dando a entender que la sed de este, como de todo
pecado, está en él. Como vemos, la importancia que Jesús le da al mandamiento
es sublime.[30]
Culturalmente
no debemos olvidar
el significado que tenía, en donde, se
incluía tanto el acto específico como una situación general.[31] Las
prostitutas son desconocidas en la edad homérica, pero los hombres
frecuentemente tienen concubinas, p. ej. Esclavas. La prostitución surge al
aumentar la prosperidad. Las esclavas constituyen una fuente de prostitución,
como también el privar a las mujeres extranjeras de sus derechos civiles. La
«amiga» profesional se convierte en figura común en la sociedad griega, y
puesto que la relación sexual se considera algo tan natural como el comer y el
beber, los amoríos extramatrimoniales son permitidos para los maridos. Pero se
censura el exceso, y Platón defiende la relación con las rameras solamente
mientras sea secreta y no ocasione ofensa. Esparta mantiene una disciplina
sexual más estricta, pero es también nido de la homosexualidad. Esta se difunde
mucho; no tanto así el lesbianismo. Entre las rameras, las que viven en
burdeles constituyen la categoría inferior, las que tienen algunas destrezas
artísticas son un grupo superior, y las rameras independientes que pueden cobrar
altos precios son otra clase más alta.
Buscando[32]
ser liberados de la pasión, los estoicos condenan las relaciones
extramatrimoniales y se resisten a ellas, incluso con las esclavas. Mediante
sus actos impuros, la persona contamina la divinidad que lleva dentro. Se
enaltece la castidad, y el adulterio se considera ilícito e infame.[33] El NT presupone la existencia de rameras en
Palestina, y la pecaminosidad de su oficio (Mt. 21:31–32; Lc. 15:30). También
describe la prontitud con que responden al mensaje del Bautista y a la
invitación de Jesús (Lc. 7:50; Mt. 21:31–32). Jesús proclama la gracia y el
perdón para todos los que se arrepienten; la verdadera contaminación está
adentro (Mt. 15:18–19), y es una señal de incredulidad. Por lo que respecta al
divorcio, se plantea un debate acerca de Mateo 5:32 y 19:9. En Marcos 10:9;
16:18; 1 Corintios 7:10 Jesús enseña la indisolubilidad del matrimonio como la
voluntad incondicional de Dios. Así hace a un lado la práctica basada en
Deuteronomio 24:1, que las escuelas más estrictas entienden como aplicable a
contravenciones morales, y las más laxas a cualquier cosa objetable. El
problema en Mateo 5:32 y 19:9 tal vez sea que a los cristianos judíos que
observan la ley se les exige divorciarse de esposas adúlteras, y por eso no
pueden responsabilizarse si ellas contraen una nueva relación que, desde el
punto de vista cristiano, es en sí misma adúltera. No se da cabida al divorcio
como tal. En Juan 8:41 los judíos aseguran que ellos no son hijos de
fornicación (πορνεία), pero sus obras muestran que son hijos del diablo y no de
Abraham ni de Dios (v. 44).[34]
La literatura patrística menciona el término y
lo que entienden ellos, algo interesante para nuestro estudio, puede verde en
la epístola de Hermas. Hermas, advierte contra la πορνεία, la cual difiere del
adulterio pero también lo incluye (No encontramos el uso transferido en los
Padres apostólicos, quienes abandonan la terminología de los profetas del AT.[35] Por lo
tanto, ¿cómo ha evolucionado el vocablo?
1.3 EVOLUCIÓN
DEL CONCEPTO EN LA INTERPRETACIÓN CRISTIANA
Jesús da una dimensión especial a la
interpretación mosaica de la ideología de Israel. Su enseñanza es tan
impactante, que se necesitará tiempo para asimilarla y aún hoy, se sigue
avanzando en su palabra. Jesús conserva, pero profundiza; «consuma» la ley, la
lleva a su plenitud.[36]
Veamos un pequeño acercamiento a los siglos
posteriores a la enseñanza del Maestro, cómo interpretaban los cristianismos
diferidos, por lo menos algunos de ellos, y tratemos de extraer su enseñanza
básica.
Por ejemplo los montanistas (de acuerdo con su
tendencia rigorista) sostuvieron en sus predicaciones, de acuerdo por otra
parte con cierta tradición antigua de la Iglesia (por ejemplo, Epístola a los
Hebreos y el Pastor de Hermas) que, tras la conversión al cristianismo
con el bautismo correspondiente, no eran ya perdonables caída ulteriores en el
pecado, de modo que ciertas faltas graves como el asesinato o el adulterio no
pedían ser redimidas por la penitencia y el perdón de la Iglesia.[37] Como un
segundo bautismo quedaba excluido, el pecador se condenaba irremisiblemente.
Pero la gran mayoría no podía admitir que el que se comportara así tras el
bautismo estuviera irremisiblemente destinado al infierno, según decían estos
rigoristas.[38]
Veamos lo que dice un maestro Judío:
“¿Qué has hecho con este pueblo? Lo has dejado
suelto, como a mujer a quien se le sueltan los cabellos en razón del adulterio.
La idolatría es un adulterio dada la relación nupcial entre Dios e Israel.
“Soltar los cabellos pertenece al Vito de la ley le los celos para comprobar la
fidelidad de la mujer: Núm. 5,18.[39]”
Crisóstomo, partidario él también de la
sospecha de adulterio, no ha retenido en su explicación ese fantasma de
justicia legal. Según él, la bondad no solamente compensa la justicia, sino que
la absorbe; ella es esa misma justicia. Basta con ver en la partícula y un
valor no de oposición (como anteriormente), sino de explicación:
José es justo siendo bueno.[40] Ante
todo ha de revisarse el planteamiento mismo del problema. ¿Con qué derecho
ponemos a José ante el dilema: María es adúltera, María es inocente? Ya Eusebio
no se vio obligado a recurrir al subterfugio de la inocencia. Para él, como
para san Efrén y algunos intérpretes posteriores, la alternativa era la
siguiente: José sospecha un adulterio - José conoce el misterio. Tales son, en
efecto, las dos únicas hipótesis que permite el texto evangélico. Eusebio[41] rechaza
la primera y declara que José tuvo conocimiento de la obra del Espíritu Santo.
Todo resulta entonces coherente.
Era especialmente trágica la situación de las
mujeres repudiadas y las viudas, que se quedaban sin honor, sin bienes y sin
protección, al menos hasta que encontraran un varón que se hiciera cargo de
ellas. Más tarde, Jesús defenderá a las mujeres de la discriminación, las acogerá
entre sus discípulos y adoptará una postura rotunda frente al repudio decidido
por los varones: “El que repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio
contra la primera” (Marcos 10,11). Jesús pone el acento en la responsabilidad
de los hombres. No han de justificarse culpabilizando a las mujeres de su mal
comportamiento. El adulterio equivale a un robo. El pecado no consiste en
ofender a la propia esposa, sino en poseer a una mujer que pertenece a otro
hombre. El verdadero culpable es el varón adúltero; la mujer no es sino víctima
o, todo lo más, cómplice.[42]
Plinio el joven, procónsul de Asia Menor,
escribe a su amigo el emperador Trajano para exponerle su conducta con los
cristianos que se multiplican hasta el punto de que los templos paganos quedan
desiertos: él no los busca; cuando los denuncian, los castiga con la muerte si
persisten en su fe:
«Algunos
aseguraban que habían dejado de ser cristianos... Afirmaban que todo su delito
o todo su error se había limitado a reunirse habitualmente un día fijo, antes
del amanecer, para cantar entre ellos, alternativamente, un himno a Cristo como
a un dios, y a comprometerse por juramento, no ya a cometer algún crimen, sino
a no meterse en robos, ni bandidajes, ni adulterios, a no faltar a la palabra
dada, a no negar un depósito cuando se lo reclamaban. Después de ello,
acostumbraban separarse para reunirse de nuevo a tomar un alimento, pero un
alimento totalmente ordinario e inocente... Yo no he encontrado en ello más que
una superstición absurda».[43]
Lo que a Dios interesa en primer lugar, no es
el qué, de la acción, la materia, lo constatable sino, en primer lugar, el
cómo, la voluntad del hombre. Y las praxis eclesiásticas posteriores, hasta el
edicto de Calixto[44] muestran que había círculos en los que se
pensaba que estos pecados eran imperdonables.[45]
Bíblicamente, pocas veces encontramos una
acción o una forma de idolatría, que es en el fondo, el adulterio, tantas y tan
claras afirmaciones en contra de éste comportamiento, tal vez sea por eso,
nuestra enorme dificultad para construir puentes entre la misericordia y la
justicia, o el perdón y la condena en eventos relacionados con ésta apostasía.
Veamos un recorrido bíblico y acudamos a la actualización del concepto.[46]
1.4 DEFINICIONES
EN LA ACTUALIDAD
¿Cómo definiríamos en la actualidad éstos
conceptos?[47]
¿Han cambiado respecto a un original al que nos hemos aproximado? ¿Cuál es el
principio inalterable en el tiempo que ha transcendido a nosotros?[48] Resulta interesante ya en su definición, la
diferencia a la hora de comprender el significado de “Adulterio” traduciéndolo
como verbo o como sustantivo: Como Verbo, adulterar significa, según la Real
Academia de la Lengua: “Viciar, falsificar algo” “Acción de cometer
adulterio”[49] Como Sustantivo, adulterio, significa según
la misma fuente: “Ayuntamiento carnal voluntario entre persona casada y otra
de distinto sexo que no sea su cónyuge. Falsificación, fraude.”
Podemos acudir a otros diccionarios que coinciden
en la definición del término proveniente del latín, y para familiarizarnos con
la actualidad del significado del vocablo, me parece oportuno que veamos
sinónimos y antónimos de algunos de ellos: Por Ejemplo: Adulterar es
equivalente a falsificar, falsear, sofisticar, viciar, contrahacer, mistificar,
corromper, desnaturalizar, y contrario a purificar, sanear. Desnaturalizar
designa la alteración de una sustancia, como el aceite o el alcohol, de manera
que deje de ser apta para el consumo: el aceite ha sido desnaturalizado y no se
puede usar para cocinar. Adulterio es equivalente a infidelidad, deslealtad,
ilegitimidad, y contrario a fidelidad.
Desde nuestro idioma y con las ventajas e
inconvenientes que tiene, abordemos ahora un concepto muy ligado al adulterio,
aunque no equivale en su raíz original hebrea como veremos a continuación, pero
que inevitablemente debemos acudir a ella, porque la propia definición de
“Adulterio” nos lleva a ello irremisiblemente: En el Diccionario Práctico
Español Moderno Larousse, la «fornicación» es definida simplemente como su
acción: «Fornicar» significa «tener ayuntamiento o cópula carnal generalmente fuera del matrimonio»
Asimismo, acudiendo a otra fuente autorizada en
el manejo de la gramática, el
Diccionario Manual de la Lengua Española de Cervantes, Tomo I, dice: «Fornicar»
es «tener ayuntamiento carnal fuera del matrimonio.» ¿Qué ha pasado en la
vida real de sociedades y religiones que “maltrataron” el principio bíblico?
Por ejemplo:
Si una mujer salía a la calle sin cubrirse la
cabeza, ofendía hasta tal punto las buenas costumbres que su marido tenía el
derecho y hasta el deber, desde el punto de vista religioso, de echarla de la
casa y divorciarse de ella sin estar obligado a pagarle la suma acordada en el contrato
matrimonial.
La mujer judía que perdía su tiempo en la calle
hablando con unos y otros, o la que se ponía a hilar en la puerta de su casa,
podía ser repudiada por su marido sin compensación económica alguna. Incluso
cuando a la esposa se le quemara la comida, podía ser repudiada por el esposo,
según manifestaba el rabino y maestro judío Hillel el Viejo o el Sabio (70 a.C.
al 10 d.C.). Otro motivo podía ser que el marido descubriera algo torpe en su
esposa, lo cual le daba la libertad para buscar otra más joven y adquirirla.
Si la novia tenía relaciones con otro hombre
era considerada una adúltera y su castigo era la lapidación. Si la adúltera era
una mujer casada, el castigo que se le reservaba era el de la estrangulación.
Pero para el hombre no había castigo alguno. En la mujer sólo veían
superficialidad, sexo y peligro, por lo que siempre trataban de guardarse de
ella. Jesús denuncia éste abuso, que nunca fue exigido por Dios en el AT.
Lo estudiaremos, no obstante y trataremos de
ver las diferencias y las similitudes en el original bíblico para comprender
qué quiere estar diciéndonos la Escritura Santa desde hace tantos siglos.
¿Codiciar a la mujer de tu prójimo, es lo mismo que adulterar con ella? ¿Se
puede estar adulterando sin codiciar? ¿El adulterio es siempre un pecado
sexual?
La definición actual ha reducido el campo
semántico notablemente y dista mucho de lo que podía abarcar en la antigüedad
el término, donde la prostitución religiosa y especialmente la idolatría
espiritual incluían el vocablo. Si acudimos a esa cultura y a ese tiempo
comprenderemos otra manera más de entender el significado de adulterio. “Israel no ha vivido en un oasis aislado,
sino en medio de los pueblos, de tal manera que su historia, también la de su
espíritu, sólo se puede entender a partir de la historia más amplia del
Oriente”[50]
¿Y cuál es esa historia? ¿Qué tipo de influencias recibía el pueblo escogido
por Dios? Ya hemos visto un acercamiento al semítico que nos permite responder
¿Cómo entendían ellos el adulterio, o la acción de adulterar?[51] Ahora
podemos ver la posible evolución del lenguaje y aplicar el principio divino
Así que, podemos admitir varias formas de
adulterar o de corromper, además de la explícitamente sexual, pero podemos
preguntarnos, ¿Son igualmente graves todas las formas de adulterio? ¿Es lo
mismo un ayuntamiento carnal voluntario con la mujer de mi prójimo casada, que
una apostasía espiritual personal? ¿Es lo mismo mirar a una mujer para desearla que cometer adulterio?
Jesús mismo estableció un nivel moral casi inalcanzable al hombre moderno,
impulsando un nuevo enfoque en la aplicación de la Ley, y en la finalidad de la
misma. Respecto a la idoneidad para el cielo, es decir, para acceder a la
presencia de la santidad del Señor, un reo en un punto es equivalente al fallo
en todos, y aún un 99,9% de fidelidad, si se fallara en ese margen, tampoco
seríamos aptos para la salvación. Desde ese punto de vista, es indiferente, la
violación de un aspecto del mandamiento como la de todos ellos, pero desde
luego, respecto a las consecuencias y al valor que Dios ha dado a determinados
aspectos que legislan nuestra sociedad y nuestra vida, sin duda NO. No es lo
mismo adulterar, consumando el adulterio, que hacerlo con el pensamiento. Por
lo menos en sus consecuencias sociales. Respecto a la idoneidad para el acceso
a la salvación, nos condena igualmente a todos, el pensamiento o la acción,
pero respecto a la sensibilidad social no puede ser lo mismo.
Han
cambiado situaciones en la actualidad sin duda alguna. No negaremos la importancia de la ordenanza, es evidente. ¿Por
qué? La aplicación de entonces bajo la
Ley de Moisés en éste pecado se castigaba con la muerte, ya fuese por
apedreamiento o fuego (lev 20.10; 21.9; Dt 22.22–24; Jn 8.5, 6), no es la misma
hoy, además de resultar aparentemente en situación de desigualdad la mujer en
los delitos sexuales, donde parte en desventaja y queda mal parada.[52]Debido
a que la pena de muerte solo se podía aplicar en el caso de que se sorprendiera
a la persona en el acto mismo (Jn 8.4), el cónyuge acusado, tenía que someterse
a ciertos procedimientos acordados para establecer su culpabilidad o inocencia
(Núm. 5.11–31). No obstante en la Ley Mosaica, cuando el rey David se
arrepintió de su pecado de adulterio, Dios lo perdonó (2 S 11.2–5; Sal 51.1,
2). Cristo también perdonó a la mujer sorprendida en adulterio, pero sin obviar
la gravedad del cargo (Jn 8.11). Por lo tanto hay grandes lecciones dentro de
un sistema punitivo, sin embargo hoy, sería un escándalo internacional el hecho
de un apedreamiento ante un caso de adulterio. El séptimo mandamiento dice: "No cometerás adulterio". Sin
embargo, este pecado ha sido cometido a lo largo de toda la historia. Hoy, sin
embargo, el adulterio parece más descontrolado que nunca. Entretanto, historias
en los periódicos sensacionalistas informan sobre los amoríos de políticos,
millonarios y estrellas de cine, y películas como "El paciente
inglés", "El príncipe de las mareas" o "Los puentes de
Madison" incluyen y aun promueven el adulterio.[53]
2.
LA ACTUALIDAD DEL
ADULTERIO
José vivió un episodio singular en la
educación, cuidado y matrimonio con María, ya que quiso dejarla secretamente
para evitar difamarla, precisamente por un supuesto caso de adulterio, ya que
estaban desposados. ¿Nace Jesús ya desde una infidelidad o a pesar de una
infidelidad, la de la humanidad con su Dios? Es evidentemente un caso
diferente, pero la figura del adulterio ha sido utilizada en la Biblia de muy
diversas formas para ilustrar la infidelidad del pueblo de Dios.[54]
¿Cómo vemos hoy el adulterio con piedra y leño?[55]¿Hay
grados de intensidad en éste pecado? ¿Qué luz nueva tenemos al leer Lv 19.1?[56]
Creo oportuno mencionar unos informes actuales
de comportamiento sexual y citar algunos mitos sobre el susodicho. He de dejar
claro, que vemos exclusivamente el adulterio desde un campo semántico sexual e
ilícito, pero que ha quedado demostrado bíblicamente que puede alcanzar otras
dimensiones si se concibe el mandamiento más allá de lo implícitamente erótico.
Es decir, si se percibe como una idolatría, como una forma diferente y alejada
de vivir todos los aspectos de la vida. Hablamos entonces ahora, solamente de
un aspecto moderno y exclusivo del adulterio sexual.[57]
¿Por qué tan
extendido está el adulterio? Dos de los estudios más confiables llegan a
conclusiones similares. El Informe Janus[58] sobre
el Comportamiento Sexual estima que "más de un tercio de los hombres y
un cuarto de las mujeres reconocen haber tenido al menos una experiencia sexual
extramarital". Una encuesta hecha por el Centro de Investigación
de la Opinión Nacional de la Universidad de Chicago encontró porcentajes
menores: el 25 por ciento de los hombres y el 17 por ciento de mujeres había
sido infiel. Aun cuando se apliquen estas proporciones menores a la población
adulta actual, esto significa que unos 19 millones de esposos y 12 millones de
esposas han tenido una aventura.
Independientemente
de las cifras reales, el punto a destacar es que el adulterio es mucho más
común de lo que nos gustaría admitir. El terapeuta familiar y psiquiatra Frank
Pittman cree que "tal vez haya tantos actos de infidelidad en nuestra
sociedad como existen accidentes de tránsito". Además, sostiene
que el hecho de que el adulterio se haya vuelto algo habitual ha alterado la
percepción que tiene la sociedad de él. Dice: "No vamos a volver a los
tiempos en que los adúlteros eran puestos en un cepo y humillados públicamente,
ni convertirnos en una de esas sociedades --de las que hay muchas-- donde el
adulterio se castiga con la muerte. La sociedad, en todo caso, no puede hacer
cumplir una regla que viola la mayoría de las personas, y la infidelidad es tan
común que ya no es una conducta desviada".
Tal vez pensamos:
"Esto es solo un problema entre los no cristianos de la sociedad. No puede
ser un problema en la iglesia. Ciertamente las normas morales de los cristianos
son más elevadas". Bueno, hay evidencia creciente de que el adulterio es,
también, un problema en círculos cristianos. Un artículo en un número de 1997
de la revista Newsweek señaló que varias encuestas sugieren que tanto como el
30 por ciento de los ministros protestantes varones han tenido relaciones
sexuales con mujeres distintas de sus esposas.[59]
El adulterio está en la sociedad y ahora está
en la iglesia. Debemos ampliar hoy, el verdadero alcance del adulterio. Quizá
lo defina ésta cita de la mejor manera:
“Este mandamiento no sólo prohíbe las
acciones impuras, sino también los pensamientos y los deseos sensuales, y toda
práctica que tienda a excitarles. Exige pureza no sólo de la vida exterior,
sino también en las intenciones secretas y en las emociones del corazón.
Cristo, al enseñar cuán abarcante es la obligación de guardar la ley de Dios,
declaró que los malos pensamientos y las miradas concupiscentes son tan
ciertamente pecados como el acto ilícito”:[60]
Veremos ahora algunos de los mitos que rodean
las aventuras extramaritales.
2.1 MITOS
ACERCA DEL ADULTERIO
La infidelidad marital destruye matrimonios y familias, y a menudo conduce
al divorcio. El sentimiento público contra el adulterio es, en realidad,
bastante fuerte, ya que aproximadamente ocho de cada diez estadounidenses no
están de acuerdo con el adulterio. Algo que hemos visto
además en la historia, como si de un derecho natural y una voz de conciencia
“divina” o “moral” se tratara, instalada en el ser humano como medida de
protección.
Pero, aun
cuando la mayoría de las personas consideran que el adulterio está mal y saben
que puede ser devastador, nuestra sociedad perpetúa todavía varias mentiras
acerca del adulterio a través de una mitología popular sobre los amoríos
extramaritales.[61]
En este punto, queremos examinar algunos de los mitos sobre el adulterio.
Mito número 1: "El adulterio tiene que ver con el
sexo". A
menudo, justamente lo contrario. Cuando se descubre una aventura sexual, los
que la observan dicen: "¿Qué le vio a ella?" o "¿Qué le vio a
él?". El sexo podría ser mejor en casa, y la pareja matrimonial es por lo
menos tan atractiva como la pareja adúltera, pero para ello hay que trabajar y
unir fuerzas y dedicar tiempo a construir un sexo saludable que se obtiene de
diferente manera, adulterando el ideal.
Ser bonita, apuesto
o sensual no suele ser lo más importante. Las parejas de las aventuras no
suelen escogerse porque sean más bonitas, apuestos o sexy. Suelen escogerse por
diversos tipos de razones extrañas y no sexuales. Generalmente, la otra mujer o
el otro hombre en una relación adúltera satisfacen necesidades que no satisface
el cónyuge en el matrimonio. [62]También
encontramos que las personas se involucran en estos amoríos con una asiduidad
asombrosa, a pesar de las fuertes convicciones morales o religiosas que puedan
tener. La falta de realización en una de estas áreas emocionales básicas crea
un vacío peligroso en la vida de una persona. Y, lamentablemente, muchos
terminarán por llenar esa necesidad fuera del matrimonio.[63]
El sexo puede
no estar involucrado en algunos amoríos. La relación podría ser meramente un
vínculo emocional.[64]
Mito número 2: "El adulterio tiene que ver con el
carácter". En el pasado, la sociedad despreciaba a los
alcohólicos como personas que tenían un carácter débil debido a su problema.
Ahora lo consideramos como una adicción o aun una enfermedad. Si bien esto no
justifica el comportamiento, podemos ver que no puede ser rotulado simplemente
como un problema de carácter.
Hay evidencia
psicológica creciente de que el comportamiento adúltero en los padres afecta
dramáticamente a los hijos cuando llegan a la adultez. Así como el divorcio en
una familia influye en la probabilidad de que los niños adultos consideren el
divorcio, el comportamiento adúltero de los padres parece generar un
comportamiento similar en sus hijos. ¿Acaso no es éste un ejemplo más de la
enseñanza bíblica de que las influencias de una generación recaen sobre la
siguiente?
Mito número 3: "El adulterio es terapéutico". Algunos
de los libros de psicología y revistas para mujeres que circulan en nuestra
cultura promueven las aventuras extramaritales como positivas. Este mito de que
una aventura puede reavivar un matrimonio aburrido es una mentira devastadora.
Según la fuente que esté leyendo, una aventura hará lo siguiente: lo hará un
mejor amante, lo ayudará a enfrentar su crisis de la edad media, traerá alegría
a su vida o volverá a traer un poco de emoción a su matrimonio.[65] Nada
podría estar más lejos de la verdad. Una aventura podrá darle más sexo, pero
podría darle también una enfermedad de transmisión sexual. Podría darle más
emoción a su matrimonio, es emocionante, pero recodemos que el adulterio termina
en divorcio el 65 % de las veces. "Para la mayor parte de las personas
y la mayoría de los matrimonios, la infidelidad es peligrosa".
Mito número 4: "El adulterio es inofensivo". Las
películas son tan solo uno de los lugares donde el adulterio ha sido promovido
como algo positivo. El paciente inglés recibió doce
nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película del año, por su descripción de
una relación adúltera entre un apuesto conde y la esposa inglesa de su
colega. Los puentes de Madison relata la historia de la esposa de
un granjero de Iowa que tiene una breve aventura extramarital con un fotógrafo
de la revista National Geographic que supuestamente la ayudó a
dinamizar su matrimonio. El príncipe de las mareas recibió
siete nominaciones al Oscar y muestra a un terapeuta casado que se acuesta con
su paciente, también casada.[66]
Notemos los
eufemismos que ha desarrollado la sociedad a lo largo de los años para
disculpar o suavizar la percepción del adulterio. Muchos no se pueden repetir,
pero entre los que se pueden mencionar se encuentra: andar de juerga,
dormir por ahí, tener una aventura, echar una cana al aire, escarceos amorosos. Algunos
han llegado a sugerir que es simplemente una actividad recreativa, como jugar
al softbol o ir al cine.
El sexo
prohibido puede ser una adicción que puede y suele tener consecuencias
devastadoras para una persona y una familia. El adulterio hace pedazos la
confianza, la intimidad y la autoestima. Destruye familias, arruina carreras y
deja una estela de dolor y destrucción a su paso. Este legado potencial de
dolor emocional para los hijos de una persona debería ser suficiente para que
se detenga y cuente el costo antes de que sea demasiado tarde.[67]Otra
cosa es cómo salir de esto y qué hacer con quienes viven inmersos en ésta
apostasía.[68]
Aun cuando los
amoríos nunca se expongan, hay costos emocionales involucrados. Por ejemplo,
las parejas adúlteras privan a sus cónyuges de la energía y la intimidad que
deberían dedicarse al matrimonio. Engañan a sus parejas y se vuelven
deshonestas acerca de sus sentimientos y acciones. Como dice Frank Pittman: "La
infidelidad no está en el sexo necesariamente, sino en el secreto. No se trata
de la persona con quien te acuestas sino a quien le mientes".[69]
Mito número 5: "El adulterio tiene que terminar en
divorcio". Sólo alrededor del 35 % de las parejas permanecen
juntas una vez descubierta la aventura adúltera; el 65 % restante se divorcia.
Tal vez nada puede destruir un matrimonio más rápidamente que la infidelidad
marital.[70]
La buena
noticia es que no tiene que ser así. No es fácil y requiere decisiones morales
y el perdón inmediato, sin embargo el adulterio no tiene que terminar en el
divorcio.
2.2
REFLEXIONANDO LOS TEXTOS BÍBLICOS
¿Cuál es la secuencia de inicio y consumación
respecto al adulterio? ¿Son todos los casos de adulterio iguales? ¿Cuándo
comienza el acto de adulterar y el de codiciar a otra mujer u hombre? ¿Creen
los que no han consumado, de momento, un adulterio, que están observando
verdaderamente el precepto?[71]
Resulta de sumo interés percibir que desde
toda cultura y todo tiempo, existe una especie de “protección natural” frente a
la intimidad del círculo de la relación entre parejas, una protección frente al
adulterio, aún en culturas polígamas y de moralidad sexual cuestionable.[72]Es
evidente que, no siempre buscando los mismos intereses que en la actualidad,
bien porque se enfatizaba en la propiedad y así era entendida a la mujer o bien,
por otras razones, lo cierto es que, el adulterio se ha protegido y castigado
incluso, de forma más severa que la que encontramos en el Antiguo Testamento,
del que no debemos olvidar existe una connotación religiosa y de prostitución
“sagrada” que hoy se ha perdido.[73]El
adulterio prolongado, por otro lado, ha demostrado que va eliminando el
discernimiento entre el bien y el mal y apagando conciencias.[74]Veamos
un gráfico:
Es también, una especie de idolatría, de una
forma de amar alejada del original y falseada por las propias costumbres
actuales.[75]
El
concepto semántico ha evolucionado y debemos admitir que no sólo se incurría en
adulterio para el caso de relaciones sexuales fuera del matrimonio, aún sin
estar casados podríamos incurrir en el delito sexual. José, enterado del
embarazo de María, estaba desposada con Él y éste pensó que le había sido
infiel y planeó un divorcio sin estar casado, por las costumbres de la época,
que aunque la boda no se hubiera producido, figuraban como si lo estuvieran.
(Mt 1.18-20)
¿Hay
un caso de adulterio en la egipcia Agar y Abraham, a pesar de que la costumbre
era admitida para casos de infertilidad? ¿Hay adulterio en la poliandria? ¿En
la poligamia?[76]¿No
es el caso de Oseas, como mínimo curioso, en sus formas al pedir Dios mismo, el
adulterio para el profeta?[77]¿Por qué
un precepto de protección frente al adulterio y la codicia sexual, aparece en
todas las religiones y pensamientos humanistas?[78] No
olvidemos la influencia de la prostitución cultica.[79]
La
ley moral contra el adulterio o la codicia enfrenta a la humanidad. Es una
medida de gracia y protección contra el egoísmo y el dolor. Es un imperativo frente
a la libertad del otro. (Mc 8.38) incluye a toda una generación, definida como
adúltera. Son obras de la carne, en las que el mundo pagano no percibe su
peligrosidad, más bien es un mundo permisivo.[80]
Sucede
con la codicia, algo diferente al adulterio. Mientras que éste último es
siempre negativo en las Escrituras, en cambio, el término que nosotros
traducimos como codicia, podría contener un componente positivo.[81]Jesús
mismo codicia (Lc 22.15) y no peca, es claramente la visión de vida y disfrute
Bíblica, no de reclusión, pero guardando la Ley en el corazón y sabiendo de su
importancia.
Abordando la ética situacional, y el caso del
profeta Oseas lo es sin duda alguna, encontramos que se trata de uno de los casos
en los que encontramos una dimensión diferente sobre el significado del
adulterio. Cuando se pregunta: « ¿Es
malo el adulterio?»: «Podríamos contestar: “Plantee un caso. Describa una
situación real”». Algunos autores creen que así se elimina la crueldad del
legalismo al enfocarse en las personas antes que en los preceptos.[82]Sin
embargo, esto es insuficiente, ya que el fondo y el interés de la protección no
se centran en uno mismo sino en el otro, y pocos pecados son tan gráficos para
demostrar egoísmo, como el de adulterio. Porque, aunque las nuevas ideas sean
idealistas y pretendan un mundo mejor, sin embargo, no funcionan en la
práctica. O quizá deberíamos decir que funcionan, pero en la dirección del
fracaso de nuestra sociedad. Las estadísticas demuestran que los niveles
morales son menores o se han desplomado, que hay más crímenes, más delincuencia
juvenil, más adulterio, más divorcios cada año. (Hay más población claro) Algunos
reaccionan a esto diciendo que aquellas cosas en realidad ya no importan, que
los valores morales tradicionales ya no cuentan. Hay un clamor general pidiendo
el amor libre, la facilitación del divorcio, la permisividad en todos los
aspectos. Pero, cuando las cosas se ponen tan mal que queda claro para todos
que son negativos, entonces se cuestionan las estructuras de la sociedad y se
buscan la protesta y la revolución como medio para construir un mundo mejor.
Pero, éstos sólo sirven para aumentar la velocidad de todo el proceso de
derrumbamiento.[83]
Los
casos de caída sexual no ocurren de repente e inesperadamente. En la mayoría de
los casos ha habido un largo período de gestación aunque la mayor parte del
mismo haya sido interna y, por tanto, poco detectable.[84] Dios consideró siempre que la
creencia en otras religiones idólatras y alejadas a sus consejos para su pueblo
constituía una manifestación ofensiva de adulterio espiritual.[85]
Tampoco es preciso deducir que los hombres poseen
un pleno conocimiento de la Ley, sino únicamente que, en sus espíritus, se
encuentran algunas impresiones de la simiente de justicia, como puede
comprobarse en todos los pueblos, pues, tanto en unos como en otros existe
alguna forma de religión que castiga por sus leyes el adulterio, el robo y el
crimen; estiman y recomiendan la fidelidad y lealtad en los contratos, en los
negocios y en otros asuntos que relacionan a los hombres.[86]
En todo eso, confiesan que es preciso servir a Dios; que el adulterio, el robo
y el crimen son malos, y que la rectitud y la justicia son loables. Poco
importa cómo se imaginen a Dios o cuántos dioses tengan; basta con que
comprendan que Dios existe y que se le debe servir y honrar[87]
En
el Antiguo Testamento la adoración a los ídolos se considera adulterio
espiritual (Jeremías 3:1–5). En este sentido, los hebreos quebrantaron varias
veces el pacto que el Señor hiciera con los patriarcas. Sin embargo, el
llamamiento de Jehová sigue siendo tierno y siempre conmovedor: “Tú, pues,
has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí!” (Jeremías 3:1).[88]Sin
embargo, no hay necesariamente una implicación sexual de relación ilícita con
otra persona de sexo opuesto o igual, es decir, no necesariamente aparece el
componente sexual que hoy sí le damos cuando nos referimos al precepto. Alguien
puede ser fiel a su matrimonio y a sus votos pero puede caer en el adulterio
espiritual frente a Dios y por lo tanto es reo de juicio en su matrimonio, al
que nadie censura, excepto Jesús apelando a la conciencia.
En Santiago 4.1–3 vemos que las conductas que
producen conflicto son síntomas de un problema más profundo: « ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos
entre ustedes? ¿No es de sus pasiones, las cuales combaten en vuestros
miembros? Codician, y no tienen; matan, y arden de envidia, y no pueden
alcanzar; combaten y luchan, pero no tienen lo que desean, porque no piden.
Piden, y no reciben, porque piden mal, para gastar en sus deleites».
La Biblia nos enseña que nuestras actitudes,
deseos, y motivos detrás de nuestras conductas vienen de nuestro corazón: «del corazón salen los malos pensamientos,
los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias» (Mateo 15.19; Romanos 1.24). Jesús muestra que
hay una consecuencia entre un buen árbol y buen fruto y un árbol malo y malos
frutos (Lucas 6.43–45). Explica que el buen comportamiento sale de un buen
corazón y el mal comportamiento sale de un corazón malo (Lucas 8.11–15; ref.
Proverbios 4.23). Por lo tanto, para efectuar cambios duraderos en nuestra
forma de vivir, el cambio debe ocurrir primero en el corazón (Efesios 4.22–24).
El término «corazón» es descrito en la Biblia como más que sentimientos.
Generalmente se refiere a toda la vida interior del hombre, incluyendo sus
pensamientos y actitudes —«las
intenciones del corazón» (Hebreos 4.12, 1 Corintios 4.5). Por lo tanto,
cuando la Biblia habla de cambio de corazón, está hablando de un cambio de
sentimientos, deseos, creencias, expectativas, pensamientos, y actitudes. Una
transformación sobrenatural ocurre en tu corazón cuando Cristo es aceptado como
tu Salvador. Dios promete afectar nuestras motivaciones haciendo lo siguiente:
«…seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón
de piedra, y os daré un corazón de carne» (Ezequiel 36.25b–26; ref. Hebreos
8.10).
El planteamiento bíblico, por lo tanto, nos indica
que las motivaciones del hombre varían de acuerdo a la condición de su corazón
respecto a Dios. No todos estamos en la misma condición. Hay motivaciones
distintas de acuerdo a los estados del hombre. El ser humano al respecto debe
ser visto desde un estado de inocencia, pecado, gracia, y gloria.
En su estado
de inocencia Adán y Eva hacían todo desde un corazón puro y en perfecta
armonía con Dios. Estaban motivados por Dios y deseaban agradar a Dios. Como lo
dice el Catecismo Menor de Westminster «El
fin principal del hombre es de glorificar a Dios y de gozar de Él para siempre».
(Colosenses 3.17)[89]
Observemos el caso de Abraham, Sara y Agar (Gen
16) que según la costumbre de la época y cultura legislativa no cometerían un
adulterio en su sociedad pero ¿infringirían la ley divina?[90]¿Está
justificado el adulterio en alguna ocasión?[91]
2.3 COMO PREVENIR EL ADULTERIO
¿Cómo puede una pareja prevenir el adulterio?[92]Él
encontró que los matrimonios que no logran satisfacer las necesidades de un
cónyuge son más vulnerables a una aventura extramarital. A menudo, la falta de
satisfacción mutua de las necesidades de los hombres y las mujeres se debe a
una falta de conocimiento antes que una egoísta renuncia a ser atentos.
Satisfacer las necesidades es críticamente importante porque, en los
matrimonios que no suplen las necesidades, es llamativo y alarmante cuán
consistentemente las personas casadas buscan saciar sus necesidades
insatisfechas a través de una aventura extramarital. Si alguna de las cinco
necesidades básicas de un cónyuge no es satisfecha, ese cónyuge se vuelve
vulnerable a la tentación de una aventura.[93]
Primero,
veamos las cinco necesidades de la esposa. La primera necesidad es de afecto.
Para la mayoría de las mujeres, el afecto simboliza seguridad, protección,
consuelo y aprobación. Cuando un esposo muestra afecto a su esposa, le está
enviando los siguientes mensajes: (1) Te voy a cuidar y proteger; (2) Me
interesan los problemas que enfrentas, y estoy contigo; (3) Creo que has hecho
un buen trabajo, así que estoy orgulloso de ti.[94]
Los hombres
necesitan entender cuán fuertemente las mujeres necesitan estas afirmaciones.
Para la esposa típica, difícilmente pueda recibir suficientes. Un abrazo puede
comunicar todas las afirmaciones del párrafo anterior. Pero el afecto puede
demostrarse de muchas formas, como ser: besos, tarjetas, flores, cenar afuera,
abrir la puerta del coche, tomarse de las manos, caminatas luego de cenar,
masajes en la espalda, llamadas telefónicas. Hay mil formas de decir "te
quiero". Desde el punto de vista de una mujer, el afecto es el pegamento
esencial de su relación con un hombre.
La segunda
necesidad es la conversación. Las esposas
necesitan que sus esposos les hablen y las escuchen. Necesitan mucha
conversación de doble vía. En el tiempo de sus citas antes del matrimonio, la
mayoría de las parejas pasan tiempo demostrándose afecto y conversando. Esto no
debería abandonarse luego del casamiento. Cuando dos personas se casan, cada
integrante de la pareja tiene derecho a esperar que el mismo cuidado y atención
amorosos que prevalecían durante el noviazgo continúen después del casamiento.
El hombre que toma tiempo para hablar a una mujer tiene el camino abierto a su
corazón.
La tercera
necesidad es de sinceridad y franqueza. Una
esposa necesita confiar en su esposo plenamente. Un sentido de seguridad es la
trama común entretejida a través de cada una de las cinco necesidades básicas
de una mujer. Si un esposo no mantiene una comunicación sincera y franca con su
esposa, socava su confianza y termina por destruir su seguridad. Para sentirse
segura, una esposa debe confiar en que su esposo le dará información precisa
acerca de su pasado, el presente y el futuro. Si ella no puede confiar en las
señales que él le envía, no tiene ningún fundamento sobre el cual construir una
relación sólida. En vez de adaptarse a él, se siente desequilibrada; en vez de
acercarse cada vez más a él, se aleja de él.
El compromiso
financiero es una cuarta necesidad que experimenta una mujer. Ella
necesita tener el dinero suficiente como para vivir cómodamente; necesita apoyo
financiero. No importa cuán exitosa pueda ser la carrera de una mujer, en
general ella quiere que su esposo gane el dinero suficiente como para
permitirle sentirse apoyada y cuidada.
La quinta
necesidad es el compromiso familiar. Una esposa
necesita que su esposo sea un buen padre y tenga un compromiso con la familia.
La vasta mayoría de mujeres que se casan tienen un poderoso instinto para crear
un hogar y tener hijos. Sobre todo, las esposas quieren que sus esposos asuman
un papel de liderazgo en su familia y se comprometan con el desarrollo moral y
educativo de sus hijos. Veamos ahora consejos sobre cómo prevenir el adulterio:
Ahora veamos las cinco necesidades que tienen los esposos. La primera es
la satisfacción sexual. La esposa típica no
entiende la profunda necesidad que tiene su esposo del sexo más que el típico
esposo entiende la profunda necesidad de afecto de su esposa. Pero estos dos
ingredientes pueden trabajar muy estrechamente en un matrimonio feliz y
realizado. El sexo puede ocurrir naturalmente y frecuentemente si hay
suficiente afecto.
La segunda
necesidad de un hombre es el compañerismo recreativo. Él
necesita que ella sea su compañera de juego. No es infrecuente que las mujeres,
cuando son solteras, acompañen a los hombres en lo que a ellos les interesa. Se
encuentran practicando la caza, la pesca, jugando al fútbol o viendo deportes o
películas que nunca hubieran escogido por su cuenta.
Luego del
casamiento, las mujeres a menudo tratan de interesar a sus esposos en
actividades más de su propio gusto. Si fracasan sus intentos, tal vez alienten
a sus esposos a continuar sus actividades recreativas sin ellas. Pero esta
opción es muy peligrosa para un matrimonio, porque los hombres dan una
importancia sorprendente a tener a sus esposas como compañeras de recreación.
Entre las cinco necesidades básicas masculinas, para el esposo típico, pasar
tiempo de recreación con su esposa solo es superado por el sexo.
La tercera
necesidad de un esposo es una esposa atractiva. Un
hombre necesita una esposa que a él le guste.[95]
La cuarta
necesidad de un hombre es el apoyo doméstico. Él
necesita paz y quietud. Es tan profunda la necesidad que tiene un esposo de
apoyo doméstico de su esposa que a menudo fantasea sobre cómo ella lo recibirá
amorosamente y agradablemente a la puerta, y sobre hijos que se portan bien y
que también están contentos de verlo y recibirlo en la comodidad de un hogar
bien mantenido. El hecho de que la fantasía continúe, veamos un ejemplo: Su
esposa lo lleva a sentarse y relajarse antes de participar de una sabrosa cena.
Más tarde, la familia comparte una caminata a la noche, y él vuelve y acuesta a
los niños sin inconvenientes o problemas. Luego él y su esposa se relajan,
charlan y tal vez ven un poco de televisión hasta retirarse a una hora
razonable para amarse. A las esposas tal vez les cause gracia este escenario,
pero esta visión es bastante frecuente en las vidas de fantasía de muchos
hombres. La necesidad masculina de que la esposa "se ocupe de las
cosas" --especialmente él-- es generalizada, persistente y profunda.
La quinta
necesidad es admiración. Él necesita que ella
esté orgullosa de él. Las esposas necesitan aprender a expresar la admiración
que ya sienten por sus esposos, en vez de presionarlos para obtener mayores
logros. La admiración sincera es un gran motivador para los hombres. Cuando una
mujer dice a un hombre que él es maravilloso, eso lo inspira a lograr más. Se
considera capaz de manejar nuevas responsabilidades y perfeccionar habilidades
mucho más allá de su nivel actual.
Si alguna de
las cinco necesidades básicas de un cónyuge queda sin satisfacer, esa persona
se vuelve vulnerable a la tentación de una aventura. Por lo tanto, la mejor
forma de prevenir el adulterio es satisfacer las necesidades de su cónyuge y
fortalecer su matrimonio.[96]
2.4 NUESTRA RESPONSABILIDAD ECLESIÁSTICA Y SOCIAL
Considerando que puede ser que, no estemos a la
altura en lo que respecta a la misericordia y trato, con la situación vivida o
no, y dada la enorme responsabilidad, sagrada, creo que debemos reflexionar
sobre cómo responder a un drama humano y familiar desde la eclesiología o desde
la consejería pastoral, ya que, las sensibilidades rotas y los brazos a donde
llega éste pecado alcanza o puede hacerlo a nuestra percepción de la redención
y la corrección y puede que apliquemos incorrectamente un principio de
restauración inviolable. ¿Qué hacemos ante un caso de adulterio?[97]
¿Estamos comportándonos correctamente como
Iglesia y como seres humanos ante los casos que se nos presentan de adulterio
especialmente, y no vemos el dolor que causamos aplicando la disciplina
eclesiástica?[98]¿Cómo
saber el pensamiento codicioso de alguien? ¿No es lo mismo robar, mentir,
violar la ley de Dios en cualquier otro punto?[99]
Para Dios en cambio, resultan heroínas, mujeres
con un pasado sexual más que dudoso.[100]Diferenciamos
y no siempre desde un punto de vista objetivo, al cónyuge infiel del que
entendemos víctima y lo consideramos fiel, pero ¿quién puede decir que hay dos
partes diferenciadas en la fidelidad o violación del pacto con Dios y con los
votos matrimoniales? Es muy complicado que una parte quedara indemne del gran
pecado del egoísmo, que es el adulterio aún en su mejor estética.[101]
En contra de la costumbre religiosa y del
manual de nuestra denominación encontramos una sentencia aclaratoria de nuestra
consejera.
Cuando el que ha cometido una falta se da
cuenta de su error, guardémonos de destruir su estima propia. No lo desalentemos con nuestra indiferencia o
desconfianza. No digamos: "Antes de
depositar en él mi confianza, voy a esperar para ver si permanece
firme". Muchas veces es
precisamente esta desconfianza la que hace tropezar al tentado.
Es del mismo modo sorprendente que sigue
habiendo una distancia dicotómica muy grande entre lo que entendemos por
disciplina eclesiástica carente de objetividad e influenciada por las
costumbres heredadas.
Deberíamos tratar de comprender la flaqueza de
los demás. Poco sabemos de las pruebas
que soporta el corazón de los que han estado encadenados en las tinieblas, y a
quienes faltan resolución y fuerza moral.
Por demás de lamentar es la condición del que sufre remordimiento; está
como quien, aturdido y tambaleante, se hundiese en el polvo. No puede ver nada
con claridad. Tiene el espíritu nublado,
no sabe qué pasos dar. Muchos viven sin
que nadie los entienda ni los aprecie, llenos de desesperación y de angustia;
como pobres ovejas perdidas y descarriadas, No pueden encontrar a Dios, y sin
embargo, tienen ansias intensas de obtener perdón y paz.
Misteriosamente, como si de un reinado oscuro
del mal se tratara, instigado y legislado por un dios menor, se guarda silencio
ante un problema de tal calado. ¿Cómo se adultera de forma honesta? ¿Cómo se es
víctima y culpable al mismo tiempo? Veamos.
¡Ah, no les digamos una sola palabra que ahonde
su dolor! Al que se siente apesadumbrado
por una vida de pecado, pero que no sabe dónde encontrar alivio, presentémosle
al Salvador[102]
Una de las mejores claves tanto en la
prevención como en la recuperación de un drama, del que Dios tanto empeño tiene
en evitarlo, es la Inteligencia emocional. Controlar nuestras emociones,
manejar bien la empatía, son de más valor que el manejo de datos. La
información emocional supera a la académica. La inteligencia emocional no es
una capacidad innata, sino que se puede aprender y desarrollar, de ella depende
en gran parte el éxito ante la sombra de algo que quizá pensemos nunca nos
pasará a nosotros pero que nadie debería pensar que está exento de caer en
ello.[103]
CONCLUSIÓN
Cuando las parejas se casan, se comprometen a guardarse mutua fidelidad.
Por desgracia, son muchos los que, tarde o temprano, infringen esta norma. Una
relación extramatrimonial puede convertirse en una de las crisis más
devastadoras que pueda experimentar una persona, puesto que con ella pueden
quedar destruidos sus sueños, esperanzas, y confianza. Se produce un
sentimiento intenso de herida, rechazo e ira.
Cuando alguien viene a comunicarnos su ofensa y herida, nuestro ministerio
es doble. Por un lado, aconsejarle a manejar y equilibrar sus propios
sentimientos y, por otro, ayudarle a dar pasos constructivos evitando que tome
decisiones que empeoren las cosas. No siempre estamos a la altura de las
circunstancias, porque la empatía, es difícil de conseguir, especialmente por
los eufemismos y las costumbres heredadas de un mandamiento especialmente
tratado.
Estamos llamados a mostrar misericordia y sensibilidad. No todos los
adulterios y caídas son iguales. Se es víctima y culpable al mismo tiempo, y es
una de las oportunidades para desarrollar una teología de la cruz más que una
de la gloria. Casi nunca se piensa del todo en el otro, y no es difícil que se
piensen en circunstancias externas que no están a la altura de una redención
tan compleja, por ejemplo, circunstancias que se derivan de complejos morales
propios del consejero, teologías mal elaboradas, doctrinas poco éticas y muy
morales. El dogma prevalece sobre el alma.
El
mandamiento no diferencia respecto a la idoneidad de acceso a la santidad, si
bien, respecto a las causas y consecuencias es importante que mostremos
sabiduría para la redención y corrección de lo que haya sido afectado. Hay
muchas formas de adulterio y de fallar al vínculo matrimonial. ¿Es la
pornografía un ejemplo de ello? Sin duda.
¿Es posible volver a construir el matrimonio después de una situación como
ésta? La respuesta es: Sí. Se trata de una crisis y aunque sea penosa y hayas
deseado que nunca hubiera ocurrido, hay que aceptar esta oportunidad para sacar
de ella algo constructivo.
Una minoría se aprovechará del suceso y como oportunidad y excusa para
poner fin al matrimonio. Con frecuencia no es posible hacer nada para
convencerles de lo contrario. Incluso en este caso, procura alentarles a
considerar la otra alternativa y procura que utilicen la crisis como medio para
reconstruir su propia vida, su matrimonio y su familia. Algunos pueden perdonar
con bastante facilidad, en tanto que he visto a otros que han tomado la
decisión de no perdonar nunca a su cónyuge.
Hemos repasado una dimensión del delito, en el que cada uno de nosotros de
alguna manera, alguna vez, adulteramos nuestros compromisos con Dios y con la
familia, y Jesús mismo permeó nuestra conciencia aludiendo al hecho de si acaso
alguien de nosotros se atrevería a lanzar la primera piedra.
En cualquier caso, el infierno emocional al que se somete en nombre del
amor, al sexo, a la filiación y a sueños rotos, bien en un futuro inmediato o
bien lejano, son incalculables. No ser coherente con uno mismo, no seguir la
voluntad de Dios, aún se persiga, no poder cuando se quiere y no querer cuando
se tuvo oportunidad, es algo de difícil digestión. El secretismo, la confusión,
los celos irracionales, el engaño diseñado por un dios menor que se gusta en la
maldad, que disfruta con dañar la imagen de Dios en el hombre, son acompañantes
de un cáncer psicológico y social al que la disciplina de la Iglesia no sabe
hacerle frente con argumentos que coincidan con Jesús en aquellas tierras
lejanas.
Agradecemos sin palabras el inmenso privilegio de formar parte de una
enseñanza tan marginada, tan desasistida y tan deformada, que, sin embargo, nos
ayuda a vivir en sociedad, nos ayuda a respirar y saborear la victoria sobre un
riesgo que dinamita, asesina al otro, daña la autoestima, impide a los demás su
crecimiento y finalmente suicida el alma. Queramos nosotros y no Dios, que ya
se ha manifestado, escuchar y ser responsables con un desafío, esto es, amar su
ley y en ella caminar de día y de noche. “Bendito aquel, cuyo pecado haya
sido perdonado”
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[4] Hay
textos que obedecen a la raíz….
[5] Chávez, M.
(1992). Diccionario de hebreo bíblico (1. ed.). El Paso, Tex: Editorial Mundo
Hispano.
[6] Ibíd., Pág.
169
[7] Podríamos
estudiar la exégesis de algunos textos nuestro punto. Ahora tratamos tan sólo
de acercarnos al significado léxico. Lo que sí concluyo, es que fornicación y
adulterio son términos diferentes. Es decir, la fornicación es una forma de
adulterio, de adulterar, pero pertenece a otra raíz léxica, como se puede comprobar.
[8] Hernandez, E. A., & Lockman Foundation. (2003).
Biblia de estudio: LBLA. (Ex 20.14). La Habra, CA: Editorial Funacion, Casa
Editoral para La Fundacion Biblica Lockman.
[9] La
asociación con lo espiritual es un aspecto muy importante que hoy se desvincula,
reducimos el adulterio a un tema exclusivamente sexual y de pareja, pero esto
sería ver una parte solamente del mandamiento y por lo tanto, nuestra visión es
incompleta. Especialmente lo vemos en la raíz “ZANA” donde sencillamente el
olvido, el menosprecio de Dios, puede ser una forma de fornicación y de
adulterio. Esto abre nuestra visión respecto a la violación del precepto, que
Jesús mismo lleva a una dimensión que va más allá del mero acto sexual. זָנָה zaná;
raíz Prim. Cometer adulterio fig. Cometer idolatría (siendo que al pueblo
judío se le consideraba esposa de Jehová): adulterar, apartar, cesar, cometer
fornicación, dejar, fornicación, fornicar, fornicario, infiel, ir, prostituir,
ramera. זָנוֹחַ Zanóakj; rechazado; Zanoaj, nombre de dos lugares
en Pal.: Zanoa. זָנוּן zanún; de adulterio; fig.
Idolatría: fornicación, fornicario,
prostitución. זְנוּת zenút; adulterio, infidelidad, idolatría: rebeldía, fornicación, fornicar. זֹנוֹת zonót;
considerado por algunos como si fuera de o una raíz que no se usa, y aplicado a
equipos militares; pero evidentemente de prostitutas:
rameras. זָנַח zanákj; empujar a un lado
rechazar, olvidar, fallar: alejar,
desechar, excluir, menospreciar.
[10]
Especialmente en el NT es más sinonímico que el AT, como lo es el griego y el
latín del arameo o hebreo. Sin embargo, son raíces diferentes que con el tiempo
se han ido vinculando.
[11] de Andrade,
C. C. (2002). Diccionario Teológico: Con un Suplemento Biográfico de los
Grandes Teólogos y Pensadores (30). Miami, FL: Patmos.
[12]
Sobre todo por el valor otorgado a la fertilidad, su diosa, la descendencia y
la necesidad de tener “varón” para la mujer, aspecto cultural e histórico que
hoy no existe.
[13]
Documentos del faraón Ramsés II nos muestran sus relaciones con su propia madre
y sus incontables mujeres, pero prohíben el adulterio. Grecia y Roma no son
excepciones. Vide ANET Cartas de Amarna.
[15] Debe estudiarse el por qué de las diferencias, especialmente en la
lengua semítica, económica en sus vocablos y de ahí su importancia. Para ellos
no son sinónimos.
[15] Strong, J.
(2002). Nueva concordancia Strong
exhaustiva: Diccionario. Nashville, TN: Caribe.
[17] Kittel, G.,
Friedrich, G., & Bromiley, G. W. (2002). Compendio del diccionario
teológico del Nuevo Testamento. Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
[18]
Resulta llamativo que las leyes romanas permitieran la prostitución, entre
hombres y mujeres, el sexo con esclavas, matrimonios entre adultos e infantes e
incluso incestos, y en cambio, se legislara en contra del adulterio. Vide IUS
PUBLICO del derecho Romano.
[19] compañero, amigo, camarada (Mt 20:13;
22:12; 26:50+; Mt 11:16 v.l. TR)
[20] Del
mismo modo, aunque sea objeto de un estudio diferente y que merece su
consideración, no olvidemos el trato de divorcio que se utilizaba en la época
legislada desde Moisés y donde se repudiaba por cualquier motivo a la mujer y
se perdía con facilidad el sentimiento sagrado de pertenencia y al que Jesús
alude en su exigencia y postulado sobre el divorcio.
[22] Se
usa: (a) en el sentido natural (2 P 2.14; Ro 7.3); (b) en el sentido espiritual
(Stg 4.4; aquí la RVR, RVR77 y VM eliminan correctamente la palabra
«adúlteros». Fue añadida por un copista). Así como en Israel el quebrantamiento
de su relación con Dios por su idolatría se describía como adulterio o
prostitución (p.ej., Ez 16.15, etc.; 23.43), así los creyentes que cultivan la
amistad con el mundo, quebrantando de esta manera su unión espiritual con
Cristo, son adúlteros espirituales, habiendo sido espiritualmente unidos a Él
como esposa a su marido (Ro 7.4). Se utiliza en modo adjetivo para describir al
pueblo judío al apartar sus afectos de Dios (Mt 12.39; 16.4; Mc 8.38). En 2 P
2.14, la traducción literal es «llenos de una adúltera». Se halla también en Mt 15.19; Mc 7.21;
Jn 8.3, Gal 5.19.
[24] Codiciar
es desear lo que no nos pertenece. En el Antiguo Testamento, la codicia es una
ofensa a Dios. El decálogo prohíbe el robo, el deseo de los bienes ajenos y el
codiciar a la mujer ajena. Es pecado no saber renunciar, por obediencia a Dios,
a lo que en sí mismo podría ser un deseo natural.
[25] Es
paradójico pero enormemente interesante que la imagen del judaísmo ortodoxo o
conservador nos parezca, al dia de hoy, en cierto modo, tan legalista, pero que
la lectura midrásica promueva la imaginación e invite a la profunda reflexión
de todos los aspectos de la vida.
[26] Con
una menor complejidad teórica, David Tracy ha entendido bien que un clásico es
un texto al que la comunidad regresa una y otra vez para buscar «algo más» y
«algo distinto» David Tracy is an American Roman
Catholic theologian. Tracy has spent the majority of his career
teaching at the Divinity School of
the University of Chicago
[27] En
cambio, las predicaciones escatológicas desobedecen a la hermeneútica de una
respuesta real y presente al drama del adulterio y no a las utopías de no
haberse cometido o no cometerse nunca, donde la condenación y la justicia
acaparan el púlpito y dejan indefenso al caído arrepentido. Obviamente en general,
la historia de las religiones se ha caracterizado más, por inclinarse hacia un
lado conservador, pero sin embargo, Jesús sitúa al hombre al estado universal.
Caído y adúltero, que necesita redención.
[28]
Recomendable como aplicación de la consejería pastoral. Wright, H.N., 1990. Cómo
aconsejar en situaciones de crisis, Terrassa: Editorial CLIE.
[29] También
se usa adecuadamente en 1 Co. 5:11 donde la palabra aparece sin ninguna
modificación (cf. 6:18). El plural fornicaciones (dia tas porneias) se toma
mejor en el sentido de «tentaciones a la inmoralidad» o «para evitar las …». (1
Co. 7:2). Mientras otros pecados deben ser vencidos por la crucifixión
espiritual de la carne (Gá. 5:24), el pecado de la inmoralidad (porneia) es uno
del cual el cristiano debe huir para mantenerse puro (1 Co. 6:18)
[30] Éste
sería el origen del adulterio, no en la alteridad, no en los demás, sino en uno
mismo.
[31] Lo
primero es común en Persia. Lo segundo está muy difundido en los cultos de
deidades madres, así como en Siria y Egipto. Grecia lo rechaza, pero encuentra
acceso a Corinto y Atenas, probablemente por medio del comercio con el Cercano
Oriente
[32] La ética sexual del estoicismo
[33] Kittel, G.,
Friedrich, G., & Bromiley, G. W. (2002). Compendio del diccionario
teológico del Nuevo Testamento. Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
[34] Vine, W. (1999). Vine diccionario expositivo
de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (electronic ed.).
Nashville: Editorial Caribe.
[35] Mandatos
4.1.1, HERMAS. Junto a La epístola de Bernabé y la carta a Diogneto, pilares de
la literatura.
[37] Una
pregunta al respecto, ¿Cabría hoy pensar en una herencia o legado perfeccionista
que impide otorgar y recibir el perdón libremente? ¿Han podido penetrar estas
ideas en nuestra eclesiología?
[38]. PIÑERO A. Los
cristianismos derrotados Pág 126. EDAF, Madrid 2007
[39] Pág 317.
Los capítulos de Rabí Eliezer. Valencia 1984. Dr. MIGUEL PÉREZ FERNÁNDEZ,
Profesor de la Facultad de Teología de Cartuja, Granada. Biblioteca midrásica.
[40] En
referencia a José. Pág 70-72. X.León-Dufour. Estudios de Evangelio. Ed.
Cristiandad. Madrid 1982.
[41]
MAIER P. Eusebio, Historia de la Iglesia. Primer compilador
eclesiástico.
[42] PAGOLA A. Jesús,
aproximación histórica. PPC Madrid 2007. Pág 33, 153,154.
[44] Sus
Actas son espurias, pero él es el primer Papa que se halla
en el «Depositio Martirium» del siglo IV, y esto es buena evidencia de que realmente
fue mártir, aunque vivió en un tiempo de paz bajo Alejandro
Severo, cuya madre fue cristiana.
[45].R.BULTMANN.
Teología del NT Ed. Sígueme. Salamanca 1981. Pág 52,664
[46] El
adulterio es condenado por Dios. La ley de Dios la prohíbe Ex 20:14 pp Dt 5:18
Ver también lev 18:20; Mt 19:18 Mr.
10:19 pp Lc 18:20; Stg 2:11Está en la lista de las malas prácticas Sal 50:18;
Jer 7:9–10; Os 4:1–2; Lc 18:11; 1 Ti 1:9–10La atracción del adulterio. Comienza
con la lujuria Pr 6:25; Mt 5:27–28 Ver también 2 Sm 11:2–3; Job 31:1,9; Jer
5:8; Mt 15:19Es seductor Pr 7:14–21 Ver también Pr 5:3,20Es secreto Job 24:15;
Pr 7:8–10; 30:20Es una trampa para los incautos Pr 7:7; 22:14; Ec 7:26Es
resistida por los sabios Pr 2:16 Ver también Gen 39:7–12; Pr 7:4–5El adulterio
rompe con el pacto matrimonial. Pr 2:17 Ver también Os 2:2; Mal 2:14Las
consecuencias del adulterio Destruye los individuos y la sociedad Pr 6:32–34
Ver también Pr 5:4–5,9–11; 6:26–29; 7:22–27; Job 31:11–12Era castigado con la
pena de muerte bajo la ley en el AT lev 20:10 Ver también Dt 22:22,23–24; Jn
8:4–5Los adúlteros enfrentan el juicio de Dios He 13:4 Ver también 2 Sm
12:11–12; Mal 3:5; 1 Co 6:9; Ap. 2:22El volver a casarse después del divorcio
puede ser adulterio. Mt 19:9 Mr. 10:11 Ver también Mt 5:32; Lc 16:18; Ro 7:3La
hipocresía en la relación del adulterio. Ro 2:22 Ver también 2 Sm 12:5–6; Os
4:14; Jn 8:7–9Ejemplos de adulterio2 Sm 11:1–4 Ver también Jer 5:7 el pueblo de
Jerusalén; Jer 29:23 los exiliados en Babilonia; Os 3:1–3 la esposa de Oseas,
Gomer; Jn 8:3 la mujer sorprendida en adulterio; 2 P 2:14 los falsos maestros
en la iglesia. Los hijos nacidos en adulterio. Is 57:3 “hijos de los adúlteros”
era un insulto. Ver también 2 Sm 12:15–18 El hijo de David y Betsabé muere
cuando tenía siete días de nacido; Os 2:4–5; 5:7.En las Escrituras hay una
estrecha relación entre el pecado sexual y la corrupción y la inmoralidad
espiritual promovida por los falsos maestros. Las Escrituras frecuentemente
usan el lenguaje del pecado sexual para exponer la infidelidad del pueblo de
Dios. La relación entre el pecado sexual y el adulterio espiritual En la
práctica Núm. 25:1–3 Ver también Ex 34:15; Os 4:14En la falsa enseñanza Ap.
2:20–25 Ver también Núm. 31:15–16; 2 Ti 3:6; 2 P 2:13–15; Jud 4,8; Ap.
2:14–16.El adulterio espiritual y la relación del pacto de Dios con su pueblo.
Dios como el marido de su pueblo Ez 16:8 La relación espiritual entre Dios y su
pueblo se define
en términos de la unión íntima y exclusiva del matrimonio. Ver también Is 54:5;
Jer 3:14; 31:32; Ef. 5:31–32.Dios es celoso por el afecto de su pueblo Ex 34:14
Así como el marido y la mujer son celosos de su relación de amor, así mismo
Dios es celoso por el afecto de su pueblo. Ver también Ex 20:4–5; Dt 4:23–24;
6:13–15.La historia del adulterio espiritual del pueblo de Dios. Ante los reyes
de Israel Dt 31:16 Ver también lev 17:7–9; 20:4–6; Jue 2:16–17; 8:27,33–34.En
el reino del norte de Israel Os 1:2 Ver también 1 Cr 5:25; Ez 23:1–8; Os 2:2–3;
4:10–12; 5:3–4.En el reino del sur de Judá Jer 3:1–3 Ver también 2 Cr 21:10–11;
Is 57:3–8; Jer 2:20; 5:7–8; 23:13–14; Ez 16:15–22; 23:11–21.En la generación de
Jesucristo Mt 12:38–39 Ver también Mt 16:4.El juicio de Dios sobre el adulterio
espiritual. Jer 19:3–5 Ver también Jer 3:6–10; 16:10–13; Ez 23:36–49.Los
creyentes no deben mezclarse en el adulterio espiritual.1 Jn 2:15–17 Ver
también 1 Co 10:6–11; Col 3:5; He 3:12–14; 10:26–31; Stg 4:4–5; 1 Jn 5:21
[47]
Foronda, E. P. (2007). Diccionario manual de sinónimos y antónimos:
Barcelona: VOX. Diccionario Práctico
Español Moderno Larousse. Pág.244 Diccionario
Manual de la Lengua Española de Cervantes, Tomo I .Pág. 343
[48]
http://lema.rae.es/drae/?val=adulterar. Diccionario de la Real Academia
de la Lengua
[49]
Ibíd. Es interesante que la connotación sexual, aunque podría incluirse,
no aparece en la definición de verbo y si lo hace como sustantivo. El Adulterio
contiene el elemento sexual mientras que la acción de adulterar puede, puede
ocurrir sin ese elemento sexual y esto resulta importante para nuestro estudio.
El fraude y la falsificación es una definición más antigua del término. Por
ejemplo: Diccionario general de la lengua española Vox. 1997 (N. L. Cayuela,
Ed.). Barcelona: VOX.
[50]
HARNAK V.A Estudios del At. Estudioso crítico y maestro de Barth.
Especialista en A.T
[51] Diccionario Manual de la Lengua Española de
Cervantes, Tomo I .Pág. 343 Hermann
Gunkel (1862-1932) era un alemán del Antiguo Testamento erudito. Él es más
conocido por fundar forma crítica.
Aegyptische Parallelen, 531, citado en L. A. Schökel / J. Vílchez,
Proverbios..., 40.
[52] Las
palabras de Jesús en Mt 5, señalan un sistema de opresión para la mujer, sujeta
al hombre, sumisa y en cierto modo humillada, bien es cierto, que Jesús en su
encuentro con una mujer sorprendida en adulterio (Jn 8), romperá todas las
barreras existentes en la época y trascenderá su mensaje en el tiempo.
[53] Lo
cual no quiere decir que deban estar excluidas de ser visionadas o analizadas,
esto es una deducción que haría el lector.
[54] Para
Dios no hay diferencia sobre el delito, en cambio, escrupulosos con la ley, los
judíos diferenciaban si el adulterio se producía entre judíos o no. Las penas
variaban en función de éste dato. Hoy, la confesión sustituye a la ceremonia de
las aguas amargas (Nun 11) y la pena capital está prohibida en casi todos los
países del mundo.
[55] Jer
3.6
[56] Caso
de una violencia extrema, el levita y la concubina, donde se requiere una
interpretación que aúne la misericordia y la justicia en una perícopa tan
distante.
[57] No
todos los adulterios son iguales. Las causas, los condicionamientos
psicobiológicos pueden influir. Pueden ser casos de adicciones a las relaciones
sociales y obedecer a patrones de muy diversas características, sin embargo,
nuestro Canon a la hora de evaluar y medir es más bien reducido, en concreto a
dos partes, el infiel y el fiel, e incluso regulamos en función de ello. Sin
embargo, la realidad no puede ser más contradictoria, en donde, casi siempre la
responsabilidad es compartida. Ahora bien, surge además otro problema si
aplicamos la disciplina eclesiástica sin el conocimiento adecuado. ¿Qué pasa
con las soluciones que damos a los implicados? ¿A qué parámetros obedecen?
Surge entonces, una distancia enorme entre lo que creo que ocurre y lo que
ocurre de verdad. Entre la apariencia y la verdad. Una historia conmovedora de
un ejemplo de la dificultad del tema residía en el Señor X que acusado de
adulterio y con las consecuentes disciplinas, perdió sus derechos y fue
etiquetado, y al cual no opuso resistencia ni justificación, pero que sin embargo
los que lo conocemos sabemos muy bien, que fue literalmente “acosado” y que sus
circunstancias personales no ayudaban mucho, sino que lo situaban en riesgo,
pues bien, tras soportar la vergüenza y el oprobio, la pérdida de todo, la
censura oficial y la no oficial, seguía diciendo, si de acuerdo, de acuerdo,
pero por favor, ayúdenme a escapar de Él, la misma oración desde que comenzó su
encrucijada. Aún sin ser del todo culpable pero admitiendo mi culpa y aún sin
ser comprendido por todos pero aceptando la incomprensión, su grito era,
“quiero y quise dejar éste grave error y no puedo” Aunque nos parezca fácil
ubicar éste pecado, en él se esconde un egoísmo de tal calibre que en ocasiones
no es tan fácil superarlo, ni en sus causas ni en sus consecuencias.
[58] The
author examines a difficult case that confronted her with a variety of ethical
issues: individual therapy within the context of couples' therapy, problems
encountered by rural therapists, and the question of when to refer. She
presented this case to graduate counseling students to analyze and critique.
The students recognized, as a result of this activity, that real-life ethical
dilemmas are more complex than textbook examples, that there is a difference
between aspirational principles and absolute standards, and that the ethical
decision-making process is key. When an instructor presents her own imperfect
work, she encourages students to be open about their real concerns.
[59]
El Journal of Pastoral Care, en 1993, publicó una encuesta entre
pastores bautistas del Sur en la que el 14 % reconoció haber participado en
"conducta sexual impropia de un ministro". También informó que el 70
por ciento había aconsejado al menos a una mujer que había tenido relaciones
con otro ministro. En 1988, una encuesta entre casi 1000 clérigos protestantes
de la revista Leadership encontró que el 12 por ciento
reconoció haber tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, y que el 23
por ciento había hecho algo sexualmente impropio con alguien que no era su
cónyuge. Los investigadores entrevistaron también a casi 1000 suscriptores
de Christianity Today que no eran pastores. Encontraron que
los números eran casi el doble: el 45 por ciento dijo haber hecho algo
sexualmente inadecuado, y el 23 por ciento había tenido relaciones
extramaritales.
[60]
WHITE E.G Hijos e hijas de Dios, Pág 317
[61] Lo
cual demuestra la paradoja y dificultad del problema. Somos conscientes del
dolor, del daño y de la gravedad pero nos resulta difícil evitarlo, incluso de
una tragedia humana hemos construido una comedia. ¿A quién puede interesar
destruir la estima del individuo y la institución del matrimonio?
[62] El
Dr. Willard Harley, en su libro His Needs, Her Needs: Building an
Affair-Proof Marriage (Las necesidades de él, las necesidades de ella: Cómo construir
un matrimonio a prueba de amoríos) indica cinco necesidades básicas
del hombre y cinco necesidades básicas de la mujer. Él cree que las necesidades
insatisfechas de cualquiera de los integrantes de la pareja son una causa
importante de las aventuras extramaritales.
[63]
Frank Pittman, autor del libro Private Lies: Infidelity and the
Betrayal of Intimacy (Mentiras privadas: La infidelidad y la traición de la
intimidad), encontró en su propio estudio personal que muchos de sus
pacientes que tenían aventuras tenían una buena vida sexual, pero provenían de
matrimonios con poca o ninguna intimidad. Concluyó que: "Las aventuras
tenían, por lo tanto, una probabilidad tres veces mayor de ser la búsqueda de
un compinche que de un mejor orgasmo".
[64] La
consejera Bonnie Weil advierte que estas denominadas "aventuras del
corazón" pueden ser aún más traicioneras que el tipo puramente físico. Las
mujeres, en especial, tienden a dejar a sus esposos cuando sienten un fuerte
vínculo emocional con otro hombre".
[65] Lo
cual no es óbice para que en la inmensa misericordia de Dios y en el diseño de
sus criaturas podamos recomponer una relación a pesar de un adulterio, lo cual
no es debido al adulterio sino a las capacidades que Dios ha otorgado y a su
esencia como redentor.
[66] No
seré yo quien critique al séptimo arte ni impida los positivos valores que
también encontramos en éste tipo de películas, solo queremos hacer constar la
presencia del adulterio en la literatura, en el cine y en la historia, y más
que para la censura a sus guiones o directores, la comprensión del problema y
su dimensión emocional y social.
[67]
(Prov. 6) sigue siendo un capítulo clave de amonestación y prevención del
adulterio y su diferencia con la codicia sexual.
[68] Las
religiones distan mucho de solucionar emocionalmente el problema, en sus
postulados, encontramos más fácilmente la condena que la restauración.
[69] Me
parece importante conectar éste pensamiento con Jesús (Jn 8) ya que no sólo el
adulterio se produce cuando hay sexo, en éste caso se consuma en sexo, pero se
trata de un engaño sistemático en donde se producirá o no la consumación sexual.
La codicia es el inicio del adulterio. Ambos prohibidos por Dios.
[70] Las
estadísticas se deben actualizar al día de hoy.
[71] Job
comprendía que no bastaba sólo evitar el adulterio. Para alcanzar la norma
divina, tanto las acciones como los pensamientos deben ser puros. Job hizo un
pacto consigo mismo: no permitiría que su mente accediera a la seducción de la
concupiscencia. Según el lenguaje figurado del texto, esta alianza entre la
conciencia y los ojos imponía a éstos la obligación de no contemplar lo que
sugiriera pensamientos impuros. (Mt 5.17,18)
[72]
Se han encontrado aportaciones egipcias, romanas sobre el susodicho en donde a
pesar de la inmoralidad de las prácticas, se condenaba un adulterio muy
particular.
[73]
Los cananeos creían en Baal, dios de la fertilidad y responsable del ganado y
de los campos. Celebraban ritos sexuales en santuarios locales porque pensaban
que animaban al dios a tener relaciones con su consorte y producir buenas
cosechas, de ahí que las relaciones inmorales con las hijas de Moab por parte
del pueblo de Dios, tienen un contexto diferente del Nuevo Testamento y por
supuesto de la actualidad, y presentan un cargado concepto idolátrico. Los
cambios de estación se celebraban con orgías desenfrenadas, es preciso hacer un
esfuerzo por entender la cultura y el momento de aquel pueblo. (Núm. 25.1-3)
Vide. Manners and Customs in the Bible
[74] La
Biblia, atacada por su antigüedad es un verdadero manual de supervivencia
psicológica hoy para quienes afrontan unos cambios emocionales de muy diversos
tipos en su encrucijada por abandonar unos vínculos que se van con el tiempo
deteriorando, ya que el adulterio utiliza componentes positivos de cualquier
relación positiva para destruirlos o manipularlos con el tiempo y finalmente
enloquecer al paciente o a las personas afectadas. La prolongación de éste tipo
de vínculos basados en el engaño, pueden producir psicobiológicamente, cambios
en el organismo y sistema nervioso central. Vide CALVO D. Hábitos que
enganchan. Scribd.com, pág dedicadas a la adicción a las relaciones
sociales.
[75] El
caso de Oseas merece mención de estudio ya que incluso aislada Gomer, la mujer
infiel, es puesta en el mismo hogar al que traicionó, con lo que abre una
esperanza a la redención de quien ha complicado su vida. No deberíamos
desalentar. Estas relaciones utilizan sentimientos e intenciones positivas pero
disfrazadas que generarán en el tiempo unas distorsiones cognitivas muy
importantes.
[76]
Poliandria: Estado de la mujer casada simultáneamente con dos o más hombres.
DRAE, 2001
[77]
Es necesario aclarar que analizamos unos preceptos del decálogo y no su forma
de cumplimiento, su evolución en la comprensión a lo largo de las épocas y de
las diferentes culturas y el uso o abuso por parte de la humanidad. La Torá es
un camino a recorrer no un reglamento cerrado. Hay sociedades primitivas que
permiten el sexo grupal dentro de la tribu pero consideran adulterio fuera de
ella. Al aplicar el mandamiento no olvidemos el hecho cultural y social.
[78]
Incluso el Mormonismo se ha dividido en torno a la poligamia. Esa senda abarca
el recto saber (las «Cuatro verdades nobles»), las intenciones rectas, el
hablar recto, la conducta recta (no matar, no beber alcohol, no robar, no
mentir, no cometer adulterio), la ocupación recta (ninguna que cause sufrimiento),
el esfuerzo recto, el recto cuidado atento (negar el yo finito), y la recta
meditación (Raja Yoga). La meta de todos los budistas no es el cielo o estar
con Dios porque en la enseñanza de Gautama Él no existe. Ellos buscan el
nirvana, que es la eliminación de todo sufrimiento, deseo y de la ilusión
existente en el yo. Geisler, N. & Brooks, R., 1997. Apologética: Herramientas
valiosas para la defensa de la fe, Miami, FL: Editorial Unilit. Pág 162
[79]
Isthar Astarté muy estrechamente relacionada con la fertilidad y la obsesión
por la descendencia, influye o por lo menos se encuentra en muchos ambientes
del hagiógrafo bíblico. El adulterio como forma de idolatría no es tal lejano
al texto Sagrado. Vide (Is 57.3) ECHEGARAY J.G. El creciente fértil y la
Biblia EVB Estella, 2011
[80] (Gal
5.19) LUTERO Comentario a los Gálatas. CLIE Terrasa, vol I.
[81] Por
ejemplo (Sal 68.16)(Cant 2.3, 5.16)(Is 32.12)Jer 3.19)(Lam 1.7)(Ez
23.6,24.21)(Dan 9.23)(Joel 4.5)(Hag 2.7)(Mt 13.17)(Lc 15.16,17.22) en donde
codiciar en el original no es negativo, sino todo lo contrario. Esto abre un
campo de acción que dinamita la peligrosa idea de la protección a toda costa
del acto de adulterar, mediante barreras literalmente opuestas a la idea de
vida que ofrece la Biblia. Codicia y amor y deseo son equivalentes en el
hebreo, e incluso el griego, cuando esa codicia que es buena, necesaria y
diseñada por Dios, traspase las fronteras de la libertad, es cuando se condena
y protege. Pero nunca en base a la prohibición de toda ocasión de deseo, o
reclusión de la vida, o el monacato, porque esto destruye el concepto de deseo.
[83] Rookmaaker, H. R. (2002). Arte moderno y la muerte de una cultura
(pp. 269–270). Barcelona: Editorial CLIE; Publicaciones Andamio.
[84] Wright, H. N. (1990). Cómo aconsejar en situaciones de crisis
(p. 299). Terrassa: Editorial CLIE.
[85] Ramsay, R. B. (2008). Certeza de la fe: La defensa del evangelio
en un mundo inseguro (p. 200). VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA: Editorial
CLIE.
[86]
Observemos el caso de David y Betsabé, más interés pudo suponerle la codicia,
de no perder su sabiduría ante el pueblo, que su adulterio con ella, no es
consciente de su error hasta que Natán, por medio de la profecía le hace
entender. ¿De dónde proviene su arrepentimiento? La conciencia no siempre se
despierta porque socialmente nos encontramos ante una mala acción, porque la
Biblia lo condena, el consejero espiritual me orienta, éstas cumplen solo
funciones de protección de forma universal, pero la verdadera comprensión de lo
que está ocurriendo realmente, sólo la proporciona el Espíritu Santo. Vide (2
Sam 11 y 12) Kittim, Silva: David el ungido - sermones de grandes personajes
bíblicos. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2002, pág 235.
[87] Calvino, J. (2005). Comentario a la Epístola a los Romanos
(p. 65). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
[88] De Andrade, C. C. (2002). En Diccionario Teológico: Con un Suplemento
Biográfico de los Grandes Teólogos y Pensadores. Miami, FL: Patmos.
[89]
Cortés, F. & Crane, R., 2003. Psicología: conceptos psicológicos
prácticos para el obrero cristiano, Miami, Florida: Editorial Unilit. Pág 171
[90] La
comprensión del mandamiento es progresivamente histórica y evoluciona con el
ser humano. Por eso, la Ley es un camino hacia la felicidad, de enseñanza y de
disciplina. La visión que propone BADENAS R. Más allá de la Ley SAFELIZ
Madrid 2000, es más que aconsejable
[91] MARK
D. WHITE is a philosopher and department chair at College of Staten
Island/CUNY. En su artículo “Is Adultery ever justified” señala que, algunos
sostienen, que la monogamia es antinatural y por lo tanto engaño no debe
sorprender. No es ninguna contradicción en decir que el adulterio es
malo en general, pero puede haber circunstancias extraordinarias que la
justifican. Hay una gran cantidad de espacio entre "nada es
permitido" y "todo vale", y en su sano juicio debe dibujar las
líneas. Es estupendo tener firme principios morales, pero sólo si nos damos
cuenta de que muchas veces el costo de mantenerse fiel a ellos es demasiado
alto, especialmente cuando el costo es un principio más importante. Ética puede
ayudar a determinar cuáles son los principios en juego, pero cada persona debe
usar su juicio para determinar cuáles son las más importantes. Y cuando se
trata de usar sentencia, definitivamente no hay engaño. Vide el portal del
artículo: http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=rlh&AN=76568052&lang=es&site=ehost-live
[92] El
Dr. Willard Harley, en su libro His Needs, Her Needs: Building an
Affair-Proof Marriage (Las necesidades de él, las necesidades de ella: Cómo
construir un matrimonio a prueba de amoríos) brinda algunas respuestas.
[93] Sin
embargo, la condena es para ambos. Por eso, la disciplina eclesiástica no puede
diferenciar fidelidad e infidelidad en uno u otro cónyuge más que en casos muy
específicos. La caída obedece a muchos factores que están en riesgo y que deben
ser atendidos. Vide una aproximación al concepto antropológico del hombre y del
pecado. Reformular su significado. Thompson, Les: La persona que soy.
Miami, Florida, EE. UU. de A. : Editorial Unilit, 2003
[94]
Observemos que el adulterio y la codicia utilizan sentimientos y emociones muy
parecidas a las propuestas en el diseño del ser humano pero que se basan en la
falsedad y que de seguirse produciendo, se distorsionarán en el tiempo y los
daños pueden ser incalculables. No sólo a terceros implicados, a niños
indefensos, sino a los propios individuos que sufrirían celos irracionales,
mareos, confusiones en sospechas ridiculizadas, egoísmo de uno hacia el otro,
violencia, asco, pasión y un largo etc..
[95] Dr.
Harley dice que, en las relaciones sexuales, la mayoría de los hombres
encuentran que es casi imposible apreciar a una mujer por sus cualidades
interiores solamente; debe haber más. La necesidad de un hombre del atractivo
físico de su compañera es profunda. La Biblia no guarda silencio al ubicar un
ideal práctico que es moderno y que está vivo. Thompson, L., 2003. La
familia desde una perspectiva bíblica, Miami, FL: Editorial Unilit.
[96] Kerby Anderson es
el director nacional de Probe Ministries International. Recibió su B.S. de
Oregon State University, M.F.S. de Yale University, y M.A. de Georgetown
University. Es autor de varios libros, incluyendo Genetic Engineering
(Ingeniería genética), Origin Science (La ciencia de los orígenes), Living
Ethically in the 90s (Cómo vivir éticamente en la década del 90), Signs of
Warning (Señales de advertencia), Signs of Hope (Señales de esperanza), y Moral
Dilemmas (Dilemas morales). Director general y colaborador de los
libros Marriage, Family and Sexuality y Technology,
Spirituality, & Social Trends, de Kregel Publications.Es un
columnista nacionalmente sindicado cuyas editoriales han aparecido en los
periódicosDallas Morning News, Miami Herald, San
Jose Mercury, y Houston Post. Es el anfitrión de "Probe," y suele servir como
anfitrión invitado en el programa radial "Point of View" (Punto de
vista - USA Radio Network).
[97]
Nótese que no todos los adulterios son iguales ni responden a las mismas
circunstancias culturales y emocionales. Sin embargo la respuesta es la misma.
La censura, la expulsión o la discriminación. Somos propensos a hablar
demasiado. Para explicar cómo podemos actuar, se
me ocurre contaros el dialogo de Sócrates, conocido como “El triple filtro”, de
forma resumida. “Un conocido se acercó a Sócrates para contarle algo sobre uno
de sus amigos, pero Sócrates antes de escucharlo, decidió hacerle un pequeño
examen, el examen del triple filtro. Sócrates decidió filtrar lo que aquel
conocido iba a contarle de su amigo por tres filtros diferentes: el filtro de
la verdad, el filtro de la bondad y el filtro de la utilidad. Por lo tanto, le
hizo tres preguntas relacionadas con cada uno de los filtros: -¿Estás
absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? (Filtro de la
verdad) -¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? (Filtro de la bondad)
-¿Será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo? (Filtro de la utilidad)
Después de que el conocido admitiera que no estaba seguro de si era verdad
aquello que iba a contarle, tampoco era bueno y no le sería útil, Sócrates
concluyó que ¿por qué decírselo entonces?” En resumen, una estrategia útil a
llevar a cabo ante un chisme, crítica o rumor, sería aplicar este triple
filtro. No solo cuando recibamos un comentario sino también a la hora de
contarlo nosotros podemos ponerlo en práctica. ¡Adelante! “El hábito es el
maestro más eficaz” (Plinio El Joven)
http://lamenteesmaravillosa.com/como-actuar-ante-un-chisme-o-rumor#sthash.TGPuAndS.dpuf
[98]
Lógicamente no en todos los casos la disciplina eclesiástica perjudica, si
bien, su objetivo de redención y corrección, en nuestra forma de aplicarla, es
más que discutible. Ante el adulterio no guardamos silencio pero si ante la
fornicación. Vide las razones por las cuales aplicar la disciplina eclesiástica
y observe que todos deberíamos ser disciplinado. Manual de Iglesia Capítulo
7.
[99]
Es evidente que la consumación del adulterio y especialmente su publicación
“desmedida” debe rechazarse. Hay muchos sentimientos encontrados y la
sensibilidad es muy grande y no todo el mundo está capacitado para entenderlas,
a pesar de sus buenas intenciones. Antes que el adulterio, hay que ver la
preocupación por el adulterio. Hemos etiquetado algo muy gráfico pero que su
solución está precisamente en la victoria sobre la preocupación que genera, por
evitarlo o por entenderlo. Adams, J., 2011. Cómo vencer las preocupaciones,
Guadalupe, Costa Rica: CLIR.
[100]
Tamar, Rahab, Rut, Betsabé, María en nuestra concepción legalista podrían no
ser aceptadas, en cambio, incluso el linaje de Jesús proviene de ahí. Vide
KNIGHT G. Mateo. ACES, Argentina 1998. Capítulo del nacimiento de Jesús.
[101]
Cuando el adulterio prolongado es producto de una adicción a las relaciones
sociales, puede llegar a ser, o por lo menos comportarse como una enfermedad.
El paciente desea y actúa para olvidar, atenuar o castigar su adulterio y al
mismo tiempo en su conversación inconsciente cae en el error cognitivo una y
otra vez, resulta ser un infierno al que no alcanza ser sensible su Pastor o su
Iglesia. Incluso si existe la adicción al sexo, debemos ser cuidadosos en cada
caso, para no hacer acusaciones basadas en la apariencia y equivocarnos
gravemente. Para información al respecto, vide MELGOSA Julián. Mente
positiva. Safeliz, Madrid 2011, Pág 134
[103]
PÉRSCO Lucrecia. Inteligencia Emocional. LIBSA Alcobendas, 2003
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